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El general del ‘caso Mediador’ alega que es un “cadáver social” incapaz de alterar pruebas para pedir su libertad

La jueza retrasa la declaración de dos testigos vinculados al alto mando hasta adoptar medidas que eviten la difusión de sus testimonios a la prensa

El general Francisco Espinosa, en prisión por el 'caso Mediador', en una imagen de 2020 en Logroño, cuando estaba en activo y coordinaba el proyecto GAR-SI SAHEL.
El general Francisco Espinosa, en prisión por el 'caso Mediador', en una imagen de 2020 en Logroño, cuando estaba en activo y coordinaba el proyecto GAR-SI SAHEL.ABEL ALONSO (EFE)

El general retirado de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas, presunto cabecilla del caso Mediador junto al exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, Tito Berni, ha vuelto a pedir a la jueza María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres, que instruye la causa, que le excarcele. En un escrito al que ha tenido acceso EL PAÍS, el ex alto mando ―el único de los imputados en prisión provisional― reitera los argumentos de su anterior petición de libertad, del 26 de febrero, entre ellos que su capacidad de alterar pruebas, argumento que motivó su entrada en la cárcel, no es tal. “No solo resulta que lleva jubilado desde hace más de dos años, sino que después de haber sido objeto de exposición y escarnio público en una gran cantidad de medios de comunicación, ¿qué capacidad de influencia puede tener en nada ni en nadie?”, destaca su abogado en el escrito, en el que vuelve a tildar a su cliente de “cadáver social” como consecuencia de este escándalo.

La petición de libertad llega después de que la jueza decidiera el pasado sábado cambiar de fecha la declaración prevista para este viernes de dos testigos, Luis Monzón y Adelaida P. S., ambos vinculados con el general, hasta adoptar medidas que eviten la difusión de sus testimonios a la prensa. El primero, antiguo campeón de rallies y actual directivo de una empresa, participaba junto a Espinosa en un chat de WhatsApp bautizado como Equipo A (en referencia a una antigua serie de televisión). Este canal estaba integrado también por Miguel Ángel Ramírez (presidente de la UD Las Palmas), el empresario Eustasio López y otro alto mando de la Guardia Civil en Canarias. Adelaida P., familiar de Miguel Ángel Ramírez, es la mujer con la que supuestamente el general mantenía una relación sentimental y a la que se refería en las conversaciones con otros miembros de la trama como “chocho volador”.

El abogado de Espinosa considera que el aplazamiento de estas dos declaraciones perjudica a su cliente al retrasar la instrucción mientras sigue en prisión preventiva, una situación que, considera, “se está alargando más de lo deseado y de lo procesalmente procedente”. El defensor recuerda en su escrito que la investigación dura más de un año y que los indicios recogidos en el sumario “no suponen una eventual comisión de delitos especialmente graves ni en cuanto a su trascendencia ni en cuanto a su cuantía”. Además, destaca la actitud “plenamente” colaboradora de su cliente tanto con los agentes del Servicio de Asuntos Internos, a los que señaló el lugar en el que guardaba en su domicilio más de 60.000 euros en fajos de billetes y facilitó las claves de sus teléfonos móviles y equipos informáticos, como con la instrucción del juzgado, por contestar “sin reticencias y sin ambigüedad” a las preguntas de la jueza y la Fiscalía.

Por todo ello, el abogado se pregunta por qué su cliente es el único de los imputados encarcelado. “¿Es justo que el señor Espinosa continúe en prisión, mientras otros sujetos involucrados aprovechan y se sirven de este procedimiento para conseguir notoriedad?”, se pregunta en el escrito, en clara referencia a Antonio Navarro Tacoronte, el supuesto mediador de la trama cuyos archivos de audio e imagen destaparon el escándalo. Navarro Tacoronte llegó a viajar a Madrid y dejarse ver por los alrededores del Congreso durante las sesiones de la moción de censura de Vox contra el Gobierno de la semana pasada.

Esta es la segunda vez que el general pide su excarcelación. El pasado 26 de febrero su defensa ya presentó un escrito en el mismo sentido, aunque en aquel, mucho más extenso, cargo duramente contra el mediador del caso, al que acusaba de crear una “ficción paralela”, un “rocambolesco entramado”, “una realidad fabulada” en los que supuestamente cayeron tanto él como los empresarios imputados. Espinosa, que ya se presentaba en aquel escrito como “un cadáver social” por la repercusión mediática de su caso, intentaba rebatir los indicios recopilados por la investigación contra él en la causa, no siempre con éxito.

De hecho, no fue capaz de justificar el origen de todo el dinero encontrado oculto en su domicilio, además de reconocer que tenía una cuenta en Bélgica de la que la Agencia Tributaria no tenía constancia, aunque negaba irregularidades en ninguno de estos hechos. La magistrada rechazó días después su petición y le mantuvo en prisión. Espinosa permanece recluido en una celda del módulo para las Fuerzas de Seguridad de la cárcel de Estremera.

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