¡Qué pregón más bestia!
Tortell Poltrona abre la fiesta de La Mercè lamentando la ausencia de “sentido común” e indigna a Manuel Valls con su discurso sobre la lengua catalana
Recordó a los líderes del procés presos leyendo una carta del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Tocó un Ave María para recordar a los que nos han dejado durante el último año, como Rosa Maria Sardà, Pau Donés o el Pare Manel. Reivindicó la cultura. Alertó de lo ¡bestia! que es el mundo que vivimos, “se veía venir, señales habíamos tenido”. Y leyó una carta a su madre Mercè en la que le advirtió de que el actual es “el mundo al revés” y que “la lógica y el sentido común ni están ni se les espera”. Cambio climático, consumo, precariedad, críticas a la gestión de la pandemia... “Si seguimos así nos iremos a la mierda, suerte que las mujeres valientes acceden al poder”, aseguró. El payaso Tortell Poltrona abrió la (pandémica) fiesta de La Mercè, la fiesta mayor de Barcelona, en un Saló de Cent con solo 70 personas y mascarillas.
Fue el payaso y no Jaume Mateu, su verdadera identidad, quien se plantó ante el atril con la cara pintada, la nariz roja y zapatones. Y no resistió la tentación de salir de detrás de los micros y pasear por la sala. Hasta que le advirtieron de que no se oía nada y regresó al atril. En un pregón difícil se acompañó de Joan Garriga, alma de la Troba Kung-fu, con su acordeón y otros tres músicos, palmero incluido.
Tortell Poltrona aseguró que en las últimas semanas ha escrito “83 veces el pregón”, porque todo el mundo le pedía que incluyera esto o lo otro. “¿Cómo puede ser que no nos creamos nada hasta que nos toca? Ahora sería el momento de reaccionar ¿no? Pues no. Tenemos miedo y nos lo pasamos por el forro”, dijo. El payaso lamentó que durante la pandemia se pudiera pasear a un perro pero no a un niño, y que cerraran las escuelas y los teatros. Y señaló cómo los bares abrieron rápidamente y la sociedad descubrió la importancia de los trabajos esenciales.
El pregonero también fue crítico con el Gobierno central. “¿Cómo puede ser que esta gente que tiene cara de haber estudiado tanto no sepa que España ha votado los derechos humanos?”, preguntó y aseguró que “el Estado de derecho está torcido”. “Hablan de la separación de poderes, pero para mí que están todos pegados”. Y también defendió la lengua catalana con una frase que indignó a los concejales de Ciutadans y Barcelona pel canvi, Luz Guilarte y Manuel Valls, que se marcharon. “Hay gente emperrada en pensar que nuestra lengua es el castellano y nosotros venga a hablar catalán, igual piensan que su lengua es más importante. Quien rechaza la lengua y la cultura de un lugar como mínimo es un inadaptado”.
La alcaldesa Ada Colau agradeció a Tortell Poltrona que pronunciara “el pregón de la pandemia, un pregón que no es fácil, ni es cosa de risa”. La edil, con todo, aseguró que el primer mundo “no puede quejarse tanto, porque en la otra mitad del plantea no tienen tantos recursos” y recordó la situación de los refugiados muertos en el Mediterráneo o el campo de Moria. Pese a todo, concluyó, “el amor gana al odio” y evocó los aplausos de los balcones, el trabajo de los sanitarios o a quienes han ayudado a que la ciudad siguiera adelante: “La Barcelona solidaria también ha emergido”.
Con vistas al futuro, Colau consideró que “la nueva normalidad no puede ser la normalidad de la que veníamos, la de la desigualdad, los desahucios; la precariedad de un planeta que no soporta nuestros excesos no puede ser el futuro”. “Hemos de pensar políticas nuevas y distintas y estar pendientes de lo más pequeño, porque es lo que engrandece la política, mirar al futuro descaradamente, con atrevimiento y soñar con una Barcelona más humana”, finalizó.
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