Los restos humanos hallados en un pozo incriminan a un comisionista de Manzanares por la desaparición de dos empresarios
El detenido es, según la UCO, la última persona que estuvo con Juan Manuel Isla, de 59 años, y Jesús González, de 54, ambos desaparecidos
El comercial Antonio Caba, un “tratante”, como se lo conoce en Manzanares (Ciudad Real), compró una finca de secano en Valdepeñas poco tiempo antes de la desaparición de Juan Manuel Isla, de 59 años, el 22 de julio. El martes, los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sacaban del fondo de un pozo de cemento ubicado en esa propiedad los restos de un cuerpo humano, que sospechan podrían pertenecer al desaparecido. Fue el propio Caba quien los llevó hasta el lugar, tras haber recibido una orden de registro del Juzgado de Instrucción número 2 de Manzanares. “Permaneció allí, impasible, sin decir palabra, acompañado de su abogado”, aseguran fuentes de la investigación. Tampoco declaró nada después de que se rescataran los restos humanos, cuando fue detenido acusado de homicidio, a la espera de los resultados forenses.
Una segunda persona ha sido detenida posteriormente por los agentes de la Guardia Civil. Se trata de otro vecino de Manzanares, un jubilado de más de 70 años amigo de Caba, que podría haber sido su cómplice. Ante el hermetismo de Caba, su declaración puede ser clave para los investigadores, que este miércoles han procedido a registrar los domicilios de los detenidos.
Su mejor amigo
El hallazgo del cuerpo podría servir, además, para arrojar algo de luz en el caso de la desaparición de uno de los mejores amigos de Caba, el también vecino de Manzanares Jesús González Borrajo, de 54 años, de quien no se sabe nada desde el 19 de junio de 2019. Al igual que en el caso de Isla, Caba fue la última persona que estuvo con González. En ambos casos, el “tratante” actuó como intermediario de una venta. En el caso de Isla de unas tierras; y en el de González, de unos vehículos de lujo.
Antonio Caba es un personaje muy conocido en su pueblo. Un empresario venido a menos, separado de su mujer y de buena parte de su familia, según fuentes del caso. Desde hace meses está en el foco de esta investigación, que recientemente —y gracias a la colaboración ciudadana— logró encontrar el vehículo Renault Clio con el que Juan Manuel Isla se había desplazado desde Alicante, donde vivía, hasta Manzanares para cerrar la transacción económica por la venta de unas tierras heredadas de su familia. El coche fue encontrado en enero en un descampado de Albacete, según confirman fuentes del caso, a 145 kilómetros de donde había sido registrado por las cámaras en Manzanares. Tras ser examinado por los agentes de criminalística del instituto armado, la conclusión es que “no fue Isla quien condujo el vehículo hasta allí, por lo que alguien trató de desviar la atención hacia otro lugar de manera intencionada”.
Fuentes de la operación, denominada Mancanti (en italiano, los que faltan) dicen estar “convencidos” de que el cuerpo recuperado en el pozo, a 12 metros de profundidad, es el de Juan Manuel Isla Fernández, que tenía 58 años cuando el 21 de julio del año pasado viajó desde su residencia en Plana de San Juan (Alicante) para verse con Antonio Caba para cobrar 50.000 euros que se le adeudaban por la venta de las tierras de su familia. El hallazgo del coche de Isla ha suministrado pistas clave para lo que parece la resolución de la desaparición.
En la finca del pozo continúan trabajando efectivos del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) y del grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil. Con la colaboración de los bomberos, los efectivos intentan sacar toda el agua posible del pozo donde apareció el cadáver para poder recuperar otros objetos que puedan ayudar en la investigación.
Fuentes del caso han confirmado que Antonio Caba está siendo también investigado en el caso de Jesús González, con quien también habría actuado como mediador para la venta de varios vehículos y tierras, como una especie de comisionista. Una tercera persona, también vecino de Manzanares y relacionado con Caba, “cayó misteriosamente en un pozo” hace una década, donde fue encontrado. Por aquel entonces, se consideró un suicidio y el caso se archivó, confirman fuentes policiales. Del dinero en metálico que los desaparecidos fueron a cobrar no hay ni rastro por ahora.
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