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La restauración prueba el “take away” para hacer caja y reinventarse

Más de 130 restaurantes se apuntan a la Guía gastronómica del desconfinamiento

Blanca Cia
El restaurante Eroica Caffe Barcelona, desde el inicio del confinamiento trabaja con pedidos a domicilio y ahora también para llevar.
El restaurante Eroica Caffe Barcelona, desde el inicio del confinamiento trabaja con pedidos a domicilio y ahora también para llevar.Albert Garcia (EL PAÍS)

Después de dos meses de cero euros de ingresos e importantes gastos que afrontar y la incerteza de cuándo podrán volver a abrir por la pandemia del coronavirus, bastantes restauradores han optado por retirar mesas, habilitar una pequeña zona de atención al cliente y servir comidas para llevar. A la iniciativa de la Guia gastronómica del desconfinamiento, que arrancó el pasado cuatro de mayo, se han sumado ya 130 restaurantes de Cataluña y más de 70 son de Barcelona.

Las mesas y las sillas han desaparecido del primer plano habitual de los restaurantes, que se han acogido a la comida para llevar o el servicio a domicilio. En el Eroica, del Eixample, han optado por situar un mostrador en la entrada que, además de hacer de barrera física con el cliente, muestra la oferta culinaria en la que predomina la cocina y productos italianos. “Al principio estábamos solos, pero la semana pasada esto se ha ido animando. Nosotros empezamos por mantenernos vivos y ocupados, para ingresar algo y pensando en la siguiente etapa”, explica Miquel, uno de los pequeños autónomos que regentan muchos de los 9.000 negocios de la restauración de la capital catalana. “Es que es muy bestia no ingresar nada de nada si tienes créditos y proveedores y los préstamos tardan lo que tardan”, resume.

Al principio del estado de alarma, la mayoría de los restauradores rechazaron la posibilidad de seguir cocinando a puerta cerrada con el argumento de que la esencia de un restaurante era tener los clientes en el local, reconocen desde el gremio. Tras dos meses de confinamiento, sin certezas sobre la desescalada y con la incertidumbre del futuro del sector por la falta de turismo, los restauradores han cambiado de opinión. El gremio trabaja con horarios de apertura variables y bastantes concentrados en el fin de semana, con servicio de domicilio o para llevar. Las colas a las puertas de restaurantes el pasado domingo daban una pista de la actividad de los fogones.

“Desde la academia se les dio un punto de encuentro, una ventana en internet de agrupar a quien quisiera apuntarse”, explican fuentes de la Academia Catalana de Gastronomía, que lanzó la idea de la Guía gastronómica del desconfinamiento el pasado 4 de mayo, a la que cada día se suman más restaurantes y locales de comida.

El anuncio hecho la semana pasada por el Ayuntamiento de Barcelona de que, además de rebajar el 75% la tasa, se podrían ampliar las terrazas de bares y restaurantes en la calle para compensar la restricción del aforamiento al 50% —durante la fase 1— fue muy bien acogido por el sector, que ahora espera a que la tramitación sea ágil. “Lo ideal sería tenerlo listo todo para cuando se pueda abrir”, sostienen desde el gremio.

Espacio para terrazas

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“El martes -hoy- comunicaremos a todo el sector un número de teléfono de Barcelona Activa para que presenten sus peticiones. La idea es poder dar una autorización provisional en muy poco tiempo, en una semana”, detalla la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. La iniciativa del consistorio recogía la idea de que la calle será el lugar más seguro para las medidas de distanciamiento y que para ello haría falta ampliar espacio para el peatón. Siguiendo ese criterio, las terrazas que puedan aumentar de tamaño o mantengan las mesas que ya tienen ganarán espacio a costa del coche.

“Hemos animado a que nos presenten propuestas imaginativas, a que se agrupen varios negocios de una misma calle para unificar los tramos y hacer planteamientos de espacios y vemos que el sector está muy receptivo”, añade la edil. El número de restaurantes de Barcelona que se han apuntado al take away ha ido creciendo.


De apartamentos turísticos a pisos

El 40% de los 9.600 apartamentos turísticos que tiene Barcelona, unos 3.900, dejarán de serlo para salir al mercado de alquiler de uso residencial, según señala un comunicado de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (APARTUR). Un cambio de orientación del negocio decidido tras un estudio realizado por esa entidad que sostiene que los 5.700 que seguirán como alojamiento turístico podrían ser la elección preferida del “turismo que llegue a Barcelona en los próximos meses, cuando se pueda reabrir definitivamente el mercado”. Un mercado que se prevé familiar y que busca garantía de distanciamiento social, una condición que Apartur cree que los apartamentos pueden cumplir mejor que otro tipo de oferta de alojamiento.

 

 

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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