Torra mueve ficha para activar la mesa de diálogo
El 'president' se reunirá con partidos y entidades independentistas para preparar el encuentro que el Gobierno aún no agenda
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, dio ayer un poco de oxígeno al futuro de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el Ejecutivo catalán, después de días de ataques a ese foro pactado entre el PSOE y ERC. La reunión sigue sin tener fecha, a pesar de la insistencia de los republicanos, pero la portavoz del Govern, Meritxell Budó, anunció ayer que el president abrirá en breve una ronda de contactos con partidos y entidades independentistas para llevar “una posición conjunta”.
Budó explicó en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Govern que el presidente había comunicado su voluntad de hacer esos encuentros preparatorios, a la espera de que ambos Ejecutivos pacten una fecha. La mesa se puso en marcha tras la abstención de ERC en la investidura de Pedro Sánchez y entonces Torra también tuvo una serie de reuniones con las formaciones independentistas y entidades como la ANC. Si bien no hubo una propuesta en común, allí se reforzó la idea de solicitar una amnistía a los políticos condenados por sedición y malversación en el juicio al procés y exigir el referéndum.
Clima de confianza
”¿Podremos hablar de esto en esta mesa de diálogo? Tenemos que hacer estas reflexiones antes de poner fecha a la reunión”, aseguró Budó. La desconfianza de Junts per Catalunya hacia ese foro es máxima e incluso el propio president había puesto en duda su continuidad hace poco más de 20 días.
“Para empezar a hablar de la mesa de diálogo hace falta un clima de confianza y, sinceramente, después de ver todo lo que ha pasado en estos dos meses y medio, en estos momentos no lo hay”, dijo entonces Torra. El líder de la Generalitat y Budó también se sumaron a la petición del eurodiputado Carles Puigdemont, huido de la justicia en Bélgica, para que haya un relator. ERC no lo ve necesario, pues considera que habrá otras garantías de cumplimiento de los acuerdos, y el Gobierno lo descarta.
Sánchez ya ha dicho en múltiples ocasiones que no aceptará una votación sobre la independencia de Cataluña, pero el compromiso con ERC es que en esa mesa se pueda, al menos, debatir el porqué de esa petición y su viabilidad. ERC se aferra a ese foro, pues simboliza su compromiso con el diálogo, en contraposición con la vía de la confrontación de Junts. Aunque el Gobierno ha mostrado su disposición, sigue sin poner una fecha.
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