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Torra emplaza a la oposición a un gran pacto catalán de reconstrucción pero con “herramientas de Estado”

Ciudadanos y el PSC tienden la mano y ofrecen sendos foros para diseñar la salida de la crisis

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, en un control de temperatura, en el Parlament.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, en un control de temperatura, en el Parlament.Job Vermeulen (EFE)

Tras 50 días cerrado a cal y canto por el coronavirus, el hemiciclo del Parlamento catalán ha reabierto este viernes sus puertas para una sesión muy particular. Es inédito que se vote en un pleno de manera telemática, con solo 21 diputados presentes y se aprueba un presupuesto tras dos años de prórrogas. Y por primera vez Ciudadanos, el principal grupo de la oposición, y el presidente del Govern, Quim Torra, parecen haberse puesto de acuerdo en algo: la creación de un foro parlamentario para abordar la respuesta a la situación social y económica tras la pandemia.

Previamente, el líder del PSC, Miquel Iceta ha hecho un llamamiento similar con un extenso documento que va más allá de la pura declaración y propone 44 medidas concretas en el ámbito de la salud, la alimentación, la atención a los más vulnerables, los trabajadores públicos, los medios de comunicación, evitar el aumento de las desigualdades, así como salvar empleos y empresas. Torra, que también tenía la idea en el tintero, ha recogido el guante lanzado por partida doble aunque ha insistido en que para “construir” Cataluña es necesario contar con las “herramientas de un Estado”.

Las relaciones entre el Govern y Ciudadanos son básicamente inexistentes. Los encuentros dialécticos en los atriles de la Cámara catalana suelen ser muy agrios y broncos, incluso en algunos momentos sobrepasando la cortesía parlamentaria, lo que en algún momento ha obligado al presidente del Parlament, Roger Torrent, a intervenir. En esta sesión todo ha sido muy distinto y la líder de la formación naranja, Lorena Roldán, ha mostrado su perfil más institucional. “Hay que ir a un paso más allá. Por eso le propongo un foro autonómico, donde todos dejemos de lado nuestras diferencias y nos pongamos a trabajar”, le ha pedido con solemnidad.

Torra incluso ha puesto de relieve la diferencia de tono de Roldán que, posteriormente, sí le ha recordado como el Govern rechazó la intervención del Ejercito en tareas sanitarias y después tuvo que pedir la ayuda. “Tenemos que ir a una respuesta inclusiva, donde nos escuchemos todos”, le ha respondido el president. Ciudadanos, por ejemplo, había declinado ir a reuniones en el Palau de la Generalitat por el lazo amarillo en favor a los políticos en prisión que estaba en la fachada. La petición de un informe al Consejo de Garantías Estatutarias sobre los Presupuestos que se aprueban este martes retrasó un mes su puesta en marcha.

Minutos antes, el líder de los socialistas, Miquel Iceta, también había aprovechado para lanzar una propuesta de plan de reconstrucción y ha instado a Torra a que asuma ese rol de liderazgo. El presidente catalán ha insistido en que convocará a los partidos políticos, a los grupos parlamentarios pero que su enfoque será más ambicioso y que espera vincular a los líderes sociales, Ejecutivos de grandes empresas, las universidades, el mundo cultural y “todo el talento de Cataluña”. “Prefiero decir que vamos a construir que a reconstruir, porque los segundo implica seguir con el mismo modelo. La respuesta al futuro tiene que ser disruptiva”, ha asegurado.

Pese a las buenas palabras, Torra ha hecho una salvedad que de por sí ya dificulta el acuerdo. “Necesitaremos herramientas de Estado. Todas esas herramientas que ahora no tenemos las podamos tener. Que esta crisis terrible no la paguen los ciudadanos y las empresas, que la paguen las Administraciones”, ha dicho el president en su respuesta a Iceta. Roldán no ha respondido a esta idea si bien puso sobre la mesa un espacio “sin confrontación con el Estado”. Varios políticos y líderes independentistas, incluyendo al propio presidente de ERC, Oriol Junqueras, han insinuado o afirmado directamente que una Cataluña independiente habría atendido mejor la pandemia.

