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El PSOE y el PP chocan por a quién debe encargar el Rey la investidura

Los socialistas consideran una “pérdida de tiempo” que el líder del PP sea el candidato

El rey Felipe VI, durante el ingreso de la princesa Leonor en la Academia militar en Zaragoza, el jueves. Foto: EFE/ Javier Belver | Vídeo: EPV

Tras la batalla política de la Mesa del Congreso, la pelea de la investidura entra en una primera fase decisiva con el encargo del Rey al candidato a la presidencia del Gobierno. Los representantes de siete grupos políticos acudirán este lunes y el martes al palacio de la Zarzuela para participar en la ronda de consultas con Felipe VI prevista en el artículo 99 de la Constitución —serán UPN, Coalición Canaria, PNV, Sumar, Vox, PSOE y PP—, tras lo cual el Monarca decidirá si encarga a un candidato, y a quién, la investidura.

Este primer paso, sin embargo, ya es conflictivo entre el PSOE y el PP. Mientras los populares defienden que el Rey debe encargar a Alberto Núñez Feijóo la investidura por haber ganado las elecciones, los socialistas consideran una “pérdida de tiempo” que el líder del PP se someta a una votación parlamentaria que, con toda probabilidad, será fallida. Y los tiempos cobran vital importancia en esta nueva fase.

Felipe VI no comunicará su decisión al menos hasta el martes por la tarde, tras cerrar con Feijóo la ronda de consultas. ERC, Junts, EH Bildu y BNG se han autoexcluido de las audiencias en La Zarzuela para proponer candidato a presidir el Gobierno. En caso de que el Rey haga el encargo —podría tomarse unos días de reflexión o repetir la ronda de consultas—, el pleno de investidura podría celebrarse la última semana de agosto, como contemplan fuentes parlamentarias.

El PP reivindica su derecho a que Feijóo reciba el encargo del Rey por su condición de primera fuerza en las urnas, aunque la votación de la Mesa del Congreso dejó en evidencia que cuenta solo con 139 apoyos (los de su grupo más un diputado de UPN y otro de Coalición Canaria) y, a lo sumo, con 172, si consigue atraer de nuevo a Vox. Los cuatro diputados que le faltan hasta la mayoría absoluta no salen por ninguna parte, porque los partidos nacionalistas e independentistas han descartado de forma tajante apoyarle. Con todo, el PP insiste en pedir al Rey que haga el encargo a su líder. “Volvemos a reiterar la disposición de Alberto Núñez Feijóo a asumir la investidura si así se lo encarga el jefe del Estado, el rey Felipe VI”, expresó el domingo la secretaria general, Cuca Gamarra, en unas declaraciones grabadas y remitidas a los medios de comunicación.

La número dos de los populares enfatizó el “respeto” del PP a la Monarquía, después de que algunas declaraciones de dirigentes de su partido parecieran presionar al Rey. El vicesecretario Javier Maroto dijo el viernes que Felipe VI “sabe que Sánchez perdió las elecciones”, invitándolo a no hacer el encargo al líder socialista. Con todo, Gamarra reiteró que Feijóo debe ser el elegido por “respeto” a la “tradición democrática de nuestro país [...] que siempre ha hecho que gobernara el partido que había ganado las elecciones”.

Los socialistas discrepan de esa interpretación y no quieren que Feijóo, al que no le dan los números, vaya a la investidura para que no empiece la cuenta atrás de dos meses en los que debe prosperar una investidura antes de que se convoquen automáticamente las elecciones. Estas se celebrarían 47 días después de que finalicen esos dos meses. “Feijóo se empeña en ir a una investidura que nos va a recordar a la moción de censura de Tamames. Es una pérdida de tiempo, se conoce de antemano el resultado, que es un fracaso, y por tanto no deja de ser un empecinamiento algo ridículo”, afirmó el domingo Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones. El Congreso rechazó en marzo la moción del candidato a la presidencia del Gobierno propuesto por Vox con 201 votos negativos, la mayoría del bloque de la investidura.

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La gestión de los tiempos es clave porque de ella depende la fecha de la eventual repetición electoral. En caso de que se celebrara una investidura fallida de Feijóo y el tiempo empiece a correr desde el 1 de septiembre, las elecciones caerían el 17 de diciembre. Hacer más tarde la investidura implicaría que la repetición pudiera caer en los dos siguientes domingos, en los que se celebran la Nochebuena y la Nochevieja. Por tanto, fuentes gubernamentales y de distintos grupos coinciden en que, si al final no se celebra el debate de investidura en agosto —podría hacerse en la última semana— o el 1 de septiembre, lo más probable es que se decidiera dejar pasar el mes de septiembre para poder alejar varias semanas de las fiestas navideñas una potencial celebración de las elecciones generales.

El PSOE tiene en su mano el control de los tiempos porque la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, es quien fija la fecha del debate de la investidura. A los socialistas les convendría también celebrarlo después de septiembre, ya que en ese mes hay dos fechas simbólicas para el independentismo catalán que dificultarían las negociaciones para lograr el apoyo a Sánchez. El 11 de septiembre se celebra la Diada y el 1 de octubre será el sexto aniversario del desafío secesionista que terminó con Carles Puigdemont, el líder de Junts, huido de la justicia en Waterloo (Bélgica).

Los socialistas inciden en que Feijóo no tiene apoyos suficientes para ir a una investidura, aunque tampoco dicen que, en consecuencia, debería ser Pedro Sánchez quien reciba el encargo. “Los diputados de derecha y ultraderecha que podrían apoyar a Feijóo en una investidura ya se conocen, son los que son, esto no es como los sobresueldos de Feijóo que cada día aparece uno nuevo. Feijóo obtuvo un fracaso en las urnas y la votación del jueves del Congreso lo puso de manifiesto”, defendió el domingo Bolaños sobre los 178 votos (PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG) que recibió Armengol y que conformaron la mayoría de la Mesa, frente a los 139 que consiguió Cuca Gamarra, propuesta por el PP.

El PSOE incide también en la soledad del PP, consciente al mismo tiempo de que, por su parte, conseguir el apoyo de los independentistas catalanes no será fácil. “El PP se ha dedicado durante muchos años a denigrar a otras fuerzas políticas por pensar diferente y la España real es la España de distintos acentos y lenguas. El PSOE respeta todas esas realidades y ponemos en valor nuestra capacidad para dialogar con todos y ahormar mayorías”, resaltó Bolaños. Mientras, el PP pone el acento en el precio que pagará el PSOE para lograr el respaldo de los independentistas. “A los españoles no se les ha dicho todavía cuáles son esas cesiones y si está dispuesto a amnistiar a todos los que han atacado al Estado a cambio de aferrarse al poder”, cuestionó Gamarra.

El PSOE asume que para garantizar la investidura de Sánchez debe buscar un alivio penal al procés sin entrar en las posiciones maximalistas de Junts y ERC, que exigen la amnistía para los independentistas encausados por el 1-O. “Nuestra política en relación con Cataluña es conocida y clara: diálogo y convivencia dentro de la ley y de la Constitución”, dijo Bolaños, sin pronunciarse sobre la amnistía, cuya constitucionalidad divide a los juristas. Pero antes de abrir ese delicado melón, el primer paso es el encargo del Rey. Y no se prevé pacífico.

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