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“La música se queda, la pandemia pasará”

Mercedes Conde Pons, directora artística del Palau de la Música Catalana, defiende con fervor el valor de la música por encima de divismos y etiquetas

Mercedes Conde, directora artistica del Palau de la Musica
Mercedes Conde, directora artistica del Palau de la MusicaCRISTOBAL CASTRO

No concibe su vida ni su trabajo sin la energía de la música. La directora artística del Palau, Mercedes Conde Pons (Monterrey, 1982) nació en México, llegó a Barcelona siendo niña y aprendió pronto a amar la música. Su madre es pianista, estudió en la Academia Marshall, es humanista y gestora artística y llegó al Palau en 2011, como directora de la Revista Musical Catalana y coordinadora del ciclo de jóvenes talentos El Primer Palau. El año pasado cambió su rumbo profesional en el templo modernista como nueva directora artística adjunta tras la marcha de Víctor García de Gomar al Liceo. Pese a los problemas que causa la pandemia, ve el futuro del Palau con optimismo y defiende con fervor el valor de la música por encima de divismos y etiquetas. “Me gusta la música, sin etiquetas, tanto el repertorio sinfónico como el lied, la música de cámara o el piano. Y me encanta descubrir repertorios que no conocía. Por eso quiero un Palau de mentalidad abierta, imaginativo, capaz de sorprender, con nombres estelares y orquestas famosas, como siempre, pero también con nuevos valores y formatos”.

Pregunta: El Palau ha sido pionero a la hora de articular una programación de verano en Barcelona que permite disfrutar la música en vivo, a diferencia del Liceo o el Auditori de Barcelona, que han optado por mantener sus puertas cerradas al público. ¿Cómo valora la respuesta del público?

Respuesta. La situación es dura y compleja. Nos afecta especialmente la caída del turismo, que ha mermado nuestros ingresos por la reducción de visitas guiadas y alquiler de la sala. Nos movemos, además, con mucha incertidumbre, lo que exige una mayor capacidad de adaptación ante cada cambio de situación. Pero soy optimista porque la música sigue viva en el Palau. Hemos apostado mayoritariamente por músicos locales de gran talento, nuestra responsabilidad es apoyar tanto a los músicos como al público que necesita la música en vivo durante esta situación de excepcionalidad. Y no solo está teniendo muy buena acogida, sino que está poniendo de manifiesto el gran talento que tenemos a la vuelta de la esquina. Es obvio que la situación actual genera un cierto temor entre un sector del público a acudir a eventos en espacios cerrados, pero también lo es que las medidas de seguridad que hemos tomado superan con creces las exigidas por las administraciones. Están siendo conciertos en los que a pesar de la distancia social se genera una conexión y un ambiente de intimidad entre el público y los músicos que hacen de cada concierto una experiencia inolvidable.

P. La cancelación de la Sinfónica de Gotemburgo, siendo el concierto inaugural de Palau 100, no será, probablemente la única. ¿Hay plan alternativo ante posibles cancelaciones de giras?

R. Las giras internacionales están sujetas tanto a la posible realización de los conciertos según las restricciones de cada país como a la gestión interna de cada orquesta. La Sinfónica de Gotemburgo ha cancelado la gira por decisión propia, pero hasta ahora no se nos ha notificado ninguna otra cancelación y por lo tanto, mantenemos nuestra programación del ciclo Palau 100. Si se producen nuevas cancelaciones estudiaremos cada caso de forma individual y buscaremos alternativas. Afortunadamente, nuestra programación ofrece mucho más que conciertos sinfónicos.

P. ¿Cómo afecta la pandemia al diseño de la oferta artística?

R. La pandemia no va a cambiar nuestra manera de programar, porque la diversidad y pluralidad de nuestra oferta nos permite seguir ofreciendo grandes obras del repertorio. Puede que pasemos un tiempo en el que sea difícil escuchar un Mahler o Chaikovski con cien músicos en el escenario, pero no por eso vamos a renunciar a ellos. La música se queda y la pandemia, pasará.

P. La figura de Johann Sebastian Bach es el epicentro de la temporada que comienza en septiembre. Bach, por cierto, se interpreta con efectivos reducidos, lo que supone un alivio logístico en estos tiempos.

