El duende de María Pagés inaugura el Festival de Peralada Livestream
La magia virtual sustituye a la presencial
El extraordinario, bello, expresivo e hipnótico braceo de la bailaora y coreógrafa sevillana María Pagés dio el pistoletazo de salida al Festival de Peralada Livestream el miércoles por la noche. Debido a la pandemia, en la presente edición el certamen ampurdanés ha optado por una edición gratuita, con poco público presencial, concretamente 70 personas y online.
Esta velada, bajo el nombre de Noche de la Cultura reunió a diversas personalidades de la política y del arte como Miquel Noguer, presidente de la Diputació de Girona, directores de escena como Mario Gas y Àlex Ollé, la directora teatral Carme Portaceli, recién nombrada directora del TNC y el cineasta Albert Serra, entre otros.
Para esta noche tan especial María Pagés ha creado junto a su marido y colaborador, el dramaturgo El Arbi El Harti, la pieza titulada Entremos en el Jardín. Se trata de un solo de escasos 60 minutos en el que la artista despliega todo el hechizo de su baile. Este intenso viaje a través de los diferentes palos del flamenco, desde el martinete a la seguirinya, pasando por los tientos y tangos, es una atractiva combinación entre flamenco y poesía, en la línea de Una oda al tiempo, un montaje de Pagés que se vio en Peralada en 2018. Los versos de Sor Juana Inés de la Cruz, Ibn Arabi, Fray Luis de León, Rumi, San Juan de la Cruz, Tagore, Mario Benedetti y el propio El Arbi El Harti han sido la fuente de inspiración del sobrio, elegante y racial baile creado por María.
Entremos en el Jardín se desarrolló en el escenario de la Muralla del Carmen. Al principio de la pieza se ve a la bailaora vestida de negro sola en escena, recita un manifiesto en el que reivindica su posición como artista en estos momentos difíciles y el gran valor que tiene la Tierra en la vida de los seres humanos. Poco a poco se van incorporando a la escena las cantaoras Ana Ramón y Sara Corea y la música interpretada por Rubén Levaniegos, Sergio Menem, David Moñiz y José Barrios. En ese momento, los brazos de María se elevan con un aleteo suplicante e interpreta un martinete. Sus brazos y cintura se quiebran constantemente en un quejido triste. Su amplio gesto expresa sus anhelos, sus luchas y sus deseos ocultos. Luego vendrá una seguirinya en la que la bailaora vestirá una elegante bata de cola que combina el rojo y el coral que dará un gran juego escénico. El zapateado de María es inteligente y distinguido, no hay lugar para el desenfreno. Al final del espectáculo interpreta una granadina que recrean unos versos de El Arbi El Harti. Aquí, María, también vestida de rojo, interpreta un flamenco que combina con el gesto contemporáneo. Queda como incógnita si los espectadores desde sus casas aplaudieron. La función lo merecía.
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