Un exchófer de la Junta de Andalucía ratifica que gastó en cocaína y fiestas parte de 900.000 euros de fondos públicos
Comienza el juicio al antiguo conductor del ex director general Javier Guerrero, cerebro de la trama de los ERE, en la Audiencia de Sevilla
El exchófer de la Junta de Andalucía Juan Francisco Trujillo ha ratificado este lunes ante el tribunal que lo juzga que se gastó parte de los 900.000 euros de fondos públicos recibidos en cocaína y fiestas, un piso y terrenos. El antiguo conductor del ex director general de Trabajo Javier Guerrero —ya fallecido—, cerebro del caso ERE, ha confirmado en el inicio del juicio en la Audiencia de Sevilla su confesión sobre el malgasto derivado del caso de los ERE fraudulentos en Andalucía: “Sigo diciendo que soy culpable”, ha dicho ante el tribunal.
Trujillo ha intentado renunciar a su abogado, pero los magistrados han denegado su petición, tras lo cual ha respondido a las preguntas del letrado, negándose a contestar a las acusaciones presentes en la vista. El exchófer procesado ha ratificado sus declaraciones inculpatorias ante la policía en 2011, en las que admitió haber suscrito en nombre de su madre una póliza, y cómo creó dos sociedades para una granja avícola que nunca se puso en marcha y otra destinada al sector hotelero.
Ahora la Fiscalía Anticorrupción solicita 14 años de cárcel, 30 años de inhabilitación y una indemnización de 1,5 millones por prevaricación, malversación y falsedad en un juicio que acabará previsiblemente esta semana. Durante su declaración ante la juez Mercedes Alaya en 2012 —primera instructora del caso de los ERE— Trujillo aseguró que con el dinero de las subvenciones compró hasta 25.000 euros al mes en cocaína -entre cinco y 10 gramos al día- y copas para Guerrero, él y sus amistades.
La investigación judicial del caso concluyó hace ya seis años, pero hasta ahora los acusados no se han sentado en el banquillo. Junto a Trujillo y su esposa —acusada como beneficiaria a título lucrativo y a la que ha exculpado Trujillo en su declaración— están acusados el exdirectivo de Vitalia Antonio Albarracín y el administrador de una de las empresas del chófer, Isidoro Ruiz Espígares, exalcalde pedáneo socialista de Llanos del Sotillo (Jaén). El exchófer ha admitido que prestó 24.000 euros a su mujer, pero que le devolvió este dinero tras hipotecar la casa, una versión mantenida también por su esposa.
En paralelo, Trujillo entregó a su antiguo jefe unos 70.000 euros en metálico además de cuadros, relojes, un piano, ropa y móviles como contraprestación a la subvención que Guerrero le había otorgado de manera irregular.
El exconductor procesado intentó forzar la suspensión del juicio con su intento de renunciar a su abogado: “No me siento bien atendido ni en las valoraciones que he hecho ni en las negociaciones con la fiscalía. No tengo confianza en mi defensa, me estoy jugando muchos años de cárcel”, dijo ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia sevillana, que sin embargo ignoró su súplica.
El socio de Trujillo en la empresa, Isidoro Ruiz, para el que la Fiscalía pide tres años de prisión, negó que quisiera levantar una empresa fantasma y alegó que el exchófer adelantó 450.000 euros de la subvención, a pesar de que la granja avícola nunca llegó a funcionar. Sobre el proyecto hotelero, ha afirmado que la empresa funcionó y tuvo más de una veintena de empleados, y que invirtió de manera íntegra todo el dinero recibido en subvenciones. Cuando la Junta le reclamó la devolución de las subvenciones, “ya estaba arruinado”, ha alegado ante los jueces.
En 2012 Trujillo compareció en el juzgado ante Mercedes Alaya acusado de 11 delitos, pero su declaración resultó tan reveladora e insólita, que ingresó en la cárcel de manera preventiva acusado de 22.
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