Detenido en Móstoles un histórico ‘alunicero’ incluido entre los 10 delincuentes más buscados
Gregorio Navas Hernández, catalogado como “muy peligroso y violento”, se ocultaba en el inmueble en el que residían su esposa y dos hijos adolescentes
En el inmueble donde residían su esposa y cuando se encontraba en pijama jugando con sus dos hijos adolescentes a la consola. La Policía Nacional ha detenido en la madrugada de este martes en la localidad madrileña de Móstoles (211.000 habitantes) a Gregorio Navas Hernández, de 37 años, un delincuente especializado en los robos mediante el sistema de alunizaje ―utilizar vehículos como arietes contra los escaparates de tiendas de lujo para sustraer la mercancía― catalogado como “muy peligroso y violento” y que el pasado julio fue incluido en la lista de los 10 delincuentes más peligrosos que podrían encontrarse ocultos en España dentro de una campaña lanzada por el Ministerio del Interior para solicitar la colaboración ciudadana para su localización.
Con él, ya son tres fugitivos de aquella relación los que han sido capturados. Días después de que se divulgara la lista caía Jonathan Montoya Rendón, un sicario que participó en un asesinato en un hospital de la capital, y a comienzos de octubre era arrestado en Brasil Domingos Manuel Pinto Coelho, acusado de agredir sexualmente a su hija durante años.
Navas Hernández ―del que en aquella campaña se destacó que pesaban sobre él cinco reclamaciones judiciales en vigor― cuenta con más de 20 antecedentes por delitos de robo con fuerza, lesiones, contra la seguridad vial, contra la seguridad del tráfico, asociación ilícita, falsificación documental, robo de vehículo y atentado contra agente de la autoridad y estaba considerado uno de los pocos aluniceros históricos que quedaban por detener, aunque en la actualidad su principal actividad delictiva era la sustracción de automóviles, según detallas fuentes policiales. En prisión por algunos de estos hechos, se encontraba en paradero desconocido desde 2021 tras no regresar al Centro Penitenciario de Madrid III, en la localidad de Valdemoro, tras aprovechar un permiso penitenciario para quebrantar la condena.
Desde entonces, había vuelto a protagonizar al menos un incidente violento. En concreto, el pasado junio, poco antes de su inclusión en la lista de los más buscados. Fue en Sonseca (Toledo), al ser identificado cuando se encontraba en un taller mecánico por una patrulla de la Guardia Civil. Navas Hernández se resistió a ser detenido hasta lograr zafarse de los agentes y subir a su vehículo con el que emprendió la huida tras arrollar a los miembros del instituto armado, que sufrieron diversas lesiones. Las pesquisas revelaron que entonces se ocultaba en un chalé vacío de la localidad que había okupado.
Tras aquel incidente violento, la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional decidió incluirlo en la lista de los 10 delincuentes más buscados. Según detallan fuentes policiales, las pesquisas se dirigieron entonces hacia la vivienda que ocupaba su familia en Móstoles, ante el convencimiento de que Navas Hernández seguiría un patrón de comportamiento habitual entre los huidos que lleva a estos a intentar entrar en contacto con su familia. Según detallan estas fuentes, la información recibida de ciudadanos que respondieron a la campaña de colaboración fue “importante”, aunque admiten que en este caso “no ha sido clave”. “Aquí ha contado más la experiencia policial y, sobre todo, la paciencia”, añaden.
Esta se tradujo en largas vigilancias frente al domicilio familiar donde sospechaban que o bien ya se ocultaba o bien podría intentar ir. Durante estos discretos controles alrededor del inmueble, los agentes observaron como la esposa y los hijos adolescentes adoptaban diversas medidas de contravigilancia con la intención de detectar, precisamente, la presencia de la policía en las cercanías. Incluso, habían instalado una cámara de seguridad en la terraza enfocada hacia la calle con idéntico fin, según detalla el Ministerio del Interior en una nota.
Finalmente, la espera dio su resultado la mañana del pasado lunes, cuando los agentes observaron entrar en el edificio a un hombre que, pese a intentar ocultar su rostro con mascarilla, gorro y gafas, fue identificado como Navas Hernández. Desde ese momento, y hasta que el juez de guardia autorizaba la entrada en el domicilio para proceder a su arresto, los policías extremaron la vigilancia sobre el inmueble para que no volviera a escapar. Finalmente, en la madrugada de este martes, la Policía derribaba la puerta de la vivienda y entraba en la vivienda para detenerlo. En el momento en el que se pusieron las esposas y ponían punto y final a tres años de fuga, aún estaba en pijama.
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