El maratón restringe la participación de los atletas de zonas con riesgo de virus

La celebración del maratón de Barcelona el próximo domingo 15 de marzo sigue en el aire por la crisis del coronavirus. La dirección de la carrera y la Generalitat se reunieron ayer para encontrar un escenario que garantice la seguridad sanitaria de los participantes y de los ciudadanos de la capital catalana. Ambas partes acordaron mantener la competición, pero la decisión definitiva se tomará según las medidas tomadas por las autoridades sanitarias. La dirección ya descarta la participación de corredores procedentes de zonas de máximo riesgo de infección.

La Generalitat considera esencial evitar en la carrera la participación de atletas de cuatro áreas de Italia (Emilia-Romaña, Véneto, Piamonte y Lombardía), Japón, Irán, Singapur y la zona china de Wuhan. El objetivo es minimizar las posibilidades de contagio del resto de inscritos, que actualmente alcanzan los 17.000, y aproximadamente la mitad son extranjeros. “Esto puede afectar a unos 500 o 600 corredores”, explica una fuente de la organización.

Parte de los responsables de la carrera catalana, la empresa ASO, son los directores ejecutivos del maratón de París, que el jueves oficializó que se pospone al próximo mes de octubre por las normativas sanitarias francesas. El gobierno prohíbe celebrar eventos con más de 5.000 personas por el coronavirus, norma que no existe en España. El maratón de Roma (Italia) y el Mundial de medio maratón, en Polonia, también se han pospuesto.

La dirección de la carrera catalana es consciente de que el futuro de la prueba es incierto. “Cuando el Ayuntamiento nos convocó hace dos días, nos temíamos que cancelaban la prueba”, admite un miembro de la organización. La comunicación con la administración es constante para detallar medidas de prevención, pero en la reunión de ayer no profundizaron en los detalles. De momento, la prueba ya cuenta con un protocolo de protección a voluntarios, en las zonas de avituallamiento y en la de recuperación.

Los participantes también viven una incómoda espera. “Llevamos muchos meses de entrenamientos; y cancelar la prueba es realmente frustrante”, explica Víctor Carrillo, que se inscribió en diciembre en su primera maratón catalana. “Desde septiembre que trabajo para ello”. La incertidumbre ha conllevado una ligera disminución de las inscripciones en la última semana. “Pero no hemos tenido más bajas que en otras ediciones”, admiten desde la organización; “la duda es saber si los inscritos participarán o no si el maratón finalmente se celebra”.

La marca japonesa de ropa deportiva Asics ya anunció el jueves que no participará en los eventos vinculados al maratón.