R. Cierto. Bach no implica grandes grupos de personas en el escenario, pero su elección nada tiene que ver con la situación actual sino con la conmemoración del estreno español de la Pasión según San Mateo, que tuvo lugar el 27 de febrero de 1921 en el Palau. Justo cien años después, el Orfeó Català vuelve a interpretar esta obra genial con grandes solistas vocales y músicos de la Filarmónica de Berlín. Por este motivo, el ciclo Bach se extiende esta temporada con una programación muy potente que incluye, entre otras propuestas, la Pasión según San Juan, dirigida por John Eliot Gardiner, los dos libros de El clave bien temperado con Evgeni Koroliov y Piotr Anderszewski respectivamente, o la integral de los Conciertos de Brandemburgo con Café Zimmermannm.

P. En la nueva temporada destaca la presencia de nuevos valores y un mayor protagonismo de directoras y compositoras. ¿Camina el Palau hacia una programación más plural e innovadora, sin depender tanto de los grandes divos como en el pasado, y arriesgando más en el repertorio?

R. No vamos a renunciar a los grandes nombres, pero tampoco queremos ser esclavos de ellos. Queremos abrir fronteras a nuevos artistas y talentos emergentes, nuevas formas de escuchar y disfrutar del espectáculo musical con pluralidad de perspectivas y diversidad de estilos. Tenemos como compositora invitada a la finlandesa Kaija Saariaho, una creadora de indiscutible trayectoria, y al catalán Marc Timón, un compositor muy polifacético que se está labrando una carrera como compositor de bandas sonoras de cine en Los Angeles. En cuanto a la presencia femenina, no se trata tanto de defender la paridad de género por sí misma como de estar abiertos a apoyar el talento, sea del género que sea. Nos emociona poder traer a Barbara Hannigan en su doble faceta de directora y cantante, pero esperamos que en los próximos años la presencia de una mujer directora o una mujer compositora no sea un elemento a destacar por su singularidad, sino que se convierta en un hecho habitual.

P. Por su experiencia al frente del ciclo El Primer Palau, que este año celebra sus 25 años de historia, conoce muy bien el nivel de las nuevas generaciones de intérpretes. ¿Cree que uno de los efectos "positivos" de la pandemia ha sido dar mayor protagonismo y visibilidad a los solistas y grupos locales?

R. Se suele decir que de las crisis siempre surgen cosas positivas y ojalá que esta crisis permita emerger de verdad el gran talento que hay en nuestro país. Tan importante es que los programadores creamos en el talento de aquí y lo programemos en mayúsculas como conseguir que el público confíe en nuestra apuesta y empiece a creer en ellos. Existe la triste costumbre de creer que el talento exterior, por el simple hecho de ser extranjero, es mejor, y eso es una rémora importante de la que habría que desprenderse. Si la pandemia contribuye a eso, algo bueno podremos recordar de ella.

La Filarmónica de Berlín en la Sagrada Familia en 2021

Mercedes Conde, que formó parte del Cor Jove del Palau y otras formaciones, vive con gran alegría el protagonismo de la música coral y la proyección internacional del Orfeó Català desde la llegada de Simon Halsey como director artístico de los coros del Palau. Y destaca, con orgullo, la doble cita en abril y mayo de 2021, primero en su temporada estable en Berlín y después en la Sagrada Familia, con la Orquesta Filarmónica de Berlín y su titular, Kirill Petrenko.

P. ¿Está viviendo el Orfeó Català una auténtica edad dorada?

R. Efectivamente la llegada de Simon Halsey como director artístico ha propiciado un salto adelante evidente tanto en la calidad de sonido del Orfeó Català, el Cor de Cambra del Palau y los coros de la Escuela Coral, como en la posibilidad de establecer vínculos con grandes formaciones y directores internacionales. Poder debutar en la temporada estable de la Orquesta Filarmónica de Berlín en la Philharmonie -el 29 de abril de 2021- con la Misa de la Coronación de Mozart y bajo la dirección de su titular, Kirill Petrenko, es algo que no está al alcance de muchos. Este concierto es la antesala de su mediático Concierto de Europa que se celebrará en la Sagrada Familia de Barcelona el 1 de mayo de 2021. Y al día siguiente actuarán en el Palau con obras de Mozart y Chaikovski.

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