Ir al contenido
_
_
_
_

La vuelta a casa del tío Frank, el joven estadounidense de ascendencia gallega fusilado por el franquismo

La familia de Ignacio Francisco Caneda, asesinado con 18 años por el régimen franquista en Navarra, recupera sus restos casi 90 años después

La vicepresidenta Ollo junto a Mauricia Caneda, sobrina de Ignacio Francisco Caneda, durante el acto de entrega, el pasado jueves.
Amaia Otazu

Ignacio Francisco Caneda, Frank, nació en Bridgeport (Connecticut, EE UU) en 1918, aunque su historia empezó a escribirse mucho antes. Los registros de inmigración de Ellis Island recogen que su madre, Rosa Deza (de soltera, Gaire Cardo), llegó a bordo del barco Alfonso XII en abril de 1917. Allí nacieron Ignacio y dos hermanos, pero la prematura muerte de Rosa truncó el sueño americano de la familia y llevó a su padre, Francisco, a volver a O Grove (Pontevedra), de donde eran oriundos. Con apenas 16 años, Frank fue condenado a cuatro años, siete meses y un día de prisión por sus vínculos con el anarquismo. Su padre removió Roma con Santiago para liberarlo y logró incluso la intervención de la embajada estadounidense, que argumentó que un ciudadano americano no podía ser detenido como preso político español. Con la documentación oficial en la mano, el padre de Frank acudió a la prisión gallega de San Simón, donde estaba retenido su hijo, pero cuando llegó allí, ya lo habían trasladado de cárcel. Nadie supo —o quiso— decirles a dónde se lo habían llevado. Averiguaron que lo habían asesinado cuando tenía 18, pero tampoco pudieron saber dónde estaba enterrado su cuerpo. 88 años después, en noviembre de 2024, fue identificado por el Instituto Navarro de Memoria en una fosa común en la Comunidad foral, en un cementerio próximo al Fuerte de San Cristóbal —o Fuerte Alfonso XIII—, que funcionó como prisión en aquella época. Ahora, por fin, el tío Frank descansa con su padre y hermanos en O Grove.

Para la sobrina nieta de Ignacio Francisco, Rosa González (Nueva York, 53 años), la historia familiar nunca ha sido un secreto. Su abuelo, hermano del represaliado, volvió a vivir a Estados Unidos, y siempre mantuvo vivos los recuerdos: “Mi abuelo añoraba mucho a su familia y él siempre decía: nacisteis en Estados Unidos, pero acordaos de que ante todo sois españoles y sois gallegos. Nuestra historia, nuestras raíces siempre han sido muy importantes”. Y como muestra, sonríe, ella lleva el nombre de su bisabuela. En esos recuerdos, quedó patente el recuerdo cariñoso del uncle Frank o el hermanito Frankie y el dolor por desconocer su paradero. La familia Caneda Deza nunca paró de buscarlo y fue el verano pasado cuando, por fin, lograron encontrar un hilo del que tirar.

En la imagen, Mauricia Caneda, sobrina de Ignacio Francisco Caneda, abraza los restos de su tío durante el homenaje, el pasado jueves.

En junio de 2024, el Gobierno de Navarra anunció que el banco de ADN de la comunidad había identificado a tres de los 21 presos asesinados el 1 de noviembre de 1936 por haberse intentado fugar del Fuerte de San Cristóbal. Los reclusos habían sido enterrados en una fosa común en el cementerio de Berriozar. En aquella nota recordaron sus nombres. Entre ellos, estaba el tío Frank. “El verano pasado, cuando yo llegué de Nueva York para pasar el verano aquí, los amigos de O Grove y nuestros familiares nos reenviaron la noticia donde pedían específicamente a los familiares de Ignacio Francisco Caneda que se pusieran en contacto con el Instituto de Memoria en Navarra. Yo les escribí un correo y, pensé, a ver a dónde nos lleva”, relata.

A aquel correo respondió César Layana, el jefe de la sección de Documentación del instituto. “La respuesta nos aportó una esperanza inmensa, una luz en la oscuridad”. Sin embargo, la identificación del cuerpo no fue sencilla. “Había que seguir la rama masculina y mi abuelo tuvo cuatro hijas, así que la rama terminaba”. Los otros dos hermanos de Frank fallecieron sin descendencia. Quedaba una esperanza: el padre de Frank “quedó viudo superjoven, volvió a casarse y tuvo un hijo y una hija”. El varón sí llegó a tener otro hijo que sigue vivo: Álvaro. ¿El problema? Que no lo conocían.

