La cuenta atrás de las campanas de Zamora para desbancar a Mariah Carey
El repicar de la plaza Mayor zamorana suena al son de la banda Europe para anticipar un festival de rock
“Ninininiiii, nininini, ninininiiii, nininini”, o algo parecido, canturrean las campanas de la plaza Mayor de Zamora a las 12 del mediodía y a las seis de la tarde. Ha comenzado la cuenta atrás para que la banda sueca Europe, autora de los archiconocidos acordes de The final countdown, actúe en la ciudad. Los veteranos escandinavos recalarán junto al río Duero gracias al Z!Live, un festival al alza con mucho rock y metal. Tal visita de relumbrón ha llevado a que el Ayuntamiento adecúe el tañer de las campanas al soniquete del temazo de Europe. Los organizadores del Z!, unos jóvenes melómanos que no empezaron en un garaje, sino en una explanada con amplificadores, aspiran a mantener música rockera incluso en Navidad. La melódica Carrie, confían, se alternará con el también icónico ritmo de All I want for Christmas is you, de Mariah Carey.
Quienes caminan por Zamora se detienen en la plaza Mayor a las horas señaladas y desenfundan el móvil para grabar el reconocible sonido. Queda más de medio año para la cita, pero los responsables del Z! han conseguido su propósito: difundir el festival dentro y fuera de la ciudad. El perfil demográfico zamorano, con 59.000 habitantes y una edad media de unos 54 años, exige seducir a rockeros foráneos. La campaña de las campanas, agradece Javier Hernández, de 38, uno de los impulsores de los espectáculos, funciona de maravilla y ha salido en telediarios. Entre ese cebo y un cartel plagado de estrellas internacionales y nacionales del género, desde Europe y Kreator a Leo Jiménez u Obús, confían en romper los registros de 2022, cuando reclutaron a unas 8.000 personas diarias: “¡De aquí habría solo unas 600, somos unos valientes por hacerlo en una zona con poca juventud!”.
Javier Hernández, conocido en el gremio del metal como Javikingo, admite que a los poderes públicos y económicos de Zamora no se les conquistó en una hora sino en siete años de trabajo y, sobre todo, de retorno: “Trabajamos con una empresa de estadística que cifró en 4,5 millones de euros el impacto del año pasado”. Tiendas, bares, hoteles y restaurantes se forran con las hordas de melenudos vestidos de negro, tribu aún chocante para los zamoranos castizos pero bien recibidos por los negocios. En 2022 llovió y se aguó parte del Z!Live, pero los negocios de deporte colocaron chubasqueros “a cascoporro”. Las botas de montaña ya las traía el público como parte de su indumentaria oficial.
“Es un pelotazo del copón”, argumenta este impulsor junto a dos colegas de lo que comenzó como algo pequeño: “Sentía que estaba celebrando mi cumpleaños”. Desde 2016 han ido a más y, aunque siguen siendo “los tipos raros, de negro y pelo largo y no a todos les gusta”, acarrean una inyección económica notable a una ciudad sin industria. “Tengo amigos afroamericanos flipando con la Semana Santa y los capuchones, para los de aquí es lo mismo”, ejemplifica Hernández, presente en ferias de Turismo, porque el festival engancha a un viajero dispar al que atraen el lago de Sanabria, el románico zamorano o las prestigiosas procesiones. Los impulsores no pueden comprender que el heavy deba ser un rito marginal y se empeñan en repopularizar el género ante la tiranía del reggaeton.
Los visitantes que sin la oferta musical quizá no se animarían a conocer Zamora encuentran precios asequibles y una gran oferta gastronómica. Todo encaja para disfrutar del fin de semana por el oído y el paladar. El Ayuntamiento, único de una capital de provincia gobernado por Izquierda Unida, ya se prepara para los conciertos del 13 al 15 de junio. La concejala de Cultura, Maru Cabezas, pertenece a sus 46 años a la generación que ha escuchado Europe durante décadas de radio, viajes o anuncios, gustara o no. “Los chicos del festival han ido creciendo y la canción la conocemos todos, es un guiño muy reconocible y cuando nos preguntaron vimos que era posible”, explica la edil antes de desgranar el jaleo de adaptar el ritmo del campanario a los celebérrimos acordes. Finalmente, se grabó el sonido y se emite desde unos altavoces, medida algo menos romántica pero sí eficaz para reproducir a Europe desde lo alto.
Cabezas valora la “envergadura” del festival, con familias enteras viajando incluso desde en extranjero para ver a Helloween en 2022. Europe, más conocido para el gran público, anticipa mayores afluencias si cabe a un encuentro tratado, según la concejala, “con mucho cariño”. “¡Los heavies ya no son lo que eran!”, bromea la responsable de Cultura ante el tópico de gente dura y aguerrida, porque el Z! cuenta con ludoteca para los asistentes con niños. Esas personas “con pintas” se han ganado a los zamoranos con su educación y buenas maneras, pues suelen destacar por tratarse de un público respetuoso y con bolsillo para hacerse querer en las ciudades adonde acuden cuernos en alto.
The final countdown sonará hasta enero y después descansará hasta semanas previas al encuentro para ir calentando el ambiente musical. El próximo desafío, comenta con ambición Javier Hernández, consiste en llevar a los altavoces la balada Carrie, otra canción muy conocida de los suecos. El Consistorio no se niega y todo se andará. Para ello habrán de descabalgar, o al menos compartir espacio, con el All I want for Christmas is you, emblema navideño de Mariah Carey. Este himno, como los viejos rockeros, nunca muere… aunque muchos metaleros y no metaleros lo deseen.
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