El presidente del Poder Judicial, sobre la ley de amnistía: “Es muy difícil estar de acuerdo”

El presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, ha expuesto hoy una visión abiertamente crítica ante una posible ley de amnistía, afirmando en declaraciones realizadas en la Universidad de Valladolid que “es muy difícil estar de acuerdo con ello”. Con posterioridad, ya en su lección magistral en el acto de inauguración del curso universitario en dicho centro —del que es catedrático de derecho civil—, subrayó su creencia de que “los ilusionistas del derecho van a aparecer de nuevo con sus arbitrios mágicos para convencernos de la bondad constitucional de la amnistía que, a mi juicio, los más prudentes cuestionan”.

Guilarte explicó que extraía su alusión a “los ilusionistas del derecho” de algunos pasajes de la novela de Gabriel García Márquez Cien años de soledad, exhortando a los alumnos a no olvidar nunca que la ley es “un instrumento poderoso” que si es “utilizado desviadamente” puede resultar “enormemente nocivo”. Guilarte no quiso ir más allá en sus alusiones directas al debate sobre la constitucionalidad de la amnistía para los líderes y los implicados en segundos niveles de decisión del procés, algunos de los cuales aún no han sido juzgados. Ante las preguntas de los periodistas manifestó que “tiempo habrá de comentar esas cuestiones y de esperar a ver cómo se desarrolla para opinar”, porque ahora “es prematuro, no es el momento, ahora estamos en la Universidad”.

Guilarte también se refirió a las dificultades del cargo que asumió el pasado mes de julio, la presidencia interina del Poder Judicial. “Mandar”, dijo, “es un vicio que no tengo y no sé como saldré de esta mi aventura presidencial que en algún momento quizás me obligue a disponer, siquiera sea sectorialmente, de vidas y haciendas ajenas”. Algún problema ha surgido ya en este capítulo, al haber considerado Guilarte que era conveniente cambiar la composición de la comisión permanente del Consejo. Este proceso, puesto en marcha a finales de julio, provocó enfrentamientos, al entender varios vocales que los cambios incurrían en irregularidades en el cumplimiento de la normativa legal sobre cómo debe integrarse dicha comisión, que ejerce funciones ejecutivas.

Dichos vocales reclamaron igualmente a Guilarte que abandonase las actividades privadas como abogado que había venido desempeñando antes de acceder a la presidencia del Consejo. Guilarte respondió que cumpliría estrictamente las previsiones legales establecidas en este sentido. Precisamente el acto celebrado en la Universidad de Valladolid para la apertura del curso supuso una despedida de las actividades docentes del presidente del Consejo, aunque Guilarte dijo que no iba a “abandonar” su ciudad ni su Universidad. En este contexto, a modo de balance por su experiencia profesional explicó que “desenvolverse por ejemplo en el mundo de la abogacía es, al día de hoy, especialmente difícil pues la competencia es feroz y a menudo los postulados deontológicos básicos se desprecian”. Guilarte mencionó que su discurso contenía las que posiblemente serían sus “últimas palabras” como catedrático de la Universidad vallisoletana.