Esa circunstancia no les frenó y llegaron incluso a enviar a Navarra las boinas y las pipas de fumar del abuelo de Rosa, fallecido hace dos décadas, para tratar de extraer ADN parcial de dichos objetos. Finalmente, no hizo falta porque la casualidad quiso que Álvaro los encontrara: “Nos llegó como un ángel. El verano pasado, a pocos días de viajar de vuelta a Nueva York, nos escribió diciendo que estaba en la Isla de La Toja y que quería conocernos. Dios nos lo puso en el camino en este momento de la vida para poder identificar al tío Francisco porque no lo conocíamos y él no sabía que yo había estado trabajando con Navarra”, señala.

Mauricia Caneda, en el centro, y Rosa González Caneda, a la derecha, sobrina y sobrina nieta de Ignacio Francisco, respectivamente, se dan la mano durante el homenaje, el pasado jueves en Berriozar.

La identificación positiva les llegó en noviembre de 2024, pero hasta este agosto no han podido viajar a España. Los restos del tío Frank les fueron entregados en un acto al que acudieron diversas asociaciones memorialistas y representantes del Ejecutivo foral. “Ha sido una experiencia inolvidable por muchísimas razones. Se han esmerado tanto en preparar algo tan personal, tan digno, tan delicado. Si la familia misma hubiera preparado un evento, no hubiera sido tan emotivo como el que nos prepararon todas las asociaciones y el instituto de la memoria”, detalla la mujer.

Durante el acto, Rosa lloró “por saber que [Frank] va a juntarse con su hermano, que tanto lo quería, y con su papá, que tanta angustia sufrió por no saber”. También se acordó de su abuelo, de su sonrisa, e imaginó cómo hubiera recibido la noticia: “Bien hecho, Rosiña, bien hecho. Lo lograste”.

Identificaciones

Desde 2015, Navarra ha recuperado los restos de 161 personas en 36 exhumaciones. Por el momento, el Banco público de ADN ha logrado identificar a 44 de ellos, tras cotejar las muestras genéticas cedidas por las familias. Es un trabajo arduo porque muchos de los reclusos procedían de otras comunidades autónomas. De hecho, todavía quedan 402 expedientes abiertos. Desde el Ejecutivo recuerdan que todavía no se ha podido contactar con familiares de los siguientes presos exhumados en Berriozar:

• Joaquín Abellán Cerezo, de Jumilla (Murcia), 22 años

• José Pedro Cantero Tejada, de Badolatosa (Sevilla), 29 años

• Juan Cruz Villar, de Santander (Cantabria), 19 años

• Jacinto Curto Pérez, de San Juan de Torres (León), de 27 años

• Manuel Hidalgo González, de Córdoba, de 20 años

• Manuel González Amorós, de Torrevieja (Alicante), 28 años

• Félix Manzanares Ortiz, de Horcajo de Santiago (Cuenca), 27 años

• Antonio Marmaneu Estupiña, de Castelló de la Plana, 43 años

• Hermenegildo Marquina García, de Barakaldo (Bizkaia), 25 años

• Inocencio Martín Arranz, de Santa Cruz de la Salceda (Burgos), de 44 años

• Juan Dionisio Ortiz Sanz, de Monehuela (Jaén), de 27 años

• Epifanio Osoro Icobalceta, de Durango (Bizkaia), de 22 años

• Bernabé Rodríguez Presa, de León, 21 años

• Ángel Santamaría Legaria, de Moreda (Álava), 35 años

• Antonio Valdivielso Secada, Valienzo (Cantabria), 25 años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Amaia Otazu
De Pamplona, cubre la información relativa a la Comunidad foral para EL PAÍS desde 2021. Una actividad que compagina con su labor como redactora en Cadena SER Navarra. Graduada en Periodismo + International Media Programa en la Universidad de Navarra, tiene un Máster en Estudios Avanzados en Terrorismo (UNIR).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_