Tres tablas góticas y un ‘fake’ de Borrassà, a subasta
En cinco meses han salido a la venta en Barcelona casi una docena de obras de este pintor medieval
El próximo jueves se podrán adquirir hasta cuatro tablas relacionadas con Lluís Borrassà, el mejor pintor del gótico internacional en Cataluña, algo excepcional en un autor, documentado entre 1380 y 1424, que normalmente está poco presente en el mercado del arte. Las ventas de esta semana son en dos salas diferentes de Barcelona, La Suite Subastas y Balclis; una casualidad que se suma al hecho de que otras siete obras de este pintor han cambiado de manos en los últimos meses en esta ciudad.
Las obras que se venden en La Suite Subastas son dos tablas inéditas provenientes de un retablo de la catedral de Barcelona. Anuncio a Joaquín y Ana” y El abrazo en la puerta dorada, que tienen una estimación entre los 7.000 y 10.000 euros. “Se tratan de unas tablas que pertenecieron al mismo retablo que otras seis que se vendieron en un anticuario barcelonés hace unos meses. Los ocho fragmentos están emparentados técnica y estilísticamente, con los mismos rostros y sombreros y presentan, además de una coincidencia en sus medidas, una decoración marmoleada en su parte posterior que nos dicen que fueron desmontados y reutilizados en época barroca”, explica Alberto Velasco, especialista en pintura gótica que ha hecho el informe para la casa de subasta que ha permitido identificar al autor, hasta ahora un pintor aragonés. Según Velasco, estas tablas hablan de un retablo dedicado a la Virgen y el Niño del que se desconoce su procedencia. Para él “se tratan de unas realizaciones que se adscriben al período final de la actividad de Borrassà, como el retablo de Santa Marta, Santo Domingo y San Pedro Mártir de la capilla de Santa Marta de la Barcelona, realizado hacia 1421-1425. En esta tabla hallamos rostros con características, facciones y arrugas similares a las de los personajes de los compartimentos marianos que analizamos”.
En la tabla dedicada a san Joaquín y Santa Ana se pueden ver un gran número de repintes, pero, según explican desde La Suite, el uso de infrarrojos permite ver que debajo se conserva la pintura de Borrassà “mucho más fina y delicada en sus rasgos”.
En Balclis se venden dos pinturas más relacionadas con este pintor. Una plasma El martirio de los familiares y sirvientes de San Hipólito, pertenece a un retablo de la catedral de Barcelona, en concreto a la capilla de San Lorenzo, según el informe que ha elaborado Santiago Alcolea, que lo data entre 1419 y 1420 al localizar el contrato entre pintor y el canónigo de la catedral. También documenta la tabla en la catedral hasta 1780 y un siglo más tarde, entre 1876 y 1882, en la colección de Mercedes Campaner. La casa de subastas estima el valor de esta pintura en 75.000 euros.
La otra es un calvario hasta hace poco atribuida al pintor gótico, pero que ahora se sabe que es una obra falsa salida de los pinceles de los hermanos Sebastià y Carlos Junyer Vidal, dos de los mayores falsificadores de toda la península, creadores de más de medio centenar de obras góticas que han acabado en museos de todo el mundo que han sido adquiridas como auténticas. La pieza no solo aparece publicada en la obra magna Pintura gótica catalana, sino que ha pertenecido a coleccionistas como Manuel Perdigó y Rosa Espona. En este caso la estimación es de 14.000 euros. “Los Junyer eran muy buenos, incluso realizaron el dibujo previo inciso como los maestros góticos, algo que no suelen hacer los falsificadores. Ellos conocían las interioridades de las tablas y en esta fueron muy fieles a las piezas de Borrassà”, subraya Velasco, que desconoce si subyace bajo la pintura falsaria de los Junyer una pieza original del pintor gótico o es una pieza pintada ex novo.
En febrero Sala de Ventas vendió otra tabla inédita de Borrassà procedente de otro retablo de la catedral de Barcelona. Lo acabó comprando la Generalitat por 75.000 euros y lo depositó en el MNAC, un museo especializado en pintura medieval que (a diferencia de otros como el Museo Episcopal de Vic) no cuenta con mucha presencia de borrassàs (entre ellos uno que adquirió el Ministerio de Cultura y que se descubrió luego que era obras de los Junyer y que no se ha expuesto nunca en este museo). “No podemos analizar lo que pasaba en el siglo XIX basándonos en términos presentistas”, explica Velasco, profesor en la Universidad de Lleida, para explicar por qué la catedral se vendía sus obras de arte medievales. “En ese momento la idea que había del patrimonio era diferente; eran maderas de un retablo seguramente desmontados tras ser sustituido por otro barroco que no tenían ningún valor”.
“Borrassà es uno de los grandes mitos de la pintura gótica catalana. Cuando antes se conocía menos la pintura de este momento la tendencia era que hacer pivotar todo un periodo alrededor de un pintor: en el caso del gótico internacional, Lluís Borrassà, y en el caso del tardogótico, Jaume Huguet. Ahora sabemos que todo eso es más complejo, pero Borrassà es uno de los pintores góticos más importantes de la Corona de Aragón y de toda la Península”. Y por eso, concluye “sus obras fueron falsificadas y por eso su venta, ahora, ha generado una gran expectación en toda España”.
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