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La guerra deja rota a una familia palestina entre Linares y Gaza

Ahmad, de 18 años, y su padre Emad, piden a Exteriores que evacúe al resto de su familia, su madre y tres hermanos, todos de nacionalidad española, atrapados en la Franja por el conflicto entre Israel y Hamás

La familia de Ahmad en la graduación de su primo (en el centro) este verano en Gaza, De izquierda a derecha, su madre Reem, su hermana mayor Huda; su padre, Emad, su otra hermana Nur, Ahmed y delante, Ismail. / FOTO CEDIDA POR CHANGE.ORG
La familia de Ahmad en la graduación de su primo (en el centro) este verano en Gaza, De izquierda a derecha, su madre Reem, su hermana mayor Huda; su padre, Emad, su otra hermana Nur, Ahmed y delante, Ismail. / FOTO CEDIDA POR CHANGE.ORG
Eva Saiz

Cuando Ahmad Hegazi y su padre Emad abandonaron Gaza rumbo a Linares (Jaén) el pasado mes de septiembre, porque él tenía que empezar el último año de Bachillerato, pensaban que en Navidades el resto de su familia —su madre y sus tres hermanos― se volvería a reunir por fin, después de que el cierre de fronteras obligado por la pandemia los varara en Palestina y optara por continuar su vida allí para cuidar de los abuelos enfermos y esperar a que las hijas mayores terminaran la universidad. Sin embargo, la guerra desatada por Israel en respuesta a los atentados terroristas de Hamas del 7 de octubre de 2023, ha truncado esa esperanza. Las bombas, como antes hizo el virus, han aislado a los Hegazi, pero la reunificación ahora es más perentoria, porque el asedio y el bloqueo de la ayuda humanitaria por parte del Ejército israelí, no hacen sino aumentar el miedo por su bienestar.

Esa zozobra ha llevado a Ahmad y a su padre a enviar una carta al ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, para solicitarle que garantice la evacuación de su familia de la Franja de Gaza, una petición que también han trasladado a la plataforma change.org. “Todos somos españoles”, explica Ahmad, que recuerda cómo su padre vino con 18 años a estudiar Ingeniería a España en los 80 y, después de casarse con su madre, Reem Skaik, se instalaron en Linares donde nacieron todos sus hijos: Huda, periodista de 25 años; Nur, enfermera, de 22; Ahmad, que acaba de sacar un 11 en la Evau y va a cursar Arquitectura en la Universidad de Granada, de 18,; e Ismail, de nueve.

Ahmad y su padre, de 56 años, viajaron a Gaza el verano pasado para visitar a sus abuelos, porque estaban delicados de salud. El resto de la familia que residía allí había decidido que iba a regresar a España, después de cuatro años separados por culpa de la Pandemia. “Habían viajado a Palestina, pero mi hermana mayor pilló el covid, no pudieron viajar de vuelta y luego ya decidieron quedarse allí hasta que mis hermanas terminaron la universidad”, explica. El pasado septiembre todos se despidieron en su piso en Talelhaua, el mismo sitio donde su madre, sus hermanas y le pequeño Ismail se cobijaron en el inicio de la ofensiva israelí en octubre.

Pero ese piso fue bombardeado y tuvieron que refugiarse en la casa de sus abuelos, que también acabó destrozada por los misiles de Israel. Era la primera de las cinco mudanzas obligadas de su familia. “Después huyeron al piso de un tío de mi madre en los alrededores del hospital Al Shifa”, relata Ahmad. Ese centro hospitalario se convirtió en uno de los epicentros de la estrategia de destrucción del territorio palestino por parte del Ejército israelí y tras el asalto por parte de sus tropas, Reem y sus hijos se resguardaron en un centro de fisioterapia. “Vivieron un mes en unas condiciones terribles, hacinados con muchísima más gente, comiendo lo que podían, durmiendo en el suelo”, relata Ahmad. Cuando la ofensiva amainó, regresaron a casa de su tío, donde siguen conviviendo con otra veintena de familiares. “Todos han tenido hepatitis por el mal estado del agua que beben”.

En este tiempo, al hambre, la sed y el pánico, se han sumado el dolor y la rabia de ver morir a medio centenar de parientes. “Al cuerpo de mi tío, el hermano de mi padre, tuvieron que sacarlo de una montaña de escombros. La situación es terrible”, relata Ahmad.

Él y su padre están en permanente contacto con el consulado español en Israel. De hecho, su familia estaba en la lista de evacuados españoles, pero su ubicación, en el norte de la Franja, lejos de la zona sur por donde se realizaron las operaciones de repatriación de los ciudadanos de nuestro país atrapados en la guerra. “Acceder allí desde el norte de la frontera es muy peligroso, además que tendrían que ir a pie, van solas con un niño pequeño…”, explica su hijo.

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Por eso han decidido pedir ayuda directa al Gobierno central, después de contactar, sin éxito, con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Linares, ambos del PP. “Nos han dicho que ellos no son competentes, pero tampoco se han parado a tratar de hacer de interlocutores con el Ministerio”, explica Ahmad.

En su carta le piden a Albares que “tome medidas inmediatas y adecuadas para asegurar el regreso seguro a España” de su familia, “garantizando su evacuación inmediata de la Franja de Gaza”. Una protección que hacen extensiva “a todas las personas españolas en su misma situación”. “Podrían ponerles un coche, una ambulancia, algún vehículo que pueda trasladarse a la frontera, porque es no hay seguridad ninguna”, propone, a su vez, Ahmad.

Pasan los meses, y aunque ahora pueden hablar a diario con su madre y sus hermanos, el miedo en Gaza y en Linares no para de crecer. A principios de abril su padre sufrió un infarto por la ansiedad que le está provocando la impotencia y la incertidumbre. Y en medio de tanta angustia, Ahmad reconoce que “lo más complicado ha sido sacarse el Bachillerato”, un esfuerzo para el que ha contado con el apoyo de sus amigos y que también ha hecho por su familia. “Para intentar que se evadieran, para que estuvieran orgullosos de mí”. Lo están, pero no porque haya sacado matrícula de honor, sino porque sigue luchando por una reunificación necesaria para los suyos.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.
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