Un informe pericial avala la versión del capitán del `Villa de Pitanxo´ sobre la causa del naufragio
La defensa de Juan Padín, investigado por homicidio imprudente, presentó el informe en la Audiencia Nacional, en el que se contradice la declaración del marinero y testigo de cargo Samuel Koufie
La defensa del patrón del Villa de Pitanxo, Juan Padín, imputado por homicidio imprudente tras el naufragio del buque congelador en el que fallecieron 21 tripulantes en febrero pasado, ha presentado uniforme pericial que avala su declaración inicial y contradice la versión del marinero ghanés, Samuel Koufie, cuya declaración desembocó en una causa penal que instruye la Audiencia Nacional como testigo de cargo.
Dicho informe técnico llega al juzgado diez meses después del accidente y analiza la consecución de los hechos previos al hundimiento del barco. Sostiene como hecho fundamental que la parada del motor fue la causa más probable del accidente, lo cual provocó que se perdiera el control del barco, tal y como declararon los tres supervivientes ante las autoridades canadienses y antes de regresar a España donde Koufie cambió su declaración. Una versión que fue coincidente con la del armador del barco, Grupo Nores.
Teniendo como referencia los datos del AIS (sistema de identificación automática que permite a los buques comunicar su posición), el informe argumenta que entre las 2.46 y las 2.49 horas del día 15 de febrero el barco redujo la velocidad como consecuencia de haberse enganchado el aparejo. Aun así, explica el perito, el barco siguió navegando. A partir de las 3,50 horas y hasta las 4.22, la velocidad disminuye paulatinamente y cambia el rumbo, una situación compatible con la parada del motor y la situación del mar que provocaron la deriva del buque y el accidente, dice el informe.
Concluye el documento pericial que lo declarado por el patrón del pesquero (y los dos supervivientes al llegar a Canadá dos días después del naufragio) “es coherente con los datos del AIS, de la caja azul y las condiciones meteorológicas” en las que se produjo el trágico accidente