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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un cambio de perspectiva en el presupuesto de deportes

La campaña “Salvemos el deporte” usa argumentos poco rigurosos en una petición que parece desmesurada

Concentración ante la Consejería de Economía donde entidades del deporte catalán reclaman el 1% de los presupuestos de la Generalitat.
Concentración ante la Consejería de Economía donde entidades del deporte catalán reclaman el 1% de los presupuestos de la Generalitat.Albert Garcia
Joan Carles Burriel
Barcelona -

En las últimas semanas y coincidiendo con la tramitación simultánea en el Parlament de la ley de presupuestos y la del deporte, la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña ha liderado una campaña con el lema “Salvemos el deporte” que reclama el 1% de los presupuestos de la Generalitat para 2020. Incluso algunos dirigentes federativos amenazan con un eventual paro general de las competiciones si no se aprueba el porcentaje de gasto mencionado. Es una evidencia que los recursos económicos de la Generalitat destinados al deporte han sufrido el impacto de la crisis y que, pese a una progresiva recuperación, están lejos del techo presupuestario de 2010. Sin embargo, la campaña utiliza argumentos poco rigurosos para apoyar una petición que parece desmesurada.

Los anuncios publicitarios muestran cifras de tan sólo cuatro países europeos —sin citar ninguna fuente— de los que se asegura que destinan un porcentaje mínimo de un 1% de su presupuesto a las políticas deportivas. Esta escasa comparación sirve de fundamento para afirmar que “Cataluña está a la cola de Europa en políticas públicas deportivas” ya que sólo destina un 0,2% de los recursos públicos.

Dejando de lado la limitación de la muestra, la afirmación es errónea. Los datos referidos a Cataluña se refieren exclusivamente al 0,2% (en realidad es el 0,25%) del presupuesto de la Generalitat, obviando que las políticas deportivas públicas catalanas se realizan, también, con los recursos económicos de los ayuntamientos, las diputaciones provinciales y el propio Estado a través del Consejo Superior de Deportes. Por poner un ejemplo de otro indicador, los Círculos de Comparación Intermunicipal de la Diputación de Barcelona sitúan en un promedio de 6,7% el porcentaje destinado a deportes en los gastos corrientes municipales. Hablar de cifras económicas destinadas a las políticas deportivas públicas en Cataluña y no tener en cuenta los recursos estatales y los de las administraciones locales es desvirtuar la realidad.

En cuanto a la petición de disponer del 1% del presupuesto de la Generalitat parece poco realista con los parámetros actuales. Según datos del INE de 2018, a pesar de los recortes Cataluña es la comunidad que dispone del mayor presupuesto autonómico destinado al deporte, mientras que, en valores relativos, la media del conjunto de todas las comunidades es del 0,18% de sus presupuestos. Aumentar al 1% significaría pasar de los 61 millones actuales a 275 millones del presupuesto real de gasto, que significaría un incremento del 350%. Teniendo en cuenta que el presupuesto estatal del Consejo Superior de Deportes del año 2019 ha sido de 204 millones de euros, la petición federativa parece quimérica.

Dicho esto, es evidente que cualquier persona relacionada con el sector deportivo está dispuesta a apoyar que haya más dinero público para el deporte. El proyecto actual de presupuesto de la Secretaria General del Deporte es, a todas luces, insuficiente para hacer frente a las necesidades de los distintos ámbitos de la actividad física y deportes de nuestra sociedad. Para aumentarlo sería aconsejable cambiar de perspectiva y reclamar un mayor presupuesto para el deporte desde una mirada más transversal, que apoye planes y programas específicos con objetivos saludables, educativos, desde la perspectiva de género, de integración e inclusión social, etc. Como decía Raül Romeva en una reciente entrevista, “es necesario que el deporte deje de ser sólo tema de la sección de deportes de los periódicos”. Esto implicaría recursos de otros departamentos en programas conjuntos y un compromiso político más amplio con el valor del deporte como herramienta de transformación social. La nueva ley del deporte podría avanzar en este sentido.

Joan Carles Burriel es profesor i ex-director del INEFC de Barcelona

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