“Mi identidad es de fronteras muy permeables”
El artista presenta su nuevo proyecto con la edición de 'El ball i el plany'
Primero alimentó a Dusminguet, más tarde a La Troba Kung Fú, y desde hoy, por vez primera, da nombre a su propio proyecto, Joan Garriga i El Mariatxi Galàctic. “No me gusta que la gente me conozca, pero tenía necesidad de presentarme”, dice este artista tímido y melancólico para explicarlo, justo antes de confirmar que “sigo manteniendo la continuidad entre los diferentes proyectos”. ¿Cuál es entonces la diferencia entre éste y los anteriores? “Quería estirar las canciones, defenderlas con menos elementos y así dares más importancia, otorgar peso a la canción, no olvidar los arreglos pero usando batería, bajo, guitarra y acordeón, un poco en la onda de los grupos norteños”. El disco que ha publicado Joan bajo esta inspiración se titula El ball i el plany, y es una nueva vuelta de tuerca a lo que más ha importado a este músico de La Garriga (octubre, 1972), pieza clave de la música popular de fusión: hacer bailar.
Pregunta obligada, ¿cómo puede caer un disco pre-pandemia en la post-pandemia? Respuesta de libro: “Hay letras festivas que igual no casan con la actualidad, pero aún nos falta perspectiva para entender lo que pasa. Por otro lado las buenas canciones siempre son buenas, si tienen algo bueno permanecerán”.
Y hay buenas canciones en El ball i el plany, un disco donde suenan rumbas, boleros, rancheras, rai, reggae, vals o habaneras al estilo de Garriga, mezclándolo todo como si de guacamole se tratase. Sí, muchos estilos de nuestros padres. “Mi pasión por las rancheras viene de niño, de un disco que aún guardo, Chants de la révolution mexicaine, de Jorge Saldaña y Los Mayas —en este punto enseña orgulloso la estupenda portada del álbum—. Y las habaneras pues también me vienen de crío”. ¿Habaneras?, no parece un estilo muy febril para el baile. “No, son como un bolero, una rumba tranquila. Lo que a veces puede tirar para atrás son esas voces impostadas y esa suerte de pijismo de costa. Ahora bien, si escuchas habaneras tal y como eran, en taberna, como canto de bar, las hay preciosas, con esos juegos a tres voces….”.
Con estos elementos en juego, se debe considerar a Joan como un músico popular, todo y las distancias que desea mantener con algunas aproximaciones puristas al folk. “Hay tratamientos que son de museo, conservacionistas, algo que no me interesa porque no hay renovación. Yo prefiero actualizarlo tanto en sonido como en temática para que la música popular nos hable de nuestra vida tal y como la vivimos”.
Y ya que sale la vinculación entre vida y música, ¿usted canta en su vida diaria? “Poco, me da un poco de reparo mi voz, pero canto cuando estoy solo, por ejemplo en el coche, o durante el confinamiento, cuando tocaba el acordeón más que cantar. Y canté muchos a mis tres hijos cuando eran pequeños”. La edad de los mismos, en la adolescencia, hace innecesario preguntar si les continúa cantando.
En un disco tan híbrido, tan de mezcla en cada una de las propias canciones, surge el tema de la identidad. “Es un concepto individual y nos podemos sentir de muchos lugares. En mi caso mi identidad es de fronteras muy permeables: frente al queso me siento francés, me he sentido moro en Londres, bajo una parra puedo sentirme tan griego como de aquí y en Centroamérica he comprendido que somos muy diferentes a ellos ese a eso de la Madre Patria y tal”.
‘Mariatxis trance’
En el disco se oye cantar en catalán, castellano, inglés y un poco en árabe. Y en una delirante canción, Mariatxis trance que evoca sus giras por Europa, y está cantada paradójicamente en inglés, afirman estar cantando en lenguas minoritarias”. Joan ríe, “es divertidísimo comenzar La Canço del lladre y que la gente responda oleeee. Es muy bueno”.
Entre nosotros, El ball i el plany comenzará a sonar el 29 de julio en el Poble Espanyol de Barcelona. En la nueva sitituacion, considerando que lo que hacen es musica popular con vocacion bailable, Joan Garriga mantiene la prudencia sobre cómo se desarrollará el directo. “Hemos de comprobar cómo van a funcionar estos conciertos”, afirma, “testarlos de manera que no nos veamos obligados a hacer cosas digamos antinaturales, sin sentido en nuestra propuesta”.
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