Los comunes, por su parte, han criticado algunos abruptos de la comunicación de la Generalitat durante la pandemia, por ejemplo, cuando el consejero de Interior Miquel Buch vio motivaciones en el envío de 1.714.000 mascarillas a Cataluña (el fin de la Guerra de Sucesión). “Ustedes necesitan buscar alianzas y con este lenguaje lo que hacen es romper puentes”, ha asegurado la presidenta del grupo parlamentario, Jessica Albiach. Torra, por su parte, le ha pedido que, como socios de Gobierno de España, aboguen porque se le regresen a Cataluña las competencias en Sanidad e Interior que han sido recentralizadas temporalmente para poder ejecutar su propio plan de desconfinamiento.

El PP también ha utilizado el incidente de Buch y las mascarillas para criticar el espíritu del Gobierno independentista de la Generalitat. “Eso no es un punto de vista normal, no en lo político, sino en lo psiquiátrico”, ha dicho el popular Alejandro Fernández, que cree que el president “está desprovechando la oportunidad, con la crisis, de al menos generar confianza y reivindicarse ante la mitad de catalanes que previamente ha ofendido”.

Durante la sesión de control, también ha habido un rifirrafe entre Torra y el presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià. En su primera intervención ante el pleno, el president ha criticado que el pleno no se realizara en su totalidad de manera telemática (que el reglamento no recoge) y ha cargado contra Torrent. “El Govern, los Ayuntamientos y las diputaciones se reúnen telemáticamente. Si las comisiones también lo hacen, el pleno del Parlament también lo podría hacer. Me sabe mal que el Parlament no lidere el futuro”, ha dicho.

La posibilidad de usar esta herramienta ha generado fricciones entre los socios del Govern y de ahí que Sabrià le respondiera con contundencia y ha pedido “la separación de poderes”. El republicano ha puesto en valor estar en “un pleno diferente aprovechando el margen que da el reglamento del Parlament y respetando la decisión de la Mesa”. Todos los grupos están a favor de digitalizar este tipo de reuniones pero temen que Junts per Catalunya quiera utilizarlo para dejar una puerta abierta al expresidente Carles Puigdemont, huido de la justicia española.

La propuesta socialista

Entre las medidas concretas en el ámbito sanitario, el PSC propone cambios sustanciales en los presupuestos de la Generalitat para revertir los recortes, dar estabilidad a los profesionales que se han incorporado en la lucha contra el coronavirus o elaborar un plan de choques contra las “ingentes listas de espera” hospitalarias. Los socialistas catalanes también piden que los medios públicos de comunicación garanticen “la presencia de voces autorizadas y diversas, favoreciendo los mensajes que informen de manera rigurosa y evitando toda clase de partidismo o sectarismo” y sugieren que se habilite un nuevo canal de televisión para emitir contenidos educativos para todas las etapas de la educación obligatoria.

En cuanto a la garantía de las rentas, el PSC pide que se refuerce la actual Renta Garantizada de Ciudadanía en beneficiarios y complementos para las familias monoparentales, la creación de una prestación temporal de emergencia para familias sin ingresos y la actualización del Índice de Renta e Suficiencia de Cataluña congelado desde 2011 para que pase de 569,12 a 655,93 euros.

En el apartado del mundo laboral se pide la renegociación inmediata de los préstamos concedidos por el Instituto Catalán de Fianzas y avales a pequeñas empresas y trabajadores autónomos afectados por la crisis del coronavirus. También se reclama acelerar el pago de las facturas pendientes de la Generalitat con los proveedores, que ha aumentado hasta 2.400 millones, así como varias líneas de ayuda: de 20 millones de euros para el pago de alquileres de establecimientos, de 50 millones para pequeñas empresas, otros tantos para ayudar a los autónomos, así como revisar de manera urgente el Plan Estratégico de Turismo de Cataluña.


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