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Fallece Joan Vehí, el hombre que ‘enmarcó’ a Dalí

El fotógrafo y carpintero mantuvo una relación de amistad de 35 años con el pintor, creó muchos muebles de Portlligat, los bastidores para sus cuadros y lo fotografió centenares de veces

Joan Vehí, cámara en mano, sentado en la bahía de Cadaqués, en una imagen de archivo.
Joan Vehí, cámara en mano, sentado en la bahía de Cadaqués, en una imagen de archivo.Consuelo Bautista
José Ángel Montañés

“En 1952, al año siguiente de abrir mi carpintería, vino el maestro de obras de Dalí en Portlligat, y me dijo si quería trabajar allí. Me hizo una especie de examen y me contrató. Luego acabé haciéndole cientos de bastidores de los cuadros que pintaba cada año. Fueron 35 años de relación que acabó cuando se quemó en Púbol y se lo llevaron primero al hospital y luego a Figueres”. Así resumía, hace unos años, Joan Vehí i Serinyana su dilatada relación con el pintor surrealista Salvador Dalí. Vehí, carpintero ebanista de profesión dio forma a los muebles que Dalí diseñaba y que todavía pueden verse en la casa de Portlligat, todos creados con la dura madera de olivo; de los árboles que acabaron muertos tras la helada de 1956. Pero también fue el autor de cientos de fotografías del pintor y amigo en su entorno doméstico, en la que Dalí era uno más de Cadaqués y no el famoso pintor surrealista. Joan Vehí, nacido en Cadaqués el 29 de mayo de 1929, ha fallecido este lunes a los 90 años, llevándose con él muchas de las historias vividas durante años con el pintor y que este hombre discreto nunca contó.

“Con el paso de los años la relación no era profesional, sino muy normal. Dalí era un hombre con una mente privilegiada que siempre estaba por delante de cualquier otro”, explicaba Vehí en su carpintería convertida desde 1996 en sala de exposiciones donde podían verse algunas de las 80.000 fotografías que hizo de Dalí y, sobre todo, de Cadaqués, además de su colección de 600 cámaras fotográficas y otras tantas placas de vidrio fotográfico.

Salvador Dalí fotografiado por Vehí sentado en la silla de seis patas que el fotógrafo-carpintero había hecho.
Salvador Dalí fotografiado por Vehí sentado en la silla de seis patas que el fotógrafo-carpintero había hecho.

Vehí disfrutaba mostrando imágenes de todo lo que había relacionado con Dalí durante décadas, sobre todo cuando no estaban los secretarios del pintor como Robert Descharnes. También de muebles como escritorios, mesas y taburetes. De todas ellas se deleitaba delante de dos creaciones suyas: la silla de seis patas con la que Dalí le gustaba fotografiarse, reclinado, en la terraza de su casa. “Tras la reapertura al público se han hecho 10, pero cinco se han roto porque no estaban bien equilibradas”. Y sobre todo la cruz de madera que hizo para que Dalí pintara su Cristo Hipercúbico en 1954. “Dalí tenía la idea, Isidre Bea, su ayudante, calculada la proporción y yo la hice. Bueno, hice dos cruces, una está en la Fundación de Figueres y la otra es esa. Es como una joya para mí”, explicaba orgulloso.

Salvador Dalí con la cruz realizada por Joan Vehí en una fotografía realizada por Català-Roca en 1953.
Salvador Dalí con la cruz realizada por Joan Vehí en una fotografía realizada por Català-Roca en 1953.

Vehí, que fue regidor de este pueblo en dos ocasiones, impulsó el centro de iniciativas turísticas y presidió la asociación de vela latina de la localidad. Cuando se le preguntaba si vendía las fotos o algo de lo que exponía en su antigua carpintería situada en los bajos de su casa junto a la iglesia de Santa María de Cadaqués, decía rotundamente que no.

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Sus últimos años, eso sí, dedicó todo su empeño a que sus imágenes formaran parte de una fundación. Lo consiguió en 2014 con ayuda del Ayuntamiento de Cadaqués y de la Diputación de Girona.

Si se le preguntaba por aspectos no muy conocidos de Dalí no le gustaba responder. Si era categórico cuando se le mencionaba a Ana Maria Dalí, la hermana del pintor con la que mantuvo una mala relación durante décadas pese a que los dos hermanos vivían apenas un kilómetro de distancias durante casi seis meses al año. “Dalí no iba a verla porque Gala estaba en contra, pero a nosotros cuando acabábamos de trabajar nos sentábamos a hablar con él y nos preguntaba por las cosas que pasaban en el pueblo y por cómo estaba ella. Siempre se interesaba por su hermana”.

Vehí aseguraba que eran tan amigos que “solo me faltaría tener llaves de su casa, pero no la quiero”, explicaba. También que “cuando voy a Portlligat soy el único que puedo afirmar lo que pasó allí, porque soy el único que queda vivo”. Hasta este lunes que ha fallecido, pero quedarán sus fotografías que Cadaqués ya ha podido ver en varias exposiciones organizadas en el museo local en 2004 y 2017. Este verano estaba prevista una nueva muestra que volverá a unir a Vehí y su amigo Dalí.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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