Faroles en Zamora
La imagen gótica que preside el desfile procesional de la hermandad penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo apareció emparedada en la iglesia de su nombre. De allí partirá el cortejo a las 22.30 del próximo día 7, Viernes de Dolores. El extraordinario hallazgo ocurrió durante unas obras de restauración en el templo, y es fácil imaginar la sorpresa de quienes encontraron la talla más antigua (siglo XIV) de la Semana Santa zamorana. Sale esta procesión extramuros y se adentra en el casco antiguo atravesando estrechas callejas, laberínticos trazados urbanos -Espíritu Santo, Frontera, Paso de la Vega, Sillón de la Reina, Mercadillo, Los Ciento, Arcipreste...- que conforman un escenario de siglos para una ceremonia sobria, sentida, hermosa.
A las 22.30 del 7 de abril recorrerá las calles de Zamora la procesión del Viernes de Dolores con una mítica imagen tallada en el siglo XIV. Es el preludio de una Semana Santa muy especial.
El destino es la catedral, en cuyo atrio el coro de la hermandad entona el himno Christus factus est, dándose lectura a la Pasión de Nuestro Señor. Es éste un acto de gran solemnidad, seguido por los presentes -cofrades, fieles y espectadores- con silencio y recogimiento. Todo ello, unido a la vestimenta de los hermanos (hábito blanco de basto lienzo, cabeza cubierta con un capuchón que cae sobre la frente, ocultando prácticamente el rostro, y farol encendido en la mano), a la tenue iluminación y a la monumental presencia de la mole catedralicia, conforma un momento de recogida belleza.
No es el único de la Semana Santa zamorana, que tiene en el barandales, a la cabeza de casi todas las procesiones tañendo dos esquilones, su personaje más característico. El merlú, por su parte, formado por una corneta y un tambor destemplados, ilustra sonoramente la madrugada del viernes. La austeridad y la emoción son también las notas características del reencuentro callejero con sus devotos del Cristo del Amparo, a partir de la medianoche del miércoles. El jueves sale de la iglesia románica de Santa María la Nueva la penitente hermandad de Jesús Yacente, con una talla impresionante de Gregorio Fernández: a su paso, las luces de la ciudad se van apagando. Hacia la 1.00, una coral interpreta el miserere en la plaza de Viriato; a las 7.00 del Viernes Santo, la reverencia: todos los pasos se inclinan para saludar a la Virgen.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.