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Caldo de pescado para hospitales

Pere Gotanegra reparte miles de litros que ya han llegado a unos 30 centros sanitarios para aligerar sus cocinas

Pere Gotanegra, cargado de caldo de pescado.
Pere Gotanegra, cargado de caldo de pescado.

“Me marcó que SEAT parara su producción para hacer respiradores. Pensé, si ellos hacen esto, ¿yo cómo puedo ayudar?”, explica Pere Gotanegra, gerente de Pescadores de Roses Planta de envasado SL. La empresa ha presentado un ERTE para las dos terceras partes de la plantilla, pero desde el decreto de estado de alarma dona un 15% de la producción diaria de caldo de pescado a hospitales y geriátricos. Y ya van más de 2.500 litros. Su solidaridad ha tocado la fibra a otros empresarios que colaboran en la iniciativa para llegar a otras ciudades como Barcelona y Madrid. Todos participan: transportistas, distribuidores e incluso los fabricantes ingleses de los envases.

La producción habitual de la empresa va destinada en un 60% a la hostelería y en un 30% al norte de Italia. El confinamiento lo bloqueó todo y fue cuando decidieron donar unos 1.100 litros semanales en envases de 2,2 litros. “El objetivo es aligerar el trabajo de las cocinas de estos centros, que desde que empezó el brote están desbordados”, explica Gotanegra. Buscando la implicación de otros sectores, consiguió que Trans-Empordà SL hiciera gratis la primera distribución para geriátricos y hospitales de Girona e Igualada y ahora, que ya ha llegado a una treintena de centros y entidades sociales, la hace a precio de coste. El caldo de pescado se ha repartido también en Manresa, en geriátricos de Gavà, l'Hospitalet de Llobregat y Arenys de Munt y en el Hospital del Mar, en Barcelona. Su distribuidor en Mercamadrid, Dispemar, se ofreció para hacer llegar 400 litros a un centro psiquiátrico de Ciempozuelos. El Grupo-Olano hizo la distribución sin cobrar portes.

Uno de los centros donde ya han disfrutado del caldo es el Hospital de Olot. Tiene cocina propia con un servicio “en caliente”, es decir, “cocinado y servido”. Mati Mora, jefa de cocina, dice que pueden sacarle un gran provecho y que por sus ingredientes, —una docena de pescados y mariscos capturados en la costa gerundense— “es más consistente y completo” del que elabora el propio centro. “Lo utilizamos como base de varios platos, sopa de pescado, arroces, fideuás, paellas…”, tanto para pacientes como sanitarios, que implican unos 275 menús diarios, explica. Mora detalla que tienen un control muy estricto sobre los alimentos y que no todas las donaciones pueden darse a los pacientes: “Este caldo sí, tenemos su ficha técnica, es de muy buena calidad y la dietista ha dado el beneplácito”.

La iniciativa solidaria de Gotanegra ha cruzado fronteras. Al ver que la demanda crecía intentó buscar alianzas y se puso en contacto con la empresa inglesa Berry M&H, que fabrica los envases en los que se reparte el caldo. Lo vieron una “excelente iniciativa” y se comprometieron a mandar un palé de 400 envases gratuitos, pero acabaron enviando 2.000.

Tras el primer reparto, el proyecto llegó a oídos de diversas residencias de Barcelona, que solicitaron el producto. Ahí fue cuando decidió pedir la colaboración de Rotary Club Roses-Empuriabrava, de la que es socio. Accedieron y compraron a precio de coste la misma cantidad que él donaba. Así pudieron llegar a más centros. Ahora espera la implicación del resto de franquicias de Girona para tener preparados el próximo miércoles entre 80 y 130 para cada centro.

“Los efectos de la crisis van para largo”, augura Gotanegra. Por eso, de caras a próximas semanas, ya se ha puesto en contacto con organizaciones como Cáritas, Cruz Roja o Arrels para poder suministrar también el producto a personas que tengan dificultades para poder adquirir alimentos.

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Un mar de solidaridad

Nombre. Pere Gotanegra, 63 años

Qué hacía antes de la crisis. Gestionaba la empresa creada por la cofradía de Roses y la familia Gotanegra, -que lleva cinco generaciones de pescadores-, que fabrica y comercializa productos elaborados con pescado y marisco.

Qué hará cuando acabe la crisis. Intentará seguir con la gestión de la empresa preparado para la recesión e impacto económico previsto. Espera poder salir adelante y pretende no dejar esta línea solidaria, que cree será muy necesaria.

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