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La presión policial expande fuera de Barcelona la multirreincidencia

La situación se repite en diversos territorios: desde el barrio de Trinitat Vella hasta el Alt Empordà

Rebeca Carranco
Manifestación en Premià de Mar contra la delincuencia.
Manifestación en Premià de Mar contra la delincuencia.Albert Garcia

La presión policial en Barcelona contra los jóvenes multirreincidentes, que acumulan tres o más antecedentes policiales, ha trasladado el conflicto a otros municipios de la costa catalana. En ciudades como Mataró, Premià de Mar y Llançà, los vecinos han presionado, en ocasiones con violencia, hasta conseguir el desalojo de pisos ocupados por grupos a los que acusan de delinquir. “Hay un problema de fondo, podemos apretarlos para que se marchen al pueblo de al lado, pero necesitamos una solución estructural, que vaya más allá”, reclama el alcalde de Mataró, el socialista David Bote.

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La situación se repite en diversos territorios: desde el barrio de Trinitat Vella, en Barcelona, hasta el plácido Alt Empordà. Manifestaciones de ciudadanos que acaban delante de un piso ocupado que aseguran que genera problemas de convivencia e inseguridad. El último caso se vivió en Llançà, donde los vecinos lograron, con la mediación de los Mossos, que los jóvenes abandonasen el inmueble que ocupaban.

“Barcelona ha hecho un efecto globo”, explica Bote, quien asegura que una parte de los jóvenes que se han instalado en Mataró (127.000 habitantes) entrando en pisos de manera ilegal llegan desde la capital catalana. Su opinión se basa en que algunos de esos implicados en la delincuencia común en el municipio tienen por delinquir en Barcelona y también en la presión de los Mossos después de que el verano pasado creciesen los delitos en Barcelona y se disparase la sensación de inseguridad, en beneficio de otras zonas.

“Son itinerantes”, coincide el alcalde de Llançà (4.868 habitantes), el también socialista Francesc Guisset. Explica que los jóvenes “llegan rebotados” de otros municipios, donde les expulsa la presión policial o conocer jóvenes. La mayoría, dice, fueron menores tutelados por la Generalitat. Fuentes policiales coinciden en que el problema de la multirreincidencia en hurtos y robos violentos se centra en mayores de edad, en la veintena, que ya no tienen ninguna protección de la administración.

Uno de los episodios más delicados se vivió en Premià de Mar, cuando los vecinos apedrearon e irrumpieron en un piso ocupado por cuatro jóvenes magrebíes. El alcalde, Miquel Àngel Méndez, de Junts per Catalunya, que ha declinado volver a hablar del tema, excusó a los vecinos diciendo que actuaron contra presuntos delincuentes, aunque en todo momento condenó que se tomasen la ley por su mano. Bote también critica las llamadas “patrullas ciudadanas”, grupos de ciudadanos que se movilizan a través de las redes sociales para hacer lo que consideran que la policía no hace.

“Siempre respetaremos las reivindicaciones vecinales, pero hay que dejar el trabajo policial a los policías. Por la seguridad de las personas, y porque distinguir quién es un delincuente de quién no lo es, es una labor policial”, insiste Bote, sobre las movilizaciones ciudadanas, que encuadra en un contexto de “mucha incertidumbre” y de un “repunte” delincuencial. El alcalde de Llançà coincide en que lo que ha sacado a los ciudadanos a la calle es la “sensación de inseguridad” o “la inseguridad directamente”. Guisset identifica tres factores que explican lo ocurrido en Llançà. Existe un problema que arrastran del verano anterior de menores que llegan en tren de Figueres y que cifra “entre 20 y 40”. “Vienen a cometer hurtos y actos de pillaje por las calles comerciales hasta la playa, con superioridad numérica”, explica. “Causan mucho malestar e inseguridad, porque hacen gamberradas, lo que quieren y se encaran con la gente”.

El segundo elemento, nuevo este año, son las “cuatro o cinco viviendas ocupadas” por jóvenes migrantes. Los vecinos lo asocian con la delincuencia después de que en una detención encontrasen en el interior de una de esos pisos objetos robados, cuenta el alcalde. Y por último, menciona un delincuente “con bastante currículum a sus espaldas” que comete robos con fuerza en domicilios por la tarde y por la noche.

Cambios legales

”Necesitamos una herramienta clara y contundente para abordar las ocupaciones que generan un problema de convivencia”, insiste Bote. El Ayuntamiento de Mataró prepara una propuesta para modificar el Código Penal para castigar con más dureza la multirreincidencia y modificar también la ley para intervenir en los desahucios. “Que se pueda abordar con más garantías el desalojo de las ocupaciones delincuenciales”, reclama Bote.

Guisset niega que las personas actúen por motivos racistas contra los jóvenes migrantes. “Lo que reclaman de las autoridades es seguridad y orden. Es uno de los principios de la convivencia”, indica. Y justifica que los vecinos se han movilizado “fruto del nerviosismo, la angustia y la ansiedad”. Pero él, igual que Bote, repite que ese es un trabajo estrictamente policial. En Mataró y Llançà la situación está ahora más tranquila. “Llevamos 48 horas sin ningún robo, y con dotación policial permanente”, cuenta el alcalde Guisset.

Más prisión preventiva

Una de las estrategias de Barcelona para frenar los robos violentos, el delito que más inseguridad genera, es lograr prisiones preventivas. Los Mossos han elaborado un plan para luchar contra la multirreincidencia en la ciudad, y conseguir que los jueces encierren a las personas, muchas de ellas jóvenes, que delinquen repetidamente. Semanalmente, actualizan sus bases de datos con quienes acumulan más detenciones. Las respuestas están siendo efectivas, indican fuentes policiales. El ejemplo es la prisión preventiva dictada por un juez para cinco jóvenes implicados en el robo violento de un reloj, después de que las imágenes de lo sucedido, con la víctima por el suelo, se hicieran virales.


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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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