El día que nació Sílvia Orriols
La diferencia entre los herederos de Convergència y la líder de Aliança Catalana es que la segunda no tiene complejo alguno en expresar sus postulados racistas.
Yo vi nacer a la alcaldesa de Ripoll que encabeza la formación doblemente excluyente de Aliança Catalana (AC). Doble porque pretende “salvar a Cataluña” (ese es su lema de campaña) de dos supuestas invasiones: la de los españoles y la de los musulmanes. Como devolviendo este territorio fronterizo a los tiempos de la Marca Hispánica y las intolerancias medievales. El discurso de Sílvia Orriols es netamente ultraderechista, una manifestación local de los populismos neofascistas que están surgiendo en toda Europa.
Conecta con el nacionalismo romántico del siglo XIX en el que, hay que decirlo, hemos sido educados todos los alumnos que hemos pasado por la escuela catalana en democracia. Ese catalanismo cuyo objetivo era la defensa de una lengua minoritaria y una supuesta cultura propia hace tiempo que mutó en un movimiento de tintes supremacistas. La diferencia entre los herederos de Convergència y la líder de AC es que la segunda no tiene complejo alguno en expresar sus postulados racistas. Este tipo de elementos siempre han existido en Cataluña, pero ¿por qué la semilla de la líder de Aliança Catalana ha conseguido germinar? ¿Qué elemento ha permitido que eclosione ahora y no antes? Sin duda lo que le dio un buen empuje fue el 17-A, pero más que los atentados de Barcelona y Cambrils del 2017, lo que hizo que muchos ciudadanos se sintieran legitimados a expresar su rechazo a los musulmanes fue la reacción posterior por parte de la clase política catalana y de sus medios de más impacto. Yo vi nacer a Sílvia Orriols con toda la impotencia del mundo. Lo vi cuando, estando todavía los cadáveres tendidos en las Ramblas, la primera consigna que se difundió fue la de que los musulmanes no tenían nada que ver, cuando en la Generalitat se recibió a los representantes de la supuesta comunidad musulmana, cuando se colocaron mujeres con pañuelo en todos los programas de más audiencia que no tuvieron problema alguno en difundir mentiras sobre el islam y el islamismo.
Lo vi cuando en Ripoll se invitó a hacer un discurso a la hermana de uno de los terroristas. Vi nacer a Sílvia Orriols el día que la manifestación por las víctimas se llenó de niñas con hiyab en lo que fue una victoria del islamismo o cuando medios públicos y privados, políticos y opinadores de todo tipo dieron alas a las teorías de la conspiración que atribuían el atentado al CNI. También vi Nacer a Sílvia Orriols cuando se sofocó todo debate sobre la penetración del radicalismo islamista porque lo más importante era “no estigmatizar”, y se tachó de islamófobo a cualquiera que quisiera abordar el asunto desde fuera del marco islamista. Xenófobos que creían que la solución era una deportación en masa siempre han existido en Cataluña, pero el fertilizante que hizo brotar Aliança Catalana fue la estrategia del avestruz y el “aquí no ha pasado nada” de los políticos y los medios catalanes con respecto al yihadismo y su manifestación intelectual, que es el fundamentalismo islamista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.