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¿Qué le pasa al PSOE andaluz?

Varios politólogos creen que la resistencia a aceptar que son la oposición y la ausencia de relevo generacional lastran a los socialistas

El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, en el centro, junto a la portavoz del PSOE, Ángeles Ferrez, el presidente del PSOE Andaluz, Manuel Pezzi (primero por la derecha), y el secretario Organización, Noel López, en la Comisión Ejecutiva del 30 de mayo.
El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, en el centro, junto a la portavoz del PSOE, Ángeles Ferrez, el presidente del PSOE Andaluz, Manuel Pezzi (primero por la derecha), y el secretario Organización, Noel López, en la Comisión Ejecutiva del 30 de mayo.Francisco J. Olmo (Europa Press)
Lourdes Lucio

Titular con una pregunta debería estar prohibido en los libros de estilo, porque el lector intuye desde la primera línea que en la segunda y siguientes no hallará una respuesta. Lo cierto es que no hay una única explicación a la que figura arriba, pero sí hay datos de que la salud del principal sostén electoral del PSOE está achacosa. No es de ahora. Ni de ayer ni de antier. Arrastra desde 2012. Desde entonces el PSOE de Andalucía se ha dejado 1,2 millones de votos en las autonómicas. Hay un dato demoledor que a veces se olvida: y es que los socialistas perdieron la Junta de Andalucía en 2018 con el peor resultado de la historia del PP.

En 11 meses ha perdido dos elecciones (andaluzas y municipales) y esta situación preocupa en la dirección federal porque en Andalucía se eligen 61 diputados al Congreso y 32 senadores. Ahora tiene 25 y 22, respectivamente. En el PSOE federal siempre miran a Andalucía porque la consideran su granero de votos, en vez de pisar las madrileñas calles en las que está su sede nacional, donde llevan lustros sin sacar la cabeza.

¿Qué le pasa al PSOE de Andalucía? Ángel Cazorla, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada, afirma: “El PSOE andaluz es un partido de familias y no ha sabido incorporar nuevas generaciones, a la franja más joven”. Cazorla trabaja en un estudio sobre dónde se ubican los nuevos perfiles socio demográficos y apunta que el PSOE ha quedado “fuera de foco”, en favor del PP. “Algo se está haciendo mal”, sostiene.

En su opinión, “los vaivenes internos han ido erosionando de manera brutal” al PSOE andaluz, sobre todo, “con la pugna entre Pedro Sánchez y Susana Díaz”, y “no se ha producido una renovación importante en la élite”. Alude a Juan Espadas que dejó la Alcaldía de Sevilla a mitad de mandato para asumir la secretaría general. “Espadas tiene un perfil solvente de gestión, pero representa la misma escuela. No se ha producido una refundación en el PSOE”, subraya.

Referentes socialistas sostienen que el PSOE andaluz “necesita parar”, tomarse un respiro después de estar durante casi 37 años seguidos en el Gobierno y cuatro y medio en la oposición. El politólogo Paco Camas, director de Investigación Pública de Ipsos, es de esta tesis: “El PSOE andaluz necesita un largo periodo de recomposición y de tiempo en el banquillo. Se toman decisiones cortoplacistas y poco basadas en datos reflexivos. La actividad política hace que tenga que tomar decisiones muy rápido y debería apostar a medio y largo plazo”. En su opinión, el presidente de la Junta y del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, “ha cuajado” y el PSOE debería definir cuál va a ser su papel de oposición para definir una alternativa. “El PSOE andaluz no ha hecho todavía el duelo de cuando perdió la Junta y cree que no es un partido de oposición. Y hasta que no lo asuma, no va a poder construir una alternativa”.

La politóloga sevillana Ana Salazar señala que “el ritmo y la velocidad de la política impide una reflexión profunda. Todavía con el cuerpo caliente se convocan otras elecciones: ¿en qué momento, a qué hora se hace el análisis?”. En su opinión, los socialistas necesitan un “rearme ideológico”.

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Camas, Cazorla y Salazar no tienen dudas de que tras las elecciones municipales, el PP andaluz de Moreno ha consolidado el cambio de ciclo en Andalucía. “Claramente, lo ha hecho y ha penetrado además en las ciudades urbanas, en las medias y en el mundo rural”, asegura el primero. El politólogo granadino añade: “Moreno consiguió lo más difícil en Andalucía: romper con una línea de adscripción al PSOE y una vez que ha hecho lo más difícil hace lo más fácil: consolidar un espacio aprovechando la ola general”. También Salazar tiene esa impresión: “El entramado institucional está en manos del PP: Junta, Diputaciones y ayuntamientos, por mucho que haya municipios que sigan en rojo”.

En sus recientes caminatas electorales, los dirigentes socialistas han podido comprobar, por su estrecho contacto con los ciudadanos, algo que ya intuían: su líder, Pedro Sánchez, “no levanta pasiones” y “las dirigentes de Podemos provocan más rechazo que Vox”, asegura un dirigente provincial. Desde el PSOE de Andalucía se consideraría un “error” basar la campaña en el mensaje del miedo a la extrema derecha. Al respecto, el profesor Cazorla apunta: “Moreno ha normalizado un Gobierno de derechas en Andalucía, algo que no hace mucho era impensable. Y el PSOE juega a lo mismo cuando las fichas han cambiado. En términos de votos no ha habido tanta debacle y la campaña se va a jugar con una lógica plebiscitaria, más como una cuestión de confianza, de conmigo o sin mí”.

Paco Camas se fija en otro dato que le lleva a aventurar que en las generales el bloque de izquierda no superará al de derechas. “PP y Vox sumaron el 56% del voto en las andaluzas. Las marcas de Podemos han tenido un hundimiento muy fuerte y aunque la baza de Yolanda Díaz puede recortar, veo difícil que la izquierda tenga más fuerza que la derecha”. En estos momentos en el PSOE andaluz no hay previsiones, sino deseos electorales. Hay mucha gente rumiando con los resultados obtenidos.

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