“A largo plazo veremos más trastornos depresivos y adaptativos”
Antoni Ramos Quiroga, jefe de psiquiatría de Vall d’Hebron, advierte del impacto en la salud mental que tendrá la pandemia
No hay pandemia que borre el optimismo a Antoni Ramos Quiroga, jefe de psiquiatría del hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Han sido tiempos difíciles, gestionando la ansiedad sobrevenida de ciudadanos anónimos, familiares de enfermos y compañeros de bata blanca. También lidiando con sus pacientes por videollamada ante la imposibilidad de hacer visitas presenciales. Pero Ramos Quiroga no decae. Busca siempre el lado positivo, incluso en una postpandemia que se presume compleja en términos de salud mental global.
Pregunta. ¿Estábamos psicológicamente preparados para esta crisis?
Respuesta. Nadie, emocionalmente, estaba preparado para esta situación porque nunca la habíamos vivido. Venimos de una sociedad donde se piensa que todo se resuelve: si hay dolor, se calma; si hay un problema, se consigue solución. Nos hemos enfrentado a un hecho que tiene muchos aspectos negativos para nuestra salud mental: la incerteza, la falta de conocimiento y todo esto asociado a que mucha gente en confinamiento ve peligrar su situación económica y laboral. Eso incrementa mucho más el sufrimiento y el malestar de la salud mental.
P. ¿Qué dolencias traerá la pandemia?
R. Probablemente, los trastornos que veamos crecer de forma importante en la población general son la ansiedad, trastornos depresivos. Pero lo que nos preocupa es cómo este confinamiento y la crisis social, económica y sanitaria no deja de ser una situación estresante muy intensa y este es un factor de riesgo para desestabilizar trastornos mentales que una persona ya pueda tener. Hemos visto recaídas de personas con trastornos psicóticos y bipolares.
P. ¿Cómo se organiza un servicio de psiquiatría en tiempos de pandemia?
R. Las urgencias se han continuado haciendo, pero se han extremado medidas de seguridad para que no se contagien pacientes y profesionales. Se ha establecido que todo paciente que ingrese en psiquiatría tengan PCR negativa porque son enfermos se mueven mucho más por las salas que otros pacientes y comparten más espacios comunes. Y a nivel de consultas externas, hemos hecho primeras y segundas visitas con videomedicina.
“Hemos visto recaídas de personas con trastornos psicóticos y bipolaresAntoni Ramos Quiroga
P. Y se han acercado a la gente de la calle.
R. Las cosas nuevas que hemos hecho es orientarse hacia la ciudadanía, con una página web donde cualquier ciudadano puede enviar sus consultas y en menos de 48 horas nos ponemos en contacto con ellos. Con el Servicio Catalán de la Salud hemos desarrollado también una web-app donde hacemos que la ciudadanía pueda objetivar su nivel de estrés emocional y le sugerimos una recomendación. Además, también hemos puesto en marcha un servicio de atención a los familiares de personas ingresadas y les hacemos visitas psicológicas o psiquiátricas si se encuentran mal.
Hemos dado asistencia a las plantas de hospitalización para dar información a las familias y descargar un poco a nuestros compañeros y hemos desarrollado un protocolo al final de vida y acompañarlos en el proceso de duelo para evitar que se complique y sea patológico.
Y también hemos establecido apoyo psicológico a los profesionales y cada tarde lanzamos sesiones de mindfulness.
P. ¿Cómo se encuentra la gente?
R. Hay varios momentos. En el momento inicial, de la crisis, el shock y el confinamiento, lo que hay es la ansiedad. En la segunda fase, que empezamos a ver ahora, hay síntomas depresivos. Lo que veremos a largo plazo es el incremento de las depresiones, los trastornos adaptativos.
P. ¿Y los profesionales? ¿Esta crisis pasará factura a su salud mental?
R. Tenemos datos de situaciones parecidas y los que nos llegan de China que dicen que el 40% llega a tener clínica de ansiedad y el 50% depresión. Ellos han vivido tres situaciones angustiantes: empezar a trabajar en unidades que no son su hábitat natural, lo que crea ese disconfort moral; en algunos centros, también hubo carencia de equipos de protección individual y tuvieron que lidiar con el miedo al contagio; y, además, muchos han estado aislado de sus familias para evitar contagios. Son situaciones que incrementa el estrés.
Están muy bien los aplausos de las ocho, pero yo le pediría a la ciudadanía que una vez que pasemos el estado de emergencia, que reivindiquen que los servicios de salud estén bien dotados y que nos pongan los servicios de apoyo a la salud mental de los profesionales.
"En el momento de la crisis, el shock y el confinamiento, lo que hay es la ansiedad. En la segunda fase, hay síntomas depresivosAntoni Ramos Quiroga
P. ¿Qué hace más daño a la salud mental: la incertidumbre de la pandemia o el confinamiento?
R. La sensación de indefensión, de no saber si vas o si vienes, eso es lo que más impacto va a tener. Hablamos mucho del confinamiento, pero hay que contextualizar. Es verdad que no es igual para todos y es la situación más grave que ha vivido nuestra generación, pero si la comparas con la situación de otras generaciones con los bombardeos de Barcelona o la situación de los refugiados… Siempre criticamos a nuestra sociedad como acomodada, que no sabe resistir. Y centrándonos tanto en el confinamiento, la estamos haciendo acomodada.
P. ¿Teme que las personas con problemas de salud mental se puedan descompensar después de todo esto?
R. Totalmente. Durante el primer mes, las urgencias disminuyeron un 37%, pero todo lo que venía era de ingreso: episodios psicóticos, de manía. Desapareció la patología leve y moderada y venían casos gravísimos. Esta última semana, sin embargo, vuelve a venir la patología más moderada que no puede aguantar más el confinamiento y descompensaciones de trastornos mentales porque estar mucho tiempo en casa han sido un hándicap y toda esa incerteza para ellos es un estrés. Y ese estrés es lo peor que puede tener una persona con un trastorno mental. Seguro que va a haber un incremento de cuadros de depresión y ansiedad porque esto es un gran estrés emocional y va a crear patología a medio y largo plazo.
P. ¿Estamos preparados para otra pandemia?
R. La incertidumbre y la novedad es el peor aliado para tener una situación emocional estable. La sociedad va a estar más preparada porque ha vivido las consecuencias y ha entendido qué implica no hacer un confinamiento adecuado y qué implica no invertir en salud y en investigación. La gente tiene más claro qué es lo importante.
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