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TERCER SECTOR

Los impagos del Govern tensan a las entidades sociales

El sector alerta de que la pandemia "puede colapsar a las organizaciones"

Josep Catà Figuls
Dos voluntarios en el Banco de Alimentos de Barcelona.
Dos voluntarios en el Banco de Alimentos de Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)

La pandemia de coronavirus ha dejado un panorama de crisis económica y social sin precedentes, y en la primera trinchera están las entidades sociales, que desde hace años lamentan que están infrafinanciadas. La Confederación Empresarial del Tercer Sector denunció ayer que las entidades sufren impagos y retrasos desde el mes de abril por parte de su principal cliente, la Generalitat. La Confederación cuantifica los impagos en 75 millones y lo tacha de “inadmisible”, pero la Generalitat asegura que a partir de la semana que viene los retrasos solo afectarán al 8% de los servicios.

Los reproches de las entidades sociales hacia la Generalitat vienen de lejos, con una década de financiación pública congelada y un constante retraso en los pagos. No obstante, el enfado del tercer sector con la administración ha ido en aumento en el contexto de la pandemia de coronavirus. Las entidades, que prestan un servicio público concedido por la Generalitat, recuerdan que la emergencia sanitaria ha dejado sin ingresos a miles de familias, y que han aumentado las demandas de ayuda social de un modo que no se había llegado ni en la última crisis financiera.

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En estas circunstancias las entidades recibieron el pasado martes por la tarde una notificación del departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia en la que se detallaba que las cantidades correspondientes al mes de abril no podrían ser abonadas en los plazos habituales. “El mes de abril fue el más duro de la emergencia sanitaria y social de la pandemia, y las facturas correspondientes se tienen que abonar el 30 de junio”, explica la confederación en el comunicado, en el que expresa un “profundo malestar e indignación”.

Las entidades aseguran que viven una situación financiera “insostenible”. La Confederación calcula que, de marzo a mayo, el sector ha tenido que afrontar un agujero de 618 millones de euros, derivado de la pérdida de ingresos por la caída de la actividad, o de los sobrecostes en algunos servicios esenciales. A ello se suman los impagos de la administración: 75 millones de euros en facturas ya vencidas, y 83 millones en concepto de subvenciones ejecutadas y justificadas pero que no han sido abonadas.

”El Govern lleva a las entidades a endeudarse todavía más”, explica la organización que preside Joan Segarra. Las entidades lamentan que estos impagos llegan después de un gran sobreesfuerzo, y justo en el momento en el que se tienen que pagar las extras de verano. Además, recuerdan que los trabajadores del tercer sector no tendrán la paga extraordinaria que percibirán los trabajadores directos de la Generalitat como compensación por el esfuerzo durante los primeros meses de la pandemia. “Llevamos tres meses explicando que el impacto de la pandemia sobre unas entidades que ya estaban en dificultades puede acabar llevándolas al colapso”, señala Segarra.

El consejero de Asuntos Sociales, Chakir El Homrani, respondió al malestar del sector explicando que la mayor parte de las facturas impagadas se abonarán efectivamente el 30 de junio. Según El Homrani, el sector está cobrando con normalidad y el retraso afecta al 8% de los servicios diurnos. El motivo es un defecto de forma que ha hecho necesario que los proveedores vuelvan a enviar la factura. El consejero detalló que, gracias a un decreto del 15 de junio, la Generalitat se comprometió a pagar el 100% de la facturación pese a que algunos centros estuvieran cerrados durante el confinamiento. A causa de ese decreto, algunas facturas remitidas posteriormente no tienen la forma necesaria y tienen que volver a hacerse.

La Confederación celebra que finalmente el retraso solo afecte al 8% de los servicios diurnos, pero recuerda que “cualquier retraso, por acotado que sea, genera un grave perjuicio a las entidades sociales”. “Pedimos que se trabaje para evitar cualquier retraso”, señal


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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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