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Dos jóvenes resultan heridos tras sufrir una agresión por parte de un grupo de 10 personas en un bar de Valladolid

El Partido Comunista de los Trabajadores de España denuncia “una agresión” por “el hecho de llevar una camiseta que ponía ‘antifascista”

Imagen de archivo de un agente y un coche de la Policía Nacional.
Imagen de archivo de un agente y un coche de la Policía Nacional.Europa Press
Juan Navarro

La paliza comenzó con un “Qué camiseta antifascista tan bonita”, según las víctimas. Entonces llegaron los golpes y el joven que portaba esa prenda acabó en el suelo del bar El Desierto Rojo de Valladolid en la madrugada de este martes. Unas 10 personas, de acuerdo con su relato, lo golpearon tanto a él como al amigo con quien se encontraba, que salió a defenderlo. Las víctimas de la agresión ruegan anonimato y aseguran a este diario que temen denunciar ante la Policía porque “Valladolid es muy pequeña”, dicen, en referencia al miedo a que puedan sufrir represalias por parte de los agresores. Los dos jóvenes pasaron la noche en Urgencias, con un parte de lesiones en su poder, y se recuperan de hematomas por todo el cuerpo, golpes en las extremidades o daños en el ojo. La subdelegación del Gobierno informa de una “macropelea”, mientras que el Partido Comunista de los Trabajadores de España, al que pertenece uno de los agredidos, denuncia la agresión.

Habla el compañero del joven que vestía con una camiseta negra y el lema “Antifascista” escrito en blanco. “Ni me había dado cuenta de que en la camiseta ponía eso y eso que llevábamos toda la noche juntos”, asegura su amigo. Entonces, hacia las tres de la madrugada, entraron en el bar El Desierto Rojo, muy frecuentado en la noche vallisoletana. “Fuimos a la barra para pedir algo y un chico al que no conocíamos le dijo a mi amigo ‘Qué camiseta antifascista más bonita’, y entonces empezaron a golpearlo entre varios y lo tiraron al suelo”, recuerda su acompañante, notablemente nervioso en conversación telefónica. Él trató de mediar en el tumulto. Llovían patadas y puñetazos cuando entró el portero del establecimiento y decidió expulsar tanto a la decena de agresores como a esta fuente, dejando dentro y magullado al joven de la camiseta negra. “Me quedé solo en la calle, con ellos, y recuerdo estar en el suelo al menos dos minutos mientras me daban patadas y golpes por todas partes”, precisa la víctima, agradecida con una persona a la que no pudo identificar cuando la ayudaba y reprochaba la actitud a los atacantes.

La subdelegación del Gobierno de Valladolid ha informado de una “macropelea” y que “a la llegada de las dotaciones policiales, las personas implicadas en la pelea abandonaron el lugar a la carrera”. El joven que se comunica con EL PAÍS es militante del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE), agrupación que ha lanzado un comunicado condenando una “agresión fascista solo por el hecho de llevar una camiseta que ponía ‘antifascista”. “En las últimas semanas hemos revivido la presencia de fascistas en las zonas de ocio de Valladolid y esta agresión confirma la escalada de violencia e impunidad de los fascistas en esta ciudad, por lo que llamamos a todos los trabajadores a organizarse y extremar precauciones ante estos hechos”, ha indicado el PCTE.

Los agredidos se dirigieron a Urgencias donde “dentro de lo malo no nos han dicho nada grave”. El que habla tiene un pequeño derrame en un ojo pero ha ido “recuperando la visibilidad” con el paso de las horas; el que sufrió los primeros golpes está muy asustado y prefiere no pronunciarse. Ambos tratan de controlar la tensión mientras estudian cómo proceder: creen que podrían denunciar ese “delito de odio”, con una agresión por estrictos motivos ideológicos, pero el contexto juega su papel: “La semana que viene son las Fiestas de Valladolid y habrá mucha más gente, Valladolid es muy pequeña y no sabemos si pueden venir a hacernos algo si denunciamos”.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.
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