El PP lleva al máximo la tensión y usa a las víctimas socialistas de ETA contra el Gobierno
Feijóo justifica el nuevo giro hacia sus mensajes radicales contra “la bajeza moral” del Ejecutivo y Sánchez le replica que “el peor problema del país es que en la oposición no hay nadie al volante”
Otro bandazo en lo que un diputado del PSOE ironizó como “el baile de La Yenka” del recorrido de Alberto Núñez Feijóo como líder de la oposición. El PP pidió tras la crisis migratoria registrada durante este verano, que afecta especialmente a Canarias, donde cogobierna con CC, un pleno casi monográfico para abordar esa situación con la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El debate se fijó para este miércoles, pero a Feijóo le coincidió con otros intereses. El líder del PP olvidó de nuevo toda la estrategia que sus colaboradores habían diseñado para ampliar su base electoral esta temporada con propuestas sociales y retornó a ETA y el caso Begoña Gómez para elevar la tensión al máximo. Al discurso del presidente sobre sus planes para integrar mejor a los migrantes, Feijóo replicó con extrema dureza contra Sánchez, su esposa y sus tratos parlamentarios “de tapadillo” y “bajeza moral” con Bildu, pero tras admitir que tienen razón los votantes de su partido que están “decepcionados” por “sus errores” en una reciente votación en las Cortes que podría beneficiar a presos etarras. La tensión llegó al máximo en el Congreso cuando el portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, usó una foto de 12 dirigentes socialistas asesinados por ETA para echarle en cara a Sánchez que ya no podrá mirar a los ojos a las víctimas de la banda.
Feijóo ya avisó de sus intenciones cuando llegó al Congreso. Apareció acompañado de Cuca Gamarra y Borja Sémper y cuando se preguntó al portavoz del partido si habría dimisiones en el PP por los fallos en las votaciones, el diputado vasco las exigió, pero en el Gobierno. Luego, el PP escenificó otro momento para reconciliar a sus votantes frustrados al proporcionar una larga ovación cuando se organizó la entrada en el hemiciclo en pleno discurso de Sánchez de la ahora senadora popular Mari Mar Blanco, hermana del concejal Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA, y más tarde todos los diputados que intervinieron tiraron de argumentario para denigrar con datos falsos o tergiversados el sentido de la enmienda.
El presidente del PP tardó unos segundos en acusar a Sánchez de “indignidad” por respaldar la enmienda registrada por Sumar, y aprobada por unanimidad por el pleno del Congreso, que permitirá acumular el cumplimiento de penas a distintos presos, también terroristas, en consonancia con directivas europeas. Una actuación que le está costando tanto interna y mediáticamente a los populares.
Feijóo, tras reconocer la “razonable decepción” en sus filas, ha querido tapar ese fallo con acusaciones contra el Gobierno por no querer retirar esa norma de las Cortes y por lo que entiende que son sus pactos con EH Bildu, que ha rebautizado como “ley encapuchada”. El líder de la oposición ha asegurado que el Gobierno de Sánchez “no tiene palabra ni principios” y ha estado a punto de que la presidenta de la Cámara baja, la socialista Francina Armengol, le llamara al orden varias veces por no atenerse al asunto por el que el PP convocó este pleno para hablar de inmigración, ya que además del tema de las penas también habló de la resolución este lunes de la Audiencia Provincial de Madrid de avalar la investigación del juez Peinado sobre un presunto delito de tráfico de influencias sobre la esposa del presidente, Begoña Gómez.
El líder del PP había arrancado su intervención con la reforma que podrá beneficiar a presos etarras para pedir a Sánchez que “recapacite y la retire”, aunque al tiempo le espetó: “Se quedan con el aplauso de Otegi, de Txapote y de los demás. ¡Quédenselo!”. Y ante las reconvenciones de Armengol, exclamó: “¡Tengo derecho a hablar de la dignidad de los españoles que están en España y que han sido asesinados por ETA y lo voy a hacer!”. Apenas nada de inmigración o incluso de fiscalidad, que era la otra temática prevista, pero sí culminó asegurando que se había plantado en la Cámara baja “para no insultar con clichés”, lo que levantó una nube de abucheos en la bancada del PSOE. Y el dirigente popular precisó: “Solo vengo aquí a decir lo que pienso”.
El propio presidente Sánchez no quiso desperdiciar la oportunidad, luego en una réplica, de cebarse en el fallo reciente “por incompetencia o torpeza” en la votación del PP: “¿Ustedes saben lo que votan o después de ver la reacción de algunos echan la culpa al resto? ¿Sabe a dónde va?”. Y se respondió: “El peor problema del país es que en la oposición no hay nadie al volante”. El portavoz de Feijóo, Miguel Tellado, lo increpó desde su sillón: “Tramposo”. El presidente en funciones de la Cámara, Alfonso Rodríguez de Gómez de Celis, le llamó al orden. Sánchez insistió en que a Feijóo “la jefa no le deja” aplicar acuerdos o pactos sobre mejoras sociales, en referencia a los problemas de definición de su proyecto político frente a los desmarques que ha hecho públicos la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso.
Otros diputados del PP intentaron recuperar, al final de la mañana y en la sesión de control posterior, el terreno dialéctico que había intentado abonar Feijóo en su duelo con Sánchez. Y Tellado fue de nuevo el que se llevó la palma al subir el tono al asegurar que el presidente había intercambiado con el líder de Bildu, Arnaldo Otegi, “presos por presupuestos a cambio de la dignidad de las víctimas” y en esa disputa hasta blandió varias veces en el hemiciclo una fotografía ampliada con las caras de los 12 dirigentes socialistas asesinados por ETA para culminar: “El epitafio de este Gobierno será que está sometido al brazo político de una banda terrorista”. La alusión y la foto enervaron especialmente al sector socialista y los ministros Bolaños, María Jesús Montero y Óscar López le recriminaron esa actuación que etiquetaron como “basura desesperada”. María Jáuregui, hija de Juan María Jáuregui, político socialista y gobernador civil de Guipúzcoa asesinado por ETA el 29 de julio del 2000, le respondió en X, antes Twitter: “A ver si eres capaz de mirarme a los ojos y decirme que no volverás a usar la imagen de aita @Mtelladof como arma arrojadiza y a ver si de una vez por todas respetas su memoria”.
El líder de Vox, Santiago Abascal, quiso diferenciarse de Feijóo proclamando que él sí iba a hablar de inmigración, aunque lo hizo para insistir en sus mensajes que la conectan con problemas, delincuencia, violaciones grupales y un masivo efecto llamada, pero antes de acabar aseguró que mientras el Gobierno de Sánchez derrocha millones en políticas para inmigrantes también lo hace en el máster de Begoña Gómez, en la Diputación de Badajoz que empleó al hermano del presidente o en los gastos sin justificar del caso Koldo.
Portavoces de otras formaciones, como Íñigo Errejón, de Sumar, Gabriel Rufián, de ERC o Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, lamentaron la “sobreactuación” que tildaron de muy “enfadada” de Feijóo e intentaron rescatar de la borrasca parlamentaria sus propias preocupaciones: la salud mental, la vivienda, la reducción de la jornada laboral, en el caso de ERC sus disputas cada vez más sarcásticas con “la derecha catalana de Junts”, la financiación singular de Cataluña o hasta “el genocidio de Israel con los palestinos”. Ione Belarra, de Podemos, y Néstor Rego, del BNG, provocaron que la Presidencia del Congreso retirara de las actas del orden del día sus invectivas contra la Monarquía y el rey emérito, al que llegaron a llamar “corrupto, defraudador y golpista”. La diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, pidió más tiempo de sus cuatro minutos para intentar reconducir el debate hacia la inmigración. Sin mucho éxito.
Patxi López fue el encargado de replicar los ataques de Feijóo. El portavoz socialista volvió a justificar la decisión de aceptar la enmienda de Sumar para homologar la convalidación de penas como en los demás países de la UE, pero, sobre todo, defendió a la militancia de su partido. “Un solo militante socialista tiene más dignidad que todos ustedes [en alusión a los populares que en ese momento le estaban increpando desde sus escaños] de aquí a la eternidad”. El popular Jaime de Olano, que lleva meses significándose como adalid del sector más radical del grupo popular, le soltó con sorna desde su escaño: “¡Catedrático!”. El exlehendakari López respondió: “Más que tú”. Y luego revalidó la importancia de no renunciar al relato de la victoria de los partidos democráticos y las víctimas frente a una ETA derrotada hace ya 13 años y frente al “comodín” del pasado etarra que endosó al PP.
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