Ciudadanos ha decidido no concurrir a las elecciones generales del 23 de julio. El acuerdo, ratificado este martes por el comité nacional de CS, está motivado por los desastrosos resultados cosechados el domingo en los comicios municipales y autonómicos. Adrián Vázquez, secretario general de Ciudadanos, ha hecho oficial la decisión en rueda de prensa, tras la reunión del comité nacional. “El mensaje de las elecciones ha sido muy claro. La oferta del centro liberal en España no ha tenido fuerza. (...) Hemos llegado a la conclusión de que los españoles no nos ven como una buena alternativa transformadora. No es una buena noticia para nosotros, el comité nacional ha decidido que no concurramos en este ciclo electoral mientras nos preparamos para el nuevo escenario político”, ha manifestado.

El anuncio no implica la disolución inmediata del partido, ya que la intención es volver a concurrir en futuros procesos electorales. “Iniciamos un proceso de rearme orgánico e intelectual”, ha añadido Vázquez, muy serio, rodeado del resto de miembros de la ejecutiva. La formación pretende celebrar un “gran encuentro” en julio en el que se determinarán los pasos a seguir por el partido. Fuentes de la dirección concretan que habrán de “darle forma” a un partido que represente al “centro liberal”, pero “con otros mimbres”. En el seno de la ejecutiva ha habido “discrepancias” sobre si presentarse o no el 23-J, en medio de “un intenso debate”. Finalmente, ha habido “prácticamente unanimidad”.

Este domingo, la formación logró apenas el 1,35% de los votos en las elecciones municipales —fue borrado de plazas tan importantes como el Ayuntamiento de Madrid— y no obtuvo representación en ninguno de los 12 parlamentos regionales de las comunidades que también celebraron comicios. Un día después, y tras el adelanto de las elecciones generales anunciado por Pedro Sánchez, la ejecutiva mantuvo una reunión de varias horas que acabó ya por la tarde. En el encuentro concluyeron proponer al comité nacional, convocado extraordinariamente este martes, que la mejor opción era no presentarse a las urnas el 23-J. Durante el primer cónclave, hubo “miembros con serias dudas” de que este fuese el movimiento más apropiado, según ha podido saber este periódico de fuentes de la cúpula.

Ya en la mañana de este martes, el acuerdo ha sido ratificado por el comité nacional —formado por el núcleo duro del partido y los presidentes autonómicos (50 miembros en total)—, entre los que se encuentran la vicealcaldesa saliente de Madrid, Begoña Villacís, que no logró representación en el Ayuntamiento de la capital. Un encuentro que ha durado más de lo esperado. También han sido convocados otros dirigentes de CS, como el procurador y exvicepresidente de Castilla y León Francisco Igea, o el eurodiputado José Ramón Bauzá, para aportar su opinión.

Entre los dirigentes que optaban por no concurrir el 23-J estaban la expresidenta del partido, Inés Arrimadas, y Villacís, según algunas personas presentes en el cónclave. Igea ha pedido “disolver el partido” en caso de que la decisión fuese no presentarse a las urnas, y que los líderes de CS, Patricia Guasp y Adrián Vázquez, asuman “responsabilidades”. Otras fuentes de la formación acusan directamente a la dirección de “utilizar” el adelanto electoral “para atrincherarse”.

Bal y otros diputados critican la decisión

Poco después del anuncio de la ejecutiva, algunos dirigentes de Ciudadanos han criticado a través de redes sociales la decisión de no concurrir el 23-J. Es el caso del diputado Edmundo Bal, que se enfrentó contra Guasp en las primarias por el liderazgo del partido, en enero. “No voy a decir nada aún pero no me pienso callar ante este atropello. Qué vergüenza más grande siento ahora mismo”, ha censurado Bal. Otro de los nueve parlamentarios de CS, Juan Ignacio López-Bas, se ha sumado a las quejas. “El artículo 1 de los estatutos de mi partido dice que ‘como expresión del pluralismo político, concurre a la formación y manifestación de la voluntad popular y es instrumento fundamental para la participación política’. Parece obvio que ello no ocurrirá si no comparecemos en las urnas”, ha defendido López-Bas, que apoyó la candidatura de Bal en las primarias. Para el procurador Francisco Igea, “o un partido se presenta o se disuelve, pero no puede hibernar para aguantar los recursos para otra convocatoria”, ha afirmado ante los medios en Valladolid.

Ciudadanos se desplomó este domingo desde los 1.989.566 votos (el 8,73%) cosechados en 2019 hasta los 301.166 sufragios (el 1,35%) del 28-M, situándose como séptima fuerza. El hundimiento de sus apoyos se aprecia en toda España, hasta quedarse en una presencia casi testimonial: de 2.787 concejales conseguidos hace cuatro años, CS mantiene solo 392. El partido consiguió sus mejores resultados en Aragón, donde se presentó en coalición con una formación localista, y en pueblos muy pequeños, donde el voto suele estar más ligado a la persona que se presenta que a unas siglas concretas.

La idea de la dirección era concurrir a los comicios generales previstos, en principio, para finales de año. Pero el adelanto electoral anunciado por Sánchez trastocó sus planes, a la vista de los resultados en las urnas. La puntilla a la crisis de CS, lastrada desde hace meses, la dio las elecciones andaluzas del año pasado, en las que Ciudadanos pasó de 21 diputados autonómicos a cero. Una nueva debacle que provocó que la entonces presidenta, Inés Arrimadas, acelerara el proceso de refundación del partido.

La renovación puso a la formación patas arriba, con unas primarias embarradas y la entrada de una nueva dirección, liderada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez. La nueva ejecutiva, que ya había asumido el golpe del domingo con anterioridad, había trasladado en privado que “no habían tenido tiempo” de reorientar la situación con apenas cinco meses de maniobra. La formación conserva ahora solo los nueve diputados del Congreso, los seis de Cataluña, cinco eurodiputados, y el procurador Francisco Igea en Castilla y León.