Sánchez acusa al PP de instalarse en el “raca raca’ del Gobierno ilegítimo” para no tener que hablar de economía

Ya no se habla tanto de economía, de la inflación o del precio de la luz en las sesiones de control al Gobierno en el Congreso. El asunto es otro. El foco se ha puesto este miércoles, como era esperable tras la tormentosa última semana, en el conflicto entre instituciones del Estado. El presidente, Pedro Sánchez, se ha hecho eco de ese cambio de discurso del principal partido de la oposición y ha acusado al PP de instalarse “en el raca raca de siempre, del Gobierno ilegítimo, del Gobierno okupa”, para no reconocer, según Sánchez, que su gestión está siendo buena para España. La portavoz popular, Cuca Gamarra, se ha volcado en la polémica de estos días y ha reprochado al presidente que su anuncio de “ir a por todas” (”Tomaremos cuantas medidas sean necesarias”, dijo Sánchez el martes) significase en realidad “echar un pulso al Estado de derecho”. “Y el Estado de derecho le ha doblado el brazo, por suerte para todos”, ha concluido la portavoz del PP.

No cabía presumir otro tipo de duelo dialéctico en estos momentos en el Parlamento de España que el centrado en el conflicto inusual vivido estos días entre el Gobierno, el poder legislativo y el Constitucional, máximo tribunal de garantías. La portavoz del PP preguntó al presidente: “¿A quién defiende su Gobierno?”, en referencia a la reforma exprés del Código Penal pactada por el Ejecutivo y ERC para derogar el delito de sedición y rebajar el de malversación, y también a “los intentos de cambiar los nombramientos en el Tribunal Constitucional por la puerta de atrás”. Curiosamente, una expresión, la de la “puerta de atrás”, que recordaba a aquel mensaje de WhatsApp enviado por el entonces portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, en 2018 —vanagloriándose de que los populares iban a controlar el Supremo “desde detrás”— y que hizo saltar por los aires la negociación que entonces mantenían el Gobierno y el PP de Pablo Casado para renovar el Consejo General del Poder Judicial.

Pedro Sánchez ignoró esas acusaciones y dirigió su respuesta a la economía, remarcando que el Gobierno trabaja para “la mayoría social del país, para la gente de a pie”. Enhebró a continuación una serie de actuaciones, planes y ayudas que benefician ahora a millones de ciudadanos, para reprochar de nuevo al PP que las mismas hayan salido adelante sin su apoyo. Fue ahí cuando el líder socialista concluyó que la prueba de que el resultado de esas acciones es bueno es que el PP “ya no habla de economía y ha vuelto al raca raca de siempre, del Gobierno ilegítimo, el Gobierno okupa”. El socialista ironizó incluso con que el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, cuestione que el Gobierno nombrara como presidente de Correos al exjefe de gabinete en el PSOE de Sánchez: “¿Es que el señor Feijóo fue nombrado presidente de Correos por el señor Aznar [en el año 2000] por su dilatada experiencia como cartero?”, inquirió, entre las risas de su bancada.

El jefe de Gobierno tampoco desperdició el momento para remachar varias veces que el PP no cumple la Constitución, “la que existe, la apoyada por los españoles”, al no permitir la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que funciona con el mandato caducado desde hace cuatro años.

Cuca Gamarra reprochó al presidente que el viernes pasado, durante una comparecencia desde Bruselas, afirmara que en España se estaba produciendo “un burdo complot”, en referencia al recurso de amparo presentado por el PP ante el Constitucional para paralizar la tramitación parlamentaria de dos enmiendas. “Lo que hay es legalidad”, subrayó Gamarra. La portavoz del principal partido de la oposición añadió que el presidente “se cree que [él] es el Estado y la ley” y ha querido en este caso “echar un pulso al Estado de derecho”. Y se congratuló de que el TC le haya “doblado el brazo” en ese pulso. La dirigente popular llegó casi a identificar a Sánchez, por esas palabras, con los líderes separatistas catalanes, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, y remató con el leitmotiv que usa desde hace varias semanas el PP de Feijóo: que su proyecto es “la alternativa moderada, útil y responsable”.

Gamarra y Sánchez solo coincidieron en algo: ambos pidieron un poco de tranquilidad, aunque con enfoques diferentes. El presidente recordó que Feijóo dijo esta semana que haría “lo que hiciera falta” para frenar al Gobierno, y apuntó que los populares han ido “demasiado lejos” al incumplir sus obligaciones constitucionales. Muchos de esos argumentos, de un lado y de otro, se repitieron más tarde en otros duelos dialécticos.

Durante el embate parlamentario entre el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, y el presidente del Gobierno, Sánchez se lamentó del contexto que ha sufrido el Ejecutivo, con circunstancias excepcionalmente difíciles en estos años (pandemia, guerra, borrasca Filomena...) y especuló con que todo podría ir mucho mejor “si el viento soplase algo a favor”. Rufián aterrizó de nuevo en los “ataques judiciales orquestados por la derecha” en las últimas horas, dio la bienvenida al líder del PSOE “a la guerra judicial” y le espetó: “Siempre duele el ‘ya te lo dije’, pero es que ya se lo dijimos”.

Aludía así el portavoz de ERC a la intervención del Tribunal Constitucional en 2017, durante la última fase del procés independentista catalán, y en ese sentido sostuvo que aquellas actuaciones judiciales contra decisiones del Parlament son las mismas que ahora han frenado una iniciativa legislativa en el Congreso. Rufián avanzó al presidente que ERC está dispuesta a “involucrarse” en las nuevas iniciativas parlamentarias que se tomen para lograr la renovación del Consejo General del Poder Judicial, como ya ha hecho en estas últimas semanas en la reforma del Código Penal. “Háganlo, allí estaremos”, le animó Rufián, y señaló: “Hay una diferencia entre ustedes y nosotros: nosotros no les dejaremos tirados. Lo hacemos para dignificar la democracia, porque nosotros antes que independentistas somos demócratas”.

Sánchez respondió que en España “la democracia es perfectible, imperfecta, necesita mejoras”, pero subrayó que en todo caso eso debe hacerse “desde el respeto a la ley y dentro de la ley”. Saludó que ahora ERC “haya asumido que primero está la soberanía popular y el respeto a la ley, la legalidad democrática y el marco constitucional”, y luego las ideas. El presidente animó a los grupos parlamentarios a perfilar cuanto antes “la solución” a “las interferencias de otro poder [en alusión al Constitucional] en el poder legislativo”, pero volvió a insistir en que el responsable es el PP, “que no reconoce el resultado electoral”.