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El recurrente y sordo rugido de la autonomía leonesa

La segregación de León vuelve al debate político pese a las dificultades legales para separarse de Castilla

Puerta de la estación de autobuses de Zamora, con la palabra 'Castilla' y los castillos del escudo tachados, el 28 de junio.
Puerta de la estación de autobuses de Zamora, con la palabra 'Castilla' y los castillos del escudo tachados, el 28 de junio.Emilio Fraile
Juan Navarro

León solo. País llionés. Lexit. Junta de León, con el “de Castilla y” tachado en cartelones de obras públicas. La simple conjunción copulativa “y”, ubicada cual frontera nominal y territorial entre Castilla y León, agita las pulsiones leonesas desde que la España de las autonomías se saldó cosiendo dos territorios tradicionalmente alejados en 1983. Desde entonces, el leonesismo exhibe una potente fuerza social contra el encaje legal. Sus partidarios lo saben, pero no cejan en su empeño como el de la semana pasada, con la Diputación de León aprobando una moción para pedir la autonomía. Algo similar ocurrió en 2019 con mociones municipales pero sin avances. Los partidos implicados, la Unión del Pueblo Leonés (UPL) y el PSOE, con el PP distanciado en las formas pero no en el fondo, asumen el “símbolo” pero sin enterrar ese agravio territorial.

Los cargos de UPL insisten en una decimoctava comunidad autónoma, con Zamora y Salamanca, conforme a criterios históricos y el hartazgo hacia la Junta de Castilla y León (gobernada por el PP desde 1987). De fondo, un cóctel socioeconómico y demográfico: desde el fin de la minería la provincia se hunde en múltiples registros, la población pensionista (40%) no se equilibra con jóvenes trabajadores, y el PIB per cápita se queda a 2.000 euros de la media autonómica (24.200 contra 26.600 en 2022 según datos autonómicos). En 1960 rozaron los 600.000 habitantes; hoy está por debajo de 450.000. El INE prevé otras 20.000 ausencias en 15 años. Manuel Hermán, de 46 años, viajó de Córdoba a Madrid para recalar en León hace 10 buscando una oportunidad: “La reconversión tras la minería fue un fracaso, dejando la zona sin alternativas”. Este andaluz encontró buena calidad de vida, pero un erial en materia económica o laboral. “Es un abandono de toda una región, toda la zona oeste-noroeste, desde la vía de la plata en Extremadura al norte en Galicia, con falta de inversión, de infraestructura, de plan de desarrollo...”, describe.

Una parada de autobús con una pintada del 'País Leonés', el 28 de junio.
Una parada de autobús con una pintada del 'País Leonés', el 28 de junio.Emilio Fraile

El líder de UPL, Luis Mariano Santos, uno de los tres procuradores del partido en las Cortes de Valladolid, explica su sentir: “Denunciamos una comunidad hecha sin contar con la región leonesa, y un centralismo dramático”. El socialista Tudanca, afincado en León y criticado por sus compañeros de esa provincia, ha afeado los vaivenes “confusos” del PSOE leonés, con muy dispares propuestas sobre cómo obrar con León. El secretario provincial del partido, Javier Alfonso Cendón, sintetiza la medida de los suyos: “El PSOE vota con León y el PP, con Vox”. Como Tudanca, recalca que la Junta y los populares propician ese distanciamiento. El alcalde socialista de la ciudad, José Antonio Diez, aliado con la UPL como en 2019, suscribe la iniciativa de la Diputación, aunque él separa a León de Zamora y Salamanca. “Es un golpe de atención a falta de mecanismos legales eficaces para conseguirlo, una cuestión pedagógica”, señala el regidor, quien hace un lustro impulsó una moción desde su Consistorio por un León solo, uniprovincial. “El PSOE no lo entendió y hubo intentos de apartarme, pero ahora veo cierta empatía”, expone. “Si yo fuera el Gobierno lo apoyaría porque al 99,99% no va a prosperar”, se resigna. La nueva moción requiere una mayoría difícil de lograr en las Cortes y otro tanto en el Congreso de los Diputados.

El alcalde de León, José Antonio Diez, junto al león de bronce de la plaza de San Marcelo, el 28 de junio.
El alcalde de León, José Antonio Diez, junto al león de bronce de la plaza de San Marcelo, el 28 de junio.Emilio Fraile
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Detrás del movimiento subyace también un agravio sobre la cultura tradicional leonesa. Así lo reivindica Jesús González, de la asociación zamorana Furmientu, en defensa del capital lingüístico y cultural: “La Junta incumple el Estatuto y las órdenes europeas, no se molesta en hacer nada, van pasando los años y no hay labor para que las lenguas en peligro, como el asturleonés, se defiendan”. González achaca ese desprecio a una inacción hacia el medio rural mientras se fomenta “un centralismo cultural y lingüístico y una forma de unificar la comunidad”. El sociólogo David Díez Llamas, especializado en el leonesismo, sustenta el bautizado como Lexit por el empuje de una ciudadanía leonesa que siempre ha demandado una autonomía. El autor de El proceso autonómico leonés y la identidad leonesa insiste en que este “marco territorial” ha perjudicado a la economía, la demografía o el empleo. Carlos Serra, miembro de la asociación Conceyu, resume la causa: “Defendemos el derecho constitucional, no la independencia”. “El día a día es un centralismo ansioso con Valladolid, peor que el de Madrid. Perdemos negocios o población aunque dicen que estamos en una época buena”, se lamente Serra. “Los leoneses ni hoy ni nunca hemos sido castellanos, otros no pueden decir lo mismo”, esgrime el experto, recordando la cuna del parlamentarismo: las primeras Cortes de la historia datan de 1188 en León, reino que fundó las universidades de Salamanca y de Santiago.

Hito kilométrico con la palabra 'Castilla' y los castillos del escudo tachados, el 28 de junio.
Hito kilométrico con la palabra 'Castilla' y los castillos del escudo tachados, el 28 de junio.Emilio Fraile

Un nombre emerge en la sombra: Rodolfo Martín Villa, ministro de Adolfo Suárez y muñidor del Estado autonómico. Díez Llamas critica su modelo encorsetado con las pugnas identitarias actuales: “Buscó un contrapoder a los nacionalismos periféricos de Cataluña y Euskadi. En un juego de fuerzas centrífugas y centrípetas. Así nace la autonomía de Castilla y León. No por historia, no por economía”.

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Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.
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