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Caídas, barro y aluvión de reclamaciones en el Puy du Fou de Toledo: “Era una ratonera al aire libre”

Cientos de personas acudieron el domingo a ver el espectáculo nocturno del parque, pero la lluvia obligó a muchos a irse nada más empezar. La empresa dice que no reembolsará el dinero de las entradas

Decenas de personas en distintas zonas de las gradas del parque Puy Du Fou (Toledo), durante la representación del espectáculo nocturno el domingo, en tres fotos cedidas por los asistentes.
Decenas de personas en distintas zonas de las gradas del parque Puy Du Fou (Toledo), durante la representación del espectáculo nocturno el domingo, en tres fotos cedidas por los asistentes.
Beatriz Olaizola

La orden la dieron los altavoces del parque el domingo, poco antes de las nueve de la noche: “Les recomendamos que por las condiciones meteorológicas acudan al espectáculo con ropa adecuada y chubasquero”. Hacía unas dos horas que llovía casi sin parar sobre el famoso parque temático Puy du Fou, en Toledo, considerado uno de los mejores de España. Los asistentes creyeron que con la previsión para lo que quedaba de día ―la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activó el aviso amarillo por fuertes vientos en todo Castilla-La Mancha—cancelarían la representación nocturna, pero a las 21.30, cientos de visitantes empapados y con los zapatos cubiertos de barro se colocaban como podían en las gradas. La función estaba a punto de comenzar y el aguacero iba a más. Muchos de los presentes se fueron antes de que terminara, incapaces de soportar la incesante tromba. No dejó de llover en ningún momento, cuentan, y los actores ―también los animales que los acompañaban― tuvieron que salir a escena a pesar del chaparrón, el viento y el frío. La obra duró 80 minutos.

Poco después, llegaron las reclamaciones. El parque temático, sin embargo, se niega a darles solución. Este periódico ha contactado con la organización, pero a la publicación de esta información todavía no ha dado su versión de lo ocurrido.

“Era una ratonera al aire libre”, describe por teléfono Gema Jurado, de 50 años y que acudió al emblemático parque ―que recorre con sus funciones la historia de la Península durante 15 siglos― con su marido y sus dos hijos. “Íbamos preparados, porque había previsión de lluvia, pero llegó un punto que no dábamos abasto. Ni el chubasquero ni el paraguas servían de nada. Pensábamos que lo iban a anular y de cómo caía el agua no oíamos ni a los actores”, sigue. Cuando el público se dio cuenta de que el espectáculo ―titulado El sueño de Toledo y con un aforo para unas 4.000 personas― seguía adelante, comenzaron los gritos y abucheos. “¡Fuera, fuera! ¡Es una vergüenza!”, clamaban los presentes. Jurado y su familia, como muchos otros, optaron por abandonar el recinto en mitad de la actuación. “Salimos escopetados. Los zapatos destrozados, sillas de ruedas y carritos se quedaban atrapados en el barro, el camino totalmente a oscuras… No había nadie a quien preguntar”, cuenta la mujer.

Relatos similares no tardaron el llenar las redes al día siguiente. También hubo un aluvión de reseñas negativas al parque en Google y en la última publicación de la empresa en Instagram. Ante la cantidad de quejas, la organización comenzó a borrar los comentarios críticos de la red social y, finalmente, eliminó la posibilidad de escribir en su post más reciente. La mayoría de los asistentes exigen el reembolso del dinero de las entradas o que les permitan ir otro día, porque Puy du Fou no es un plan barato: solo el espectáculo nocturno cuesta 36 euros por persona. Jurado y su familia, por ejemplo, pagaron 386 en total por la función, que no pudieron disfrutar, y el parque. Algunos, ante la previsión de lluvia, intentaron cambiar el día de la visita. “Llamé diciendo que para esta noche daban 90% de lluvia, que si podía cambiar de fecha las entradas. Me contestaron que no se suspende ni se cambian [las entradas] bajo ningún concepto. Que nos pongamos ropa adecuada para lo que nos espera”, comenta una mujer en una de las múltiples de quejas colgadas en la red estos últimos tres días.

“Era inhumano”

Ignacio Huélamo, de 33 años, es una de las personas que aguantó los 80 minutos de función. “El parque es como una aldea, no hay nada asfaltado, todo es tierra o gravilla. Imagínate los accesos al espectáculo: barro, lodazal, ríos de agua, balsas… Nos dijeron que no podíamos usar paraguas para no dificultar la visibilidad. Tenías que estar allí, sin cubrirte, con el chubasquero, en asientos de plástico encharcados por todo el tiempo que llevaba lloviendo, con el frío, el viento. Era inhumano”, rememora. Los actores y actrices, acompañados de caballos, iban saliendo a escena cada vez más mojados, mientras familias enteras abonaban el recinto, aún más embarrado que al comienzo. “Lo aguantamos porque somos jóvenes, pero fue surrealista”.

Tanto Huélamo como Jurado han puesto una reclamación ante el área de consumo del Gobierno autonómico y han enviado una queja a la organización del parque. Ambos han recibido una respuesta idéntica por parte de la empresa: “Todos los espectáculos de Puy du Fou España han sido diseñados para ser representados ante cualquier situación meteorológica. Ningún espectáculo se anulará en caso de lluvia. Tan solo se anularán aquellos que supongan un alto riesgo en la seguridad de nuestros visitantes y equipos, pero el día 22/10 no fue el caso. No podemos satisfacer su demanda. Una vez finalizada la compra, no es posible la modificación o anulación de esta”. Es lo mismo que advierten en su página web, donde añaden que “queda totalmente prohibido el uso de paraguas en los espectáculos, especialmente los celebrados al aire libre”, para no limitar la visibilidad y por la seguridad de las aves.

En numerosas reseñas, los asistentes cuentan cómo los actores salían “temblando” al escenario e incluso algunos lloraban al terminar. Algunos de los trabajadores han compartido su vivencia en redes, donde hablan de “condiciones inhumanas”, riesgo para su salud o dificultad para ejecutar según qué pasos de baile debido al frío y la tiritona. Una de las bailarinas, que prefiere no decir su nombre, lo recuerda como “la experiencia más desagradable que haya vivido en un trabajo”. El entorno donde se presenta el espectáculo es al aire libre y en pleno campo, comenta, y a pesar de la lluvia “en ningún momento” les dieron la posibilidad de parar o suspender el show: “Apenas pudimos hacer nada de lo que solemos hacer porque era imposible bailar, incluso andar ni estar debajo del agua tanto tiempo con el frío”. No recuerda si salieron todos los animales a escena, siquiera, porque solo estaba pendiente de no caerse.

Alma Rodríguez, de 20 años, fue a Puy du Fou con sus padres y su hermana, y no entiende por qué no se hizo una excepción el 22 de octubre, si tres días antes ya se canceló el espectáculo por la lluvia y el 3 de septiembre también, por alto riesgo de rayos. “Los bares, colapsados, la gente se refugiaba ahí como podía porque en las mesas de fuera se colaba el agua por todas partes. Al bajar a la zona del espectáculo te resbalabas. Algunos cayeron por las escaleras metálicas. Al ver a los actores y animales empapados, gritamos que lo parasen. Sentarte era sentarte en una piscina”, enumera. Otra mujer, en una reseña en la web Trip Advisor ―donde más de cincuenta de los últimos comentarios aluden al incidente del domingo―, habla de “pesadilla”: “Llegué a las gradas y había gente gritando, niños llorando, ancianos refugiados en un túnel, personas en sillas de ruedas pidiendo ayuda para salir de los barrizales”.

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Sobre la firma

Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.

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