El exviceconsejero andaluz de Empleo Agustín Barberá ingresa en prisión para cumplir su condena en el ‘caso de los ERE’

El exviceconsejero de Empleo de la Junta de Andalucía Agustín Barberá, condenado a siete años de prisión por malversación en la pieza política del caso de los ERE, ha ingresado en la cárcel, tal y como ha adelantado el diario ABC y han confirmado a EL PAÍS fuentes de Instituciones Penitenciarias. La Audiencia Provincial de Sevilla otorgó el 30 de marzo 10 días de plazo al antiguo alto cargo de la administración regional para que entrara en el centro penitenciario que escogiera, después de haberse desestimado el recurso en el que pedía la suspensión de la pena por estar enfermo de cáncer.

Tras el ingreso de Barberá en el centro penitenciario El Puerto III, en el Puerto de Santa María (Cádiz), el expresidente de la Junta José Antonio Griñán es el único de los ocho ex altos cargos andaluces condenados a penas de cárcel por los ERE que sigue en libertad. El antiguo dirigente socialista solicitó el 23 de diciembre, como Barberá, la suspensión de su pena de seis años de prisión por malversación, para tratarse de un cáncer de próstata. Griñán hizo la petición un día después de que los jueces de la Audiencia de Sevilla ordenaran la entrada en prisión de los exdirigentes de la administración autonómica.

Entonces, siguiendo el criterio de la médico forense, se acordó suspender la entrada en la cárcel de Griñán hasta que terminara las sesiones de radioterapia a las que se ha sometido. Los magistrados, sin embargo, requirieron el pasado 30 de marzo al expresidente andaluz que remitiera los informes médicos sobre la finalización de su tratamiento para dictaminar sobre su futuro ingreso en prisión. El abogado del antiguo dirigente del PSOE, José María Calero, ha explicado a este diario que se ha entregado a la sala toda la documentación médica conforme ha ido avanzando el tratamiento. Las sesiones de radioterapia han terminado, confirma el letrado, y en la última semana de este mes su representado tiene una nueva revisión para determinar sus efectos y cómo debe seguir el proceso, de lo que también se dará cuenta puntualmente al tribunal.

Los magistrados solicitaron en su momento información al centro penitenciario de Sevilla sobre las condiciones para poder seguir un tratamiento contra el cáncer en sus instalaciones, recibiendo una respuesta genérica sobre los protocolos y el seguimiento que se realiza de manera habitual con este tipo de enfermos.

En el caso de Barberá, que solicitó la suspensión antes que Griñán, la Audiencia de Sevilla determinó que aunque “padece una enfermedad grave e incurable”, a la vista del tratamiento médico remitido por su defensa y del informe del centro penitenciario, “su tratamiento puede ser dispensado en dicho centro, con las revisiones hospitalarias a que deba ser sometido”. La defensa de Griñán no está preocupada porque ese dictamen pueda suponer un precedente de la decisión que adopten los jueces cuando tengan todos los informes médicos, porque cada cáncer y cada tratamiento son distintos.