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Sánchez hará “pedagogía” en el Congreso para convencer a los progresistas sobre el gasto militar pero sin concretar plazos

El presidente apelará al momento histórico y las amenazas a Europa pero sin anunciar aún fechas para el cumplimiento de los objetivos en seguridad y defensa

Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno, este martes en el Congreso.Foto: Claudio Álvarez | Vídeo: EPV
Carlos E. Cué

Tras dos meses en casi todas partes menos en el Congreso, finalmente llega a las Cortes el debate más relevante sobre el asunto que monopoliza la actualidad internacional y que también ha trastocado por completo y puede hacerlo aún más en el futuro la política española: el rearme europeo tras el giro de 180 grados que ha imprimido Donald Trump a la política exterior de EEUU, ahora muy alejada de sus aliados tradicionales, las democracias del Viejo Continente. Pedro Sánchez y su equipo llevan varias semanas preparando un discurso que pretende hacer “pedagogía”, según explican distintas fuentes del Gobierno, con muchos datos, un amplio recorrido histórico y un análisis del giro de la situación para romper un tabú en la izquierda española: el aumento del gasto en seguridad y defensa.

Sánchez hablará pensando no solo en los grupos de su mayoría que rechazan el aumento del gasto en defensa, incluido su socio de coalición, Sumar, sino también para buena parte del electorado progresista y de la ciudadanía española en general que tiene dudas sobre la oportunidad de esta apuesta militarista que está abriéndose paso ahora en la Unión Europea, con unos países nórdicos y del Este con discursos mucho más belicistas, porque sufren la amenaza directa de Rusia, frente a otros en el sur, como España e Italia, que rechazan el término “rearm” para el nombre del plan europeo de 800.000 millones.

Sánchez, según estas fuentes, jugará un equilibrio entre lo que le plantean socios como Sumar y lo que él mismo defiende desde su visión progresista, esto es que no va tanto de gastar más como de gastar mejor, que lo importante es coordinar esfuerzos entre todos los europeos, o el rechazo al discurso más armamentista, pero a la vez la necesidad de cumplir con los compromisos ya alcanzados, como el 2% del PIB en gasto en defensa, que firmó en 2014 en una cumbre de la OTAN Mariano Rajoy, y también otros que le están reclamando los aliados europeos, como el de acelerar ese compromiso antes de 2027. El presidente tiene previsto un discurso netamente europeísta también para justificar la necesidad de apoyar a los países más amenazados por Rusia, entre los que no está España o Italia, de la misma manera que los países del norte ayudaron a estas dos grandes naciones del sur cuando fueron las más afectadas por la pandemia en 2020, y pusieron dinero para que les llegara en modo de fondos europeos.

No están previstos, salvo sorpresa, grandes anuncios en esta comparecencia. No es ese el objetivo de la cita y además no son posibles aún, explican diversas fuentes, porque la negociación está en marcha y la OTAN por ejemplo ni siquiera ha publicado cuánto gastó en defensa España en 2024 según sus criterios, de manera que aún no se puede saber cuánto tendrá que aumentar el gasto el Gobierno para acelerar ese objetivo del 2%. España e Italia, que tiene un enfoque similar pese a la gran distancia política entre ambos gobiernos, también están intentando que se contabilicen los llamados gastos en seguridad, esto es control de fronteras o ciberseguridad, cuestiones con mucho gasto y que no están dentro aún de los gastos en defensa. De todas esas discusiones técnicas y políticas surgirá el compromiso final, los tiempos, las cantidades y los instrumentos financieros y jurídicos para llevarlo a cabo con o sin voto en el Congreso, un asunto aún por dilucidar.

Por todo ello no están previstas grandes concreciones de Sánchez sobre lo que va a hacer pero sí un discurso de fondo muy didáctico sobre por qué hay que hacerlo, por qué es necesario un giro muy importante en el enfoque de toda la política europea de los últimos 80 años, centrada en un bajo gasto militar y defensivo porque el continente contaba con el paraguas de EEUU y de la OTAN, liderada por Washington. No solo ha cambiado EEUU explicará Sánchez, también lo ha hecho Rusia, que con la guerra en Ucrania ha demostrado que ya no es el vecino complejo pero pacífico que fue hasta 2014, cuando tomó Crimea, sino que tiene claros afanes expansionistas que no se sabe a las claras si incluyen países de la UE.

Sánchez trata de huir de los términos más duros, y se centrará también en que estas grandes inversiones no deben ser vistas como una cuestión armamentista exclusivamente, porque la forma de hacer la guerra ha cambiado y ahora se trata sobre todo de una batalla tecnológica, y, por tanto, lo que se invierta pueda servir también para uso civil y puede suponer un salto tecnológico para España y para Europa. El presidente tratará de explicar así que no se trata de una carrera armamentista para derivar en una guerra sino en una cuestión de protección, de disuasión, para demostrar tanto a Rusia como a EE UU que Europa es autónoma, puede defenderse sola y no es solo un gigante económico y comercial sino también político y de seguridad y defensa. “El problema no es tanto de rearme como de protección”, insisten en La Moncloa, donde recuerdan que Sánchez hizo bandera contra el nombre rearm, y de hecho la Comisión Europea ha dejado de usarlo.

Será en cualquier caso un debate muy largo, en el que Sánchez escuchará duras críticas a los dos lados del hemiciclo, del PP por la división sobre este asunto en la mayoría y de la izquierda por la apuesta militarista. El presidente tendrá que contestar a los dos lados, y también a Vox, muy cercano a Trump, y asume que será un debate por momentos duro, pero su principal objetivo es el de la pedagogía para empezar a convencer a la opinión pública de que este giro que está emprendiendo Europa es imprescindible.

El debate llega para Sánchez en un momento delicado dentro de su mayoría, que le va a impedir aprobar los Presupuestos de 2025, un golpe duro con el que no contaban hace unos meses, cuando pensaban que sí podrían sacarlos. Pero no es una cuestión opcional. Este asunto va a centrar la agenda política en los próximos meses, y aunque el presidente se esforzará por negociar con sus socios europeos unos compromisos que sean asumibles y no le fuercen a ninguna medida drástica y se puedan gestionar en el Consejo de Ministros sin necesidad de votaciones en el Congreso, nada está escrito aún y la situación podría complicarse. Por eso, y dado que esta cuestión será protagonista de la agenda quiera o no la izquierda española, Sánchez pretende aprovechar las largas horas del debate para intentar preparar a los ciudadanos y ofrecerse como un presidente preparado para un momento así frente a un líder de la oposición mucho más inexperto en cuestiones internacionales. Será una jornada con mucha historia, mucha pedagogía y algo de épica, pero las concreciones se dejarán para más adelante, cuando concluya la compleja negociación en la que está inmersa toda la UE y la propia OTAN, con una decisiva cumbre en La Haya en junio.

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Sobre la firma

Carlos E. Cué
Es corresponsal político de EL PAÍS, encargado de la información del Gobierno y de los viajes del presidente. Antes fue corresponsal en Buenos Aires y está especializado en información política, siguiendo a distintos gobiernos y a varios partidos. Ex alumno del Liceo Italiano de Madrid, se licenció en Economía y cursó el máster de EL PAÍS.
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