Albiol recupera la alcaldía de Badalona

El popular Xavier García Albiol ha sido investido este martes alcalde de Badalona después de que los partidos de izquierda fueran incapaces de cerrar un acuerdo para dirigir la ciudad, la cuarta de Cataluña (217.000 habitantes). Guanyem se quedó sola en su oposición a firmar el pacto del reparto de la alcaldía. El popular accedió al cargo por encabezar la lista más votada -11 ediles- superando a Dolors Sabater, de Guanyem, con 10 votos y al socialista Rubén Guijarro, con seis. Visiblemente emocionado, Albiol asumió la vara reconociendo que no tenía esperanza de ser elegido. El popular regresa al cargo que ocupó entre 2011 y 2015 para relevar al socialista Álex Pastor, que dimitió por saltarse el confinamiento y conducir embriagado.

La dirección del PP acogió con alborozo la investidura de Albiol hasta el punto de que Alejandro Fernández, presidente del partido en Cataluña, la calificó de “justicia poética”. El diputado se mostró atónito —“¿No ha habido ya suficiente show>?”— ante la petición de Ada Colau de promover ya otra moción de censura a las tres horas del nombramiento. No parece que esa posibilidad esté en el ánimo de la izquierda desolada y fracturada tras el Pleno.

Fiel a su costumbre, la sesión volvió a ser una especie de thriller de enorme suspense y tensión hasta el final y con ruegos dramáticos de comunes y ERC para llegar a un acuerdo en vivo y en directo. No fue posible y Albiol esta vez casi llegó a la alcaldía por accidente. “Ha sido surrealista. He entrado como líder de la oposición y salgo como alcalde”, dijo. Conciliador y consciente de que carece de mayoría absoluta —le faltan tres ediles—, pidió no mirar al pasado y crear puentes. “Soy más militante de Badalona que del PP”, dijo.

Con un suspense in crescendo hasta el final, Albiol logró ser investido alcalde por segunda vez en su carrera y confirma la tendencia de la última década en uno de los escasos graneros de votos del PP en Cataluña. Albiol, muy carismático pero también cuestionado por su discurso xenófobo, especialmente durante su primer mandato, fue alcalde entre 2011 y 2015 convirtiéndose así en el principal referente del PP de Cataluña, formación que llegó a presidir. El popular ganó en 2015 y repitió victoria en 2019 pero sin lograr la mayoría absoluta. Las dos veces fue desplazado por una alianza de la izquierda cada vez más frágil hasta que este martes recuperó el cargo.

El Pleno, de poco más de una hora, se celebró en el Centro Internacional de Negocios de Badalona al haberse quedado pequeño el Salón de Plenos por las distancias impuesta por la pandemia y con los concejales con mascarillas. Y seguramente marcará un antes y un después en la historia de la ciudad porque es la primera vez en que la división de la izquierda cristaliza hasta el punto de que la alcaldía retorna al PP teóricamente por unas discrepancias de quién debía ocupar la alcaldía durante unos meses.

Todos los partidos culparon en tromba a Sabater de ser la responsable de la vuelta del PP a la alcaldía. 12 de 16 concejales de la oposición —todos menos los de Guanyem— rubricaron el documento de ese hipotético gobierno de progreso. La realidad es que desde el principio la pelota estaba en el tejado del PSC, que al límite del plazo levantó el veto a Sabater y condicionó su voto a repartir la alcaldía lo que resta de mandato: año y medio para ella y otro año y medio para Rubén Guijarro. Guanyem hacía otras cuentas: entendía que el PSC ya había consumido un año con Pastor y le proponía ocupar solo el último año de mandato y el previo a las elecciones. Sabater achacó el desencadenante de la ruptura a que del texto desapareció una cláusula que supeditaba el pacto a que lo ratificara después la asamblea de su partido.

“Es un día duelo. Todos somos responsables de este fracaso. Ni fui una heroína cuando voté a Álex Pastor ni ahora cabeza de turco”

“Es un día duelo. Todos somos responsables de este fracaso. Ni fui una heroína cuando voté a Pastor ni ahora cabeza de turco”, dijo recordando que en junio sacrificó su candidatura para votarle pese a que un año antes le había presentado una moción de censura. Guanyem esgrime que el PSC levantó su veto 21 horas antes del Pleno. Y los socialistas replican que hicieron antes seis propuestas. Alex Montornés, de ERC, retiró su confianza en Sabater y se alineó con la versión de los socialistas. Aïda Llauradó, de los comunes>, pidió su dimisión pese a que la votó: “No hemos votado a una alcaldía de Guanyem sino un acuerdo político”. David Torrent, de Junts per Catalunya, tildó de “vergüenza” lo ocurrido y lamentó la ocasión perdida de un gobierno de progreso de 16 ediles. Eso si: afeó a ERC y comunes sus reproches y les acusó de haberse borrado el lunes de la negociación.

Ni se habló en el Pleno de inmigración ni de independencia —“Seguro que no nos ponemos de acuerdo en eso pero sí en cosas de ciudad”, dijo Albiol en la única alusión— ni del exalcalde Pastor. El tacticismo ha pesado como nunca en la izquierda a la hora de sopesar los riesgos de asumir la alcaldía en medio de la pandemia. ERC y el PSC anhelan que el popular acusando la gestión de la crisis y que Sabater sea considerada como una política intransigente. Carmen Martínez, de Guanyem, afirmó que la izquierda está profundamente fragmentada desde hace años y que tienen que dejar de verse como enemigos. “No se trata de ir en contra de”, dijo en alusión a Albiol, “sino a favor de”. El nuevo alcalde le dio la razón.

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