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La covid frena los planes de la Generalitat de vender Comforsa

El parón económico reducirá la valoración de la compañía que pende de Avançsa y volvió a los beneficios en 2019

Dani Cordero
Comforsa
Albert Alemany

El Govern se plantea desde hace unos dos años la venta de la mayor participación industrial de la Generalitat, Comforsa, tras haber inyectado decenas de millones de euros públicos en su capital y ver como sus resultados mejoraban. Pero la crisis del coronavirus ha roto esa mejora de los últimos años y su facturación podría caer en 2020 en torno a un 40%, afectando a los resultados y a la valoración para una posible desinversión, lo que obligará a congelar las pretensiones iniciales.

”Siempre hemos tenido en mente la venta y trabajábamos en ello. Era un buen momento hasta el año pasado, pero con el batacazo de la covid no es el momento adecuado para hacerlo”, explican fuentes del Departamento de Empresa. La Generalitat trabajaba en valoraciones de la compañía para ponerla en el mercado, con el objetivo de que la pueda adquirir algún grupo del mismo sector que se comprometa a mantener las instalaciones y las 370 personas que trabajan en las fábricas de Ripoll y Campdevànol. En 2019 su facturación alcanzó los 119.000 euros, los primeros beneficios de los últimos cuatro años.

La última aportación de capital público realizada va en esa línea. En la reunión del Consell Executiu del pasado martes se aprobó una inyección de 3,4 millones de euros para oxigenar el capital de la compañía procedentes del fondo de contingencia de la Generalitat. Esos recursos públicos son solo la primera parte de una inversión conjunta de 10 millones. Los 6,4 millones restantes los pondrá directamente Avançsa de su presupuesto este mismo mes. Esa debería ser la última ampliación de capital a cuenta de la Generalitat de esta empresa especializada en grandes piezas para vehículos pesados. “Ese dinero debe servir para consolidar la empresa y aumentar su valor de venta”, señalan desde Empresa.

Créditos y capital público

El pasado 23 de junio el Ejecutivo ya autorizó a Comforsa a formalizar líneas de crédito a corto y largo plazo por un importe conjunto de 5,9 millones de euros, que iban destinados a renegociar su deuda y soportar el golpe que la crisis económica vinculada al coronavirus ha dado a su liquidez. Las necesidades de crédito, como las de capital, han sido continuadas desde que Comforsa entró en el ámbito de la Generalitat en 1985 como fórmula para mantener el empleo en la comarca del Ripollès.

Según datos facilitados por Transparencia, el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) y Avançsa han concedido desde 2001 un total de 30,5 millones de euros y a diciembre de 2018 se mantenía un saldo vivo de 10,7 millones de euros en esas dos entidades. Por lo que respecta a las distintas capitalizaciones (también según cifras de la Generalitat), el montante total asciende a 54,4 millones de euros, a los que se deben añadir los 10 millones aprobados este mes de julio. Desde 2016 cada ejercicio se ha tenido que realizar una ampliación de capital para dar oxígeno a la empresa, que ha mejorado desde 2017.

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El grupo ha recibido inyecciones de capital público por un importe de 64,4 millones de euros

Las continuas inyecciones de recursos públic<CW-9>os eran necesarias para mantener a flote la compañía, según las conclusiones del informe de supervisión de auditorías externas del ejercicio 2018. En este se afirma: “A juicio profesional del auditor, estos hechos indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de Comforsa para continuar como empresa en funcionamiento”, tal y como sucede en otras empresas participadas por administraciones públicas. Entre 2016 y 2018 la empresa perdió siete millones de euros.

Las cuentas de 2019 no están todavía formuladas, aunque, según publicó Expansión, en 2019 la compañía consiguió volver a los beneficios (117.000 euros) pese a ver cómo su facturación caía un 18% y se situaba en los 60,7 millones de euros. Los números de la compañía han mejorado desde que hace dos años tomó las riendas de la compañía Reca Vidiella, después de que dejaran su cargo al mismo tiempo el entonces presidente, Vicenç Aguilera, y el director general, Eduard Jacklich. El ebitda —el resultado bruto de explotación que se utiliza para realizar parcialmente valoraciones de empresas— habría alcanzado en 2019 los 4,5 millones de euros. Aunque la deuda se situaría en torno a los 23,6 millones de euros.

Incertidumbre sobre una auditoría externa

La Intervención General, dependiente del Departamento de Economía y Hacienda, incluyó a Comforsa dentro de su programa de actuaciones de control, lo que supondría la elaboración de una auditoría externa de su gestión desde 2018 que no se ha empezado pese a estar adjudicado el contrato. Desde el Departamento de Empresa rechazan que esa auditoría de cumplimiento de la legalidad se tenga que hacer al no estar integrada en los Presupuestos de la Generalitat y por la naturaleza de la sociedad: opera en el mercado libre y no se le podrían aplicar factores del funcionamiento como si fuera una administración pública.

Ese mismo control lo han pasado otras empresas presentes en la órbita de la Generalitat, como Circuits de Catalunya, en la que se hallaron irregularidades de gestión en el ejercicio de 2017. Las consejerías de Empresa y de Economía han de decidir ahora si finalmente se apuesta por efectuar la auditoría, que podría arrojar luz sobre la gestión de Comforsa en los últimos años.



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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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