Gibraltar: una historia común y un futuro de prosperidad compartida

En los tiempos de instantaneidad e hipérbole en los que vivimos, es frecuente abusar a la hora de calificar determinados días como “históricos”. Pero estamos cerca, muy cerca, de poder vivir un verdadero “día histórico” para la comarca del Campo de Gibraltar y para el conjunto de la provincia de Cádiz. Y como alcalde de San Roque, “ciudad donde reside la de Gibraltar”, comprenderán que tenga una desbordante sensación de alegría por este hito histórico.

Gracias al esfuerzo negociador del Gobierno de Pedro Sánchez, con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a la cabeza, hoy estamos más cerca que nunca de rubricar el Acuerdo UE-Reino Unido en relación a Gibraltar que nos permita algo que nunca nadie en nuestra comarca ni tan siquiera se había atrevido a soñar: la eliminación de la Verja y la creación de una Zona de Prosperidad Compartida entre los ocho municipios que conforman la comarca del Campo de Gibraltar y el Peñón.

Desde el año 2016, cuando precisamente el hoy titular de Exteriores británico, David Cameron convocó, entonces como primer ministro, el referéndum sobre el Brexit, han sido casi ocho años los que hemos vivido en la comarca con la incertidumbre sobre el impacto que dicha salida tendría en nuestra economía, teniendo en cuenta que más de 15.000 trabajadores y trabajadoras transfronterizos, y de ellos más de 10.000 españoles, cruzan a diario la Verja para ganarse la vida en el Peñón.

El Acuerdo de Nochevieja, suscrito el 31 de diciembre de 2020 entre el Reino Unido y España, ya contemplaba un cambio histórico en las relaciones con Gibraltar, pero había que plasmar esa voluntad entre las partes negociadoras en un acuerdo definitivo.

No ha sido un camino fácil hasta llegar al momento histórico en el que nos encontramos. No ha faltado quien se ha empeñado en poner piedras en el camino o enarbolar banderas para cuestionar la oferta de acuerdo planteada por el Gobierno de España, una propuesta valiente y generosa que, en caso de que finalmente se rubrique el acuerdo, va a permitir la libertad de movimiento de personas y mercancías, la eliminación física de la Verja y el uso conjunto del aeropuerto, todo ello sin renunciar a las posiciones jurídicas de España en relación con Gibraltar.

El cierre de la Verja ordenado por Franco el 8 de junio de 1969 fue un disparate que provocó un trauma económico y sentimental en miles de familias y tuvo un enorme coste para la comarca que perduró muchos años, incluso después de que el Gobierno de Felipe González, en 1982, ordenara la reapertura.

Ahora, también con un Gobierno socialista, se da un nuevo paso histórico, esta vez de un calado que tardaremos años en asimilar. Porque se abre una nueva etapa en las relaciones con Gibraltar, una etapa de prosperidad compartida. Solo hace falta que todos los partidos políticos en España estén a la altura de este reto histórico.