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De Milei a Meloni, el PP arranca la campaña atrapado en el marco de la izquierda

Dirigentes populares creen que “no era el momento” de hablar de las alianzas con Meloni como hizo Feijóo el jueves en el Círculo de Economía de Barcelona

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante su intervención en el acto de la campaña de las elecciones europeas en Elche (Alicante), este viernes.Foto: MORELL (EFE) | Vídeo: EPV
Elsa García de Blas

Con permiso del presidente argentino, Javier Milei, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, es la nueva protagonista de la política española. El primer día de campaña de las elecciones europeas giró este viernes en torno a la líder del extremista Hermanos de Italia tras un tropiezo, el día anterior, de Alberto Núñez Feijóo. El presidente del PP hizo un regalo al PSOE al abrirse a pactar con Meloni, de quien dijo que “no es homologable a otros partidos que se consideran de extrema derecha”, de forma que centró el debate en el tema querían los socialistas: los acuerdos con la ultraderecha. Y estos se lanzaron a aprovecharlo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y varios ministros salieron al ataque contra Feijóo por mostrarse dispuesto a pactar las instituciones comunitarias “con el Vox europeo” ―aunque el PP ya gobierna con el Vox español en cinco comunidades autónomas― mientras los populares trataban de controlar daños arremetiendo con unas declaraciones confusas de la candidata socialista, Teresa Ribera, sobre las alianzas con el grupo de Meloni. En el primer día de la campaña después de varias campañas con errores reconocidos en el PP, fuentes del partido admiten que lo de Feijóo fue un traspié. Hay malestar por ello en el partido.

Los estrategas electorales saben que controlar el marco de la campaña es fundamental. La primera clave es dominar de qué se habla. Por eso el líder del PP sorprendió el jueves entrando motu proprio en el tema que los socialistas han definido como el eje de su campaña, el auge de la ultraderecha en Europa y el peligro de que la derecha tradicional se entregue a estos partidos extremistas. En las europeas, el PSOE está repitiendo el modelo que le funcionó en las generales de julio del año pasado, cuando consiguió movilizar a la izquierda agitando el temor a que Vox alcanzara el Gobierno de España de la mano de Feijóo. Los acuerdos que los populares suscribieron con los ultras para gobernar cinco autonomías le sirvieron en bandeja el argumento al PSOE.

Para esta campaña europea, el plan del PP es que se nacionalice y gire en torno al desgaste de Pedro Sánchez por la amnistía y las actividades profesionales de su esposa que investiga un juzgado de Madrid. Sin embargo, los populares reconocen que los socialistas han conseguido dominar el marco, que ha ido de Milei a Meloni sin tocar apenas ningún asunto nacional. “La izquierda nos gana en fijar los debates”, admiten con resignación en el PP.

Feijóo se abrió a pactar con Meloni en un coloquio en el Círculo de Economía de Barcelona, según su equipo directo, porque esa era la posición que había fijado la candidata a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, solo unas horas antes en el debate de aspirantes a dirigir el Ejecutivo europeo. Argumentan que el líder del PP no quería contradecir a la principal figura del Partido Popular Europeo, que ha tendido la mano a Meloni teniendo en cuenta que ahora es probable que las dos grandes familias políticas europeas, populares y socialdemócratas, ya no sumen y no puedan decidir ni con los liberales, como en 2019, quién presidirá la Comisión.

A Feijóo tampoco le viene mal que el Partido Popular Europeo blanquee los acuerdos con algunas fuerzas de extrema derecha, porque él preside un partido que gobierna con los ultras desde 2022. Solo que no en este momento electoral. Vox cree que el líder del PP “improvisó”, según fuentes de la Ejecutiva del partido ultra a Europa Press, por “seguidismo a Von der Leyen”. En Génova, por su parte, intentaron restar importancia al mensaje de Feijóo: “Esto no tiene nada que ver con el miedo a que Abascal se convirtiera en vicepresidente, Meloni no moviliza en España”, insistieron en el equipo del líder del PP mientras los barones populares se desplegaban en sus territorios haciendo sus propias campañas, movilizados al máximo. “Estas son unas elecciones andaluzas, nos jugamos el pan y la sal”, clamaba este viernes el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Pero los socialistas quieren que sea una campaña europea y que se hable de las alianzas del PP en Bruselas. El presidente del Gobierno contestó este viernes a Feijóo desde la misma tribuna, la asamblea del Círculo de Economía en Barcelona. “Ayer [este jueves] Feijóo dijo que no renuncia a pactar con el Vox europeo. Es una pena, porque cuando nos entendemos la democracia cristiana y la socialdemocracia europea logramos mutualizar la deuda, hacemos la compra conjunta de vacunas, Europa funciona. Yo ya le digo que no me voy a sentar con Vox en esa negociación para la Comisión Europea. Cuando se dice ‘yo me abro pactar con el Vox europeo’, no solo es Meloni, es [Éric] Zemmour, es la ultraderecha sueca, la de Polonia. Eso es incompatible con el planteamiento de la socialdemocracia Europea. Es muy grave lo que dijo Feijóo de que iba a abrirse con el Vox europeo. Estamos hablamos de grupos marcadamente ultraderechistas”, percutió Sánchez.

Y remató, cerrando el círculo entre la campaña del 23-J y esta: “Lo que no quisimos para España, no lo queramos en Europa”. Por la tarde, la candidata socialista Teresa Ribera acusó a Feijóo de salir “de la parte mala del armario” tras abrirse a los pactos con Meloni y diferenciar “entre ultraderechas buenas y ultraderechas malas”.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (centro), y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, participan en un acto de la campaña electoral para las elecciones europeas celebrado el  en la plaza del Cardenal Belluga de Murcia.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (centro), y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, participan en un acto de la campaña electoral para las elecciones europeas celebrado el en la plaza del Cardenal Belluga de Murcia. Marcial Guillén (EFE)

El PP se pasó el primer día de la campaña con el control de daños activado. Empezaron por intentar bandear el tropiezo rescatando unas declaraciones confusas de la candidata socialista, Teresa Ribera, en una entrevista el pasado domingo en El Correo, que habían pasado desapercibidas. “A quien tienen que preguntarle sobre Meloni es a la señora Ribera, que en una entrevista ha dicho que estaría abierta a pactar con ECR, que son el partido de Vox en Europa”, incidió la candidata popular, Dolors Montserrat. En esa entrevista, Ribera se abría a acuerdos con ese grupo, del que forman parte Meloni y Vox, en función “de la aritmética del Parlamento Europeo” y “si las propuestas que hacen son propuestas con arreglo a los valores de más Europa, de respeto a la democracia, las reglas de juego, pues habremos visto una reincorporación a la normalidad europea”.

Fuentes de la candidatura socialista matizaron después que Ribera “se ha opuesto, en España y en Europa, se opone y se opondrá a cualquier pacto con la ultraderecha, con el Vox europeo de Meloni y con los ultras aliados de Alberto Núñez Feijóo” y recordaron que ha criticado precisamente a Von der Leyen por el blanqueamiento de algunas extremas derechas, como la de Meloni. Pero las candidatas de Podemos, Irene Montero, y de Sumar, Estrella Galán, también se sumaron al desgaste del PP a la vicepresidenta. Montero acusó a la candidata socialista de haber lanzado su “particular querida Georgia” al declarar que el PSOE está “dispuesto a pactar” con la extrema derecha de Georgia Meloni, mientras Galán le pidió explicaciones. En campaña, los dardos vuelan en todas las direcciones.

En el PP, en paralelo y más allá de la tesis del gabinete del líder, se acogió con malestar el error del líder. Aunque la mayoría del partido comparte el fondo de la tesis sobre Meloni, a la que ven “normalizada”, dirigentes del partido lamentaron el fallo estratégico de las palabras de Feijóo. “No era el momento de hablar de esto. Nuestra estrategia es obviar a Vox y todo lo que representa”, admite un miembro de la candidatura europea. A última hora de la tarde, Feijóo volvió a la disciplina e ignoró a los ultras y toda la polémica de Meloni, mientras se afanaba en el mensaje antisanchista. “Lo que está ocurriendo en España no es normal. No podemos acostumbrarnos a la anormalidad. España ha tenido buenos, malos, irregulares presidentes del Gobierno, pero como este, ninguno, ninguno. Ni Zapatero”, dijo en Murcia. El PP no quiere hablar de Europa, sino de España, y en concreto de Sánchez. “Nuestro marco es intentar colocar el debate en la política nacional”, apunta este dirigente popular de la lista europea, “ni Milei ni Meloni nos interesan”. Sobre esos dos nombres propios, sin embargo, ha girado toda la semana de arranque de la campaña europea.

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Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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