Una jueza archiva el caso del vendedor ambulante ahogado en Sevilla tras huir de la Policía Local

La jueza Carmen Jesús Ruiz, titular del Juzgado de Instrucción Número 17 de Sevilla, ha archivado el caso por la muerte de Mahmoud Bakhoum, vendedor ambulante ahogado en el río Guadalquivir el pasado 29 de diciembre tras huir de la Policía Local. Bakhoum, de 43 años, vendía camisetas falsas en el centro de la capital andaluza y tras una redada de los agentes, huyó en dirección al río para salvar su mercancía. En la zona del Muelle de Nueva York se vio rodeado de agentes para detenerlo y finalmente cayó al río, al parecer tras lanzarse él al agua, según la versión de la Policía Local.

La magistrada dictó un auto de archivo provisional de la causa el pasado jueves tras recibir el atestado de la Policía Local que relata los hechos, según ha avanzado este lunes Diario de Sevilla y ha confirmado un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Tras la redada contra la venta ambulante en el casco histórico de la ciudad, los agentes vieron al vendedor con dos hatillos y lo siguieron, cuatro de ellos a la carrera y otros dos en un vehículo policial. Al llegar a la altura del restaurante Maquiavelo sobre las 16.20 de la tarde, el inmigrante senegalés se detuvo y los agentes le pidieron que se tranquilizara y tirara los hatillos, pero no lograron disuadirlo.

Bakhoum se acercó a la zapata del río con sus hatillos y se agachó junto a un noray para descender hasta el río. La Policía Local defiende que dos agentes le ofrecieron entonces ayuda para que se sujetara y no cayera al agua, pero cuando llegaron otros dos policías, el vendedor se soltó y cayó al agua, según el testimonio del jefe de la Policía Local, Antonio Luis Moreno. Tras caer al río el inmigrante, dos policías se tiraron al agua, pero la escasa visibilidad les impidió localizar el cuerpo de Bakhoum, que se había hundido con rapidez, según el atestado policial. Este diario ha intentado recabar la opinión de la asociación de senegaleses de Sevilla y su letrada personada en el caso, pero no ha obtenido respuesta.

Los bomberos tardaron en llegar unos 15 minutos, junto a otros patrulleros de la Policía Local y varias unidades de la Policía Judicial y Científica, hasta que finalmente encontraron el cuerpo de la víctima. La autopsia practicada al cadáver días después en el Instituto de Medicina Legal ratificó que el vendedor había fallecido ahogado y sin signos de violencia, ya que no sabía nadar. El jefe policial describió así los hechos: “De manera inesperada, sorpresiva e incongruente [la víctima] no soltó el hatillo y se marchó corriendo con su mercancía de camisetas de marcas deportivas. En los bajos del puente de Los Remedios se agarró al pretil, pese a que la situación era peligrosa. Finalmente se arrojó al agua y se hundió. Los policías intentaron salvarle y se arrojaron al río, pero no fue posible”, declaró al día siguiente del ahogamiento, el pasado 30 de diciembre.

Tras el suceso, un grupo de conocidos de la víctima acudieron a la sede de la jefatura policial para protestar por la muerte de su compañero y un joven fue detenido, acusado de delitos de atentado contra la autoridad, daños y desórdenes públicos, ya que dos agentes resultaron lesionados de manera leve y dos contenedores y vehículos resultaron incendiados. El joven fue puesto en libertad provisional sin medidas cautelares.