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Una residencia catalana a los familiares: “Salud se ha negado a derivar casos al hospital”

La Generalitat no prohibió de forma explícita el traslado de ancianos a centros hospitalarios, pero las familias denuncian que hubo negativas concretas

Concentración para exigir mejoras en las residencias públicas el día 16 en Barcelona.
Concentración para exigir mejoras en las residencias públicas el día 16 en Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)
Josep Catà Figuls

En las primeras semanas del estado de alarma, muchas residencias de ancianos en Cataluña fueron un auténtico coladero para el coronavirus, una situación que se agravó por el estado del sistema sanitario, al borde del colapso. El Govern no ordenó restringir el acceso de los ancianos de residencias geriátricas a los hospitales pero al menos una de ellas explicó por escrito a sus familiares que la Generalitat impedía las derivaciones hospitalarias. Y así para escudarse lo hizo constar incluso en su página web Los familiares han llevado el caso a la Fiscalía, mientras que la Generalitat afirma que no se dieron directrices para evitar traslados hospitalarios.

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En la residencia Ramon Berenguer, en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès), se registraron 35 muertes antes de que se empezaran a derivar los usuarios a los hospitales. Ante la presión de los familiares en las primeras semanas, el director del centro dejó por escrito cada noche una explicación en el tablón de anuncios digital que compartía con las familias. “La dirección del centro ha puesto en conocimiento desde el primer momento al departamento de Salud la situación de aislamiento en la que se encuentran muchos residentes. Por ahora, y hasta hoy, el departamento de Salud se ha negado a cualquier derivación de casos positivos del centro a la red sanitaria, entendiendo que se encuentran bien atendidos en la residencia”, reza la nota con fecha de 30 de marzo.

El comunicado, avanzado este viernes por TV3, indignó a los familiares, pese a que defienden que la gestión del centro fue la mejor posible, y no hubo malos tratos ni deficiencias que no surgiesen de la excepcionalidad del momento. “Mi padre dio positivo pero sobrevivió. Los problemas vinieron cuando no se podía llevar a los abuelos a los hospitales”, explica Juan Alcázar. El departamento de Salud de la Generalitat reitera que no se enviaron órdenes para evitar que los ancianos con covid-19 fueran trasladados. Solo se difundió un controvertido protocolo del Servicio de Emergencias Médicas en el que la Generalitat avaló limitar la ventilación mecánica en emergencias para pacientes mayores de 80 años.

Captura de pantalla del anuncio de una residencia.

Una de las afectadas es Victoria Fuentes, cuyo padre falleció el 6 de abril. Solo hacía un mes que estaba en la residencia, y cuando llamaron a Fuentes para decirle que, después de tres años en lista de espera, su padre había obtenido una plaza en una residencia de ancianos, pensó si era una buena idea. Era principios de marzo, y aunque en España todavía no había empezado el estado de alarma y la pandemia de coronavirus aún parecía algo lejano, se le empezaban a ver las orejas al lobo. Finalmente, el 5 de marzo lo ingresó. “Tenía 78 años y alzheimer, aunque todavía estaba muy bien de salud, nos reconocía y tenía mucha autonomía. Podría haberse quedado en casa unos meses o un año, pero nosotros no teníamos las herramientas para cuidarlo, y habíamos estado esperando tres años para una residencia”, explica. Pero añade: “Si llego a saber que no lo iban a llevar al hospital, no lo hubiese ingresado en la residencia”.


Fuentes pidió en varias ocasiones el traslado a un hospital, y por escrito reclamó que si su padre empeoraba se le llevara a un centro médico. “No sé quién ordenó que se le pusieran paliativos, me avisaron cuando ya estaba hecho, y me dijeron que no podían llevarlo al hospital. Ni vi a la doctora, ni tengo todavía el certificado médico”, explica.

Los familiares añaden que la situación no mejoró hasta que el departamento de Asuntos Sociales, que estaba al mando de las residencias, se echó a un lado el 8 de abril y traspasó la gestión al departamento de Salud. “Fue entonces cuando empezaron las derivaciones”, explica Alcázar. Hasta este viernes, las residencias catalanas registraron casi 15.000 casos positivos de coronavirus y 4.091 fallecidos.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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