Sánchez celebra la ruptura de los pactos entre PP y Vox: “Hoy es un gran día para España”

La ruptura entre el PP y Vox en cinco gobiernos autonómicos de coalición se coló este jueves en la cumbre de la OTAN que se celebra esta semana en Washington. En una comparecencia ante la prensa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó su “alegría” por la noticia: “Hoy es un gran día para España. Somos un país mejor”, sentenció. “Los beneficiarios netos de la salida de la ultraderecha de los gobiernos autonómicos es la mayoría social de españoles y españolas”.

El anuncio de esa ruptura, motivada por la oposición de la formación de Santiago Abascal a la acogida 347 menores extranjeros no acompañados que serán distribuidos entre las comunidades autónomas, se supo poco antes de la reunión de Sánchez con los periodistas en el centro de convenciones de Washington en el que se celebra la cumbre. La decisión de Vox supone el paso de la formación ultra a la oposición en Castilla y León, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia y Extremadura.

“La pregunta que debe hacerse ahora el Partido Popular es si está dispuesto a romper con las políticas que ha aprobado [en alianza con la ultraderecha]. Creo que tienen una gran oportunidad. Y que la prueba del algodón será si apoyan la reforma de la Ley de Extranjería” para hacer frente a la “problemática de integración de los menores extranjeros”, dijo Sánchez. “El hecho cierto es que hay 6.000 en Canarias y tenemos que darle una solución”.

¿Y estaría dispuesto a que el PSOE garantice la estabilidad de los gobiernos del PP de los que sale Vox, como han defendido algunas voces destacadas del partido? Sánchez se limitó a señalar que el compromiso de su formación pasa por ejercer una oposición constructiva. “Por tanto, dependerá de las políticas que proponga el Gobierno autonómico de turno a la Asamblea correspondiente el que [esas políticas] cuenten con el apoyo o no del Partido Socialista”, agregó.

El presidente del Gobierno también respondió a la pregunta de si la propuesta de José Luis Escrivá, actual ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, como próximo gobernador del Banco de España no traerá una excesiva politización de un cargo cuya designación ha surgido tradicionalmente de un pacto entre PP y PSOE. “En otros países hay tradición de ministros que han sido gobernadores de sus bancos centrales”, aclaró. También citó el caso de Luis de Guindos, que pasó de ministro de Economía a vicepresidente del Banco Central Europeo. “Aquí lo que importa es si la persona que se propone cuenta con los requisitos, sobre todo en un contexto de incertidumbre geopolítica y económica como el que se presenta para los próximos tres años”.

Escrivá, añadió Sánchez, cuenta con una “experiencia acreditada en materia de política monetaria”. Recordó, con todo, que hay negociaciones abiertas con el PP en marcha para renovar varias instituciones, y que estas debían estar gobernadas por una “cierta discreción”. “Si uno mira su currículum [de Escrivá], creo que hay pocas personas en España con su conocimiento”, reiteró Sánchez, que venía de participar en la última reunión plenaria de la cumbre, que versó sobre Ucrania, cuya defensa de la agresión rusa es el gran desafío de la alianza en su 75° aniversario.

El compromiso de Biden

Los titulares de ese acto se los llevó, con todo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al confundir a su hómologo ucranio, Volodímir Zelenski, con el ruso, Vladímir Putin. Sobre las dudas acerca de las capacidades físicas y mentales de Biden para presentarse de nuevo a las elecciones y para gobernar, si gana, durante cuatro años más ―tema que ha dominado las conversaciones en los pasillos de la cumbre―, Sánchez aclaró que él lo había visto “bien” en estos días y subrayó el compromiso del líder estadounidense con la OTAN. “Ha participado en todos los debates, en todos los plenarios, a diferencia de otros, que se los han ido saltando”, explicó. “He sido presidente con ambos, con Trump y con Biden. Y no escondo mi preferencia por Biden [en las elecciones] como la opción progresista, pero si debe presentarse o no les corresponde decidirlo a él y al Partido Demócrata”.

Sánchez también reaccionó a la vuelta a España de Marta Rovira, secretaria general de ERC, prevista para este viernes. No cree, argumentó, que eso ayude a la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña, ni a las negociaciones entre los socialistas y Esquerra. “Nada tiene que ver una cosa con la otra”, dijo. “Todo esto sucedió en 2017″, recordó sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre que acabó con la huida de Rovira de España para sortear sus cuentas pendientes con la justicia. “Después ha estado larvado durante siete años. Creo que la sociedad catalana y buena parte de la española está cansada de mirar a 2017, quieren mirar hacia delante, construir futuro”, agregó.

La aportación de mayor eco de Sánchez a la cumbre de la Alianza Atlántica, que terminó este jueves, había llegado el día anterior, cuando el presidente español pidió a los países miembros de la OTAN el respeto al derecho internacional en Gaza de la misma forma que lo exigen en Ucrania. Un “doble rasero”, añadió, sería contraproducente y debilitaría el apoyo a Ucrania. La idea del “doble rasero” fue retomada al día siguiente en una reunión a puerta cerrada por otros líderes de la OTAN, según contaron fuentes de la delegación española.

Por la mañana del jueves, Sánchez también participó en un encuentro sobre la región del Indo-Pacífico, de la que salió una condena de Zelenski y de los socios al reciente pacto de defensa mutua en caso de agresión entre Rusia y Corea del Norte. Asimismo, mantuvo una bilateral con su homólogo de Nueva Zelanda, el primer ministro Christopher Luxon, que no es miembro de la OTAN, pero estaba invitado a la cumbre, durante la que se comprometieron a aumentar la cooperación entre sus respectivos países en materia de infraestructuras y energías renovables.

En días anteriores, Sánchez intervino en un foro paralelo y asistió a reuniones bilaterales con los primeros ministros de Noruega y de Montenegro. A su homólogo montenegrino, el primer ministro Milojko Spajic, le brindó el apoyo de España a la adhesión de su país a la Unión Europea, un camino que Bruselas sitúa en su fase final.