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Detenido ‘El Pastilla’ en una estación de tren de Leipzig (Alemania) un mes después de su fuga de Alcalá-Meco

El sicario, que escapó de prisión al aprovechar una cadena de negligencias, había sido buscado en Málaga, Cádiz, Marruecos y Francia desde que se evadió el 23 de diciembre

Imagen de El Pastilla difundida por la Policía Nacional.
Imagen de El Pastilla difundida por la Policía Nacional.
Óscar López-Fonseca

La huida de Yousef Mohame Lehrech, El Pastilla, el presunto sicario de 20 años evadido el pasado 23 de diciembre de la prisión madrileña de Alcalá-Meco, ha llegado a su final en Alemania. Agentes de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA en sus siglas en alemán) lo han detenido este jueves sobre las tres de la tarde en las proximidades de la estación de tren de Leipzig, al este del país. El arresto se ha producido después de que los responsables de la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional alertasen a través de la Red Enfast (Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos) de que El Pastilla podía ocultarse en Alemania, según ha informado el Ministerio del Interior. Fuentes cercanas a la investigación detallan que, durante el mes y dos días que ha durado la fuga, las fuerzas de seguridad han buscado a Lehrech primero en Andalucía (en concreto, en Málaga y Cádiz) y se pidió colaboración a Marruecos, su país de origen. Sin embargo, los indicios dirigieron después las pesquisas hacia Europa y, en concreto, Francia y Alemania, donde finalmente ha sido arrestado.

La fuga de El Pastilla del Centro Penitenciario Madrid II se produjo la víspera del día de Nochebuena en unas circunstancias que aún investiga Instituciones Penitenciarias. Las primeras pesquisas apuntan a la concurrencia de, al menos, cuatro graves fallos de seguridad que desembocaron en que el recluso pudiera salir de la prisión caminando tranquilamente por la puerta principal. Las imágenes grabadas por el circuito de videovigilancia del recinto recogieron con detalle el periplo seguido por el evadido desde el módulo de comunicaciones, donde tenía previsto comunicar con cuatro familiares, hasta el control de salida. Supuestamente, el evadido se mezcló con personas que iban a visitar a otros reclusos para pasar inadvertido y, tras encontrar abierto un rastrillo —sistema de doble puerta que separa dependencias con barrotes—, salir caminando tranquilamente por la puerta principal de la cárcel sin que nadie le diera alto. Aquel día se convirtió en el evadido número 22 registrados en las cárceles españolas desde 2003, según la estadística oficial de Instituciones Penitenciarias que avanzó EL PAÍS. Varios funcionarios de prisiones han sido expedientados para depurar supuestas responsabilidades por su huida.

Interior difundió días después fotografías de fugitivo en redes sociales y solicitando colaboración ciudadana tras catalogarlo como “altamente peligroso”. Su historial lo avalaba. Cuando se fugó, El Pastilla llevaba ocho meses en prisión preventiva acusado de ser el autor de dos asesinatos por encargo. El primero lo cometió el 6 de octubre de 2022, cuando presuntamente mató a un trabajador del puerto de Algeciras (Cádiz) por encargo de Nayim K. A., Tayena, cabecilla de una banda de narcotraficantes de la que el detenido formaba parte en esa época. La investigación reveló que la víctima de aquel crimen no era el objetivo de los narcos, pero que El Pastilla se equivocó porque usaba un vehículo similar al que conducía el integrante del grupo rival, el de los Piolín, al que pretendían asesinar.

El segundo homicidio del que se le acusa se produjo el 12 de abril de 2023, con el propio Tayena, hasta entonces su jefe, como víctima de un disparo casi a bocajarro en el abdomen cuando salía de su casa en Los Barrios (Cádiz). El Pastilla fue capturado en Algeciras cuando trataba de subir al ferri con destino a Ceuta para esconderse. Cuando fue arrestado, Mohamed Lehrech admitió ante la Guardia Civil el crimen y aseguró que la pistola utilizada la había arrojado al mar. La Policía también lo implica en un tiroteo registrado a comienzos de abril en la barriada Juan Carlos I, de Ceuta, en el que no hubo heridos y que la investigación relaciona con la guerra abierta entonces entre clanes rivales por hacerse con el control del tráfico de drogas en la periferia de la ciudad autónoma.

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Tras su encarcelamiento, El Pastilla fue incluido por Instituciones Penitenciarias en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), un sistema creado hace más de 25 años para incrementar el control sobre determinados presos y, de este modo, “garantizar la seguridad” dentro de las cárceles. En concreto, fue catalogado como FIES-5, uno de los cinco ficheros que existen y que está destinado a lo que se denominan presos de “características especiales”, entre ellos los acusados de delitos vinculados al crimen organizado o de especial gravedad, como era su caso.

Desde entonces había estado en la cárcel de Botafuegos, en Algeciras, pero a comienzos de diciembre fue trasladado ante el riesgo de que fuera agredido por otros reclusos ligados a la banda de la segunda de sus víctimas. El destino fue la prisión de Alcalá-Meco, centro de referencia para los reclusos menores de 21 años, de la que consiguió fugarse de forma rocambolesca el pasado 23 de diciembre.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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