La madre del niño desaparecido de Morón será juzgada por homicidio imprudente
El juzgado que investiga el caso dicta la apertura del juicio oral tres años después de que la acusada reconociera, en un brote psicótico, haber matado a su hijo y arrojado su cuerpo a un contenedor. La Fiscalía pide libertad vigilada y que se la exima de cárcel por su trastorno mental
Macarena Díaz, la mujer que en septiembre de 2021 reconoció durante un brote psicótico haber matado y arrojado el cuerpo de su hijo Antonio David, de 15 años, a un contenedor de basura será juzgada por un presunto delito de homicidio imprudente. Así lo ha dictaminado el Juzgado de Instrucción Número 2 de Morón de la Frontera, el municipio sevillano donde ambos residían, que ha dictado auto de apertura de juicio oral, justo cuando se acaban de cumplir tres años desde que la familia paterna denunciara su desaparición. Cabe la posibilidad, sin embargo, de que ella no entre en prisión puesto que la Fiscalía ha pedido que se le aplique la eximente completa debido al trastorno de bipolaridad del que está diagnosticada.
A primera hora del 12 de septiembre de 2021, Díaz emprendía con su hijo, absolutamente dependiente debido a una enfermedad neuronal grave que lo tenía postrado en una silla de ruedas, un viaje errático que terminó al las siete de la mañana del día siguiente en una gasolinera del municipio segoviano de Carabias donde, completamente desorientada, confesó a una trabajadora que había matado a su hijo y que había arrojado su cuerpo en un contenedor a las afueras de Madrid. En ese lapso de tiempo ambos se encaminaron en el coche adaptado que ella conducía a Jerez de la Frontera para luego regresar y tomar la Autovía de la Plata. En ese periplo a ella se la pudo captar en otra gasolinera de Miajadas (Cáceres) y en un hotel de Talavera de la Reina, donde entró empujando la silla de ruedas y con su hijo envuelto en unas mantas pasada la medianoche.
Desde que confesó haber matado a su hijo, Díaz, en plena crisis, ofreció hasta cuatro versiones diferentes e inconexas, si bien en todas coincidía en que el niño estaba muerto y que había dejado sus restos en un contenedor. Cómo murió, dónde, y en qué lugar pudo abandonar el cuerpo siguen siendo una incógnita tres años después de su desaparición. La policía baraja tres hipótesis, que Antonio David falleciera dos días antes de emprender el viaje, que lo hiciera entre la noche del 11 a la mañana del 12 de septiembre o en el trayecto que su madre emprendió ese mismo día. Los investigadores también creen que arrojó el cadáver en algún punto entre la carretera de Extremadura y las afueras de Madrid, después de abandonar el hotel de Talavera de la Reina.
Díaz permaneció casi dos meses ingresada en los Hospitales Psiquiátricos de Segovia, y Virgen de Valme, en Sevilla. Aunque se le tomó declaración y participó en la reconstrucción de los hechos, nunca ha entrado en prisión y en todo este tiempo ha permanecido en libertad tratando de retomar su vida habitual. La Fiscalía ha pedido la eximente completa por el trastorno mental que parece y solicita la medida de seguridad vigilada con obligación de seguir un tratamiento médico externo o de someterse a un control médico periódico. También insta a que indemnice al padre de Antonio David con 110.000 euros.
La familia paterna, sin embargo, no está conforme. Su abogado solicitó para Díaz homicidio doloso por entender que la madre “tenía perfectamente organizado el viaje con su hijo”. “Estamos convencidos de que no lo mató, pero sí de que lo dejó morir”, sostiene el portavoz del padre del menor, Luis Núñez. La familia paterna de Antonio David apoya esta teoría en el agravamiento del estado de salud del menor en las semanas previas a su desaparición, provocado porque la madre, como reconoció, le redujo su medicación. Ella misma también dejó de tomar las medicinas para controlar sus problemas de salud mental. Los vecinos le advirtieron del deterioro en el estado de salud del chico y se ofrecieron a acompañarla al centro de salud, pero ella se negó, un comportamiento en el que observan una clara omisión del deber de socorro.
La investigación ha estado varada todo este tiempo por los sucesivos cambios de titular en el juzgado de Morón que instruía la causa. Tres años después de reaviva un caso rodeado de interrogantes pero, sobre todo, de dolor. En su auto, el juzgado fija para Díaz una fianza de 147.496 euros.
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