Decenas de médicos, enfermeras y psicólogos se ofrecen voluntarios a Emergencias en el incendio de Valencia

Un grupo de vecinos del edificio incendiado en Valencia hacen cola para dar sus datos a varios policías locales. Algunos han salido con lo puesto, otros tienen a sus pies unas bolsas de deporte con un puñado de posesiones. El subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, ha explicado que se están habilitando hoteles y algún centro para albergar a los vecinos desalojados del edificio de la calle Maestro Rodrigo en el barrio de Campanar, donde este jueves se ha desatado la tragedia en un edificio que tiene 138 viviendas donde viven alrededor de 450 vecinos. La coordinación del incendio ha reunido, junto al hospital de campaña, a esas personas que por suerte no estaban en sus casas o que han conseguido salir a tiempo para identificarlos y, posteriormente, los han ido trasladando del lugar. Había una cola para los residentes y otra para dar información a los familiares. Escenas duras, nervios, gente abrazada y llorando. La falta de noticias y las imágenes de un edificio que ardía rápido y vorazmente hacían presagiar lo peor. Y decenas de sanitarios han acudido a la zona de forma voluntaria para ofrecer su ayuda.

La espera junto al hospital de campaña ha sido angustiosa. Enseguida han desalojado de allí a los medios de comunicación. Los 14 heridos, de los cuales cerca de la mitad son bomberos, se han repartido por diferentes centros hospitalarios de la ciudad. Los nervios se han apoderado de todos los presentes. Y detrás del cordón policial se apiñaban médicos, enfermeras, psicólogos dispuestos a echar una mano en una noche que se presume larga.Una joven psicóloga mostraba su credencial a los policías. “Vengo a ayudar a lo que necesiten. El código deontológico lo obliga”, ha comentado después de explicar que el Colegio de Psicólogos ha hecho un llamamiento general a los profesionales que pudieran acercarse.

Las llamas han prendido “muy rápido” en muy poco tiempo y se ha formado “una nube de humo brutal, se ha hecho de noche prácticamente”. Lo explica Marta, una vecina del edificio de enfrente, que explica que el incendio ha empezado en una oficina del cuarto piso “y ha subido a toda pastilla” hasta que ha prendido todo. El fuego ha comenzado sobre las 17.30 y, en poco más de una hora, ha subido por las 14 plantas.

El centro de atención en torno a las nueve y media de la noche seguía siendo el edificio, todavía en llamas aunque con el fuego bastante aplacado. La Unidad Militar de Emergencias (UME) apoya las labores de extinción de un incendio todavía activo y de difícil control.

Mientras más de 15 unidades de bomberos del Ayuntamiento y de la Generalitat Valenciana batallan contra las llamas desde la base del edifico y desde las alturas, a través de canastas, abajo, en la calles hay caras de preocupación. Los residentes desalojados se forman en colas y están ansiosos de noticias, que llegan a cuentagotas a estas horas de la noche.

La Policía Local de Valencia y la Policía Nacional han ampliado el cordón de seguridad en las inmediaciones del edificio incendiado para facilitar los movimientos del personal sanitario y de los bomberos, que tratan de activar buena parte de los hidrantes cercanos.

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha pedido a los vecinos que no se acerquen a ver el incendio a fin de facilitar el trabajo de los equipos de emergencias movilizados. Aunque lo cierto es que decenas de curiosos se han acercado a la zona para observar lo más cerca posible el pavoroso siniestro.

El director General de Emergencias ha pedido que el primer teléfono de información a personas que pueden verse afectadas por emergencia habilitado por el Ayuntamiento de Valencia sea utilizado “exclusivamente para aquellas personas que puedan aportar una información directamente relacionada con la emergencia”. “Es muy importante en estos momentos mantener estas líneas totalmente operativas, ha dicho. Paralelamente, el Ayuntamiento de València ha habilitado autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) para trasladar a los vecinos de los edificios afectados a los hoteles.