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‘Diamantes de cocaína’: el narco centroafricano desembarca en Madrid desde Dubái

La Policía detiene por primera vez a miembros de un clan de la República Democrática del Congo, entre ellos un empresario de piedras preciosas que iba a recibir un alijo de 200 kilos en la capital

Momento de la detención del presunto vendedor y los dos compradores del alijo de cocaína, en una imagen tomada del vídeo facilitado por la Policía Nacional de la Operación Pipaya.
Momento de la detención del presunto vendedor y los dos compradores del alijo de cocaína, en una imagen tomada del vídeo facilitado por la Policía Nacional de la Operación Pipaya.Onciu. Alexandru

Un empresario de la República Democrática del Congo, dedicado al comercio de diamantes y con empresas de logística, fue detenido hace menos de una semana cuando recibía un alijo de 197 kilos de cocaína en el aparcamiento subterráneo de un centro comercial de Madrid. La Policía Nacional truncó la entrega de esta partida, valorada en unos 6 millones de euros, según estimaciones policiales, y arrestó a tres personas. Además del empresario congoleño, fueron detenidos un compatriota que le acompañaba y un ciudadano colombiano. Todos ellos han ingresado en prisión provisional por orden del juez. Esta es la primera vez que agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) detectan la presencia de clanes de la droga de origen centroafricano en España, según detallan a EL PAÍS fuentes de este grupo policial. El empresario detenido viajó desde Dubái, la ciudad-emirato del golfo Pérsico que se ha convertido en los últimos años en un santuario para grandes capos de la droga, pero también para blanqueadores de capitales, ciberdelincuentes y fugitivos de todo tipo.

Los investigadores desconocen aún los motivos por los que el empresario congoleño investigado, al que se le considera la persona que había aportado el dinero para adquirir la partida, se había desplazado en persona a la entrega de la droga. Sospechan que la organización podía no tener aún infraestructura o personas de confianza en Madrid para recibir el alijo, pero no hay certeza de ello. Tampoco hay constancia de dónde iba a ser trasladada. La cocaína procedía de Ecuador, considerado una de las grandes plataformas de salida de esta droga de los últimos años, y en el momento de su incautación estaba siendo escondida en los dobles fondos ―lo que en argot policial se denomina caletas― practicados en una furgoneta para su posterior distribución.

En la bautizada como Operación Pitaya, que se inició el pasado agosto, ha colaborado la agencia antidroga norteamericana (DEA, siglas en inglés de Administración de Control de Drogas). Gracias a la información que este organismo facilitó a las autoridades españolas, la Policía supo que la droga viajaba escondida en un contenedor marítimo que había partido del puerto ecuatoriano de Guayaquil con destino al de Algeciras, cuyas instalaciones registraron hace tres meses la mayor incautación de cocaína de la historia de España, con 13 toneladas. Con los datos facilitados, los agentes pudieron detectar a las personas que iban a recibir la cocaína, que llegó repartida en 171 paquetes, entre ellos un ciudadano colombiano finalmente detenido y que vivía en Madrid, según ha informado la Policía este martes en una nota.

El punto de entrega de la droga era la capital. En concreto, el aparcamiento subterráneo de un centro comercial en el barrio de Montecarmelo, situado en la periferia norte de Madrid y que linda con el municipio de Alcobendas. Allí se iban a encontrar el presunto vendedor de la mercancía, el ciudadano colombiano, y los receptores, originarios del país centroafricano y que supuestamente se desplazaron a la capital para la cita. La Policía intervino la droga justo en el momento en el que iba a ser introducida en los escondrijos de la furgoneta. Además, se incautó de varios dispositivos móviles, 2.800 euros y 5.500 dólares en efectivo, así como 50.000 dólares en criptomoneda Tether (USDT), un activo cuyo valor está vinculado a la divisa estadounidense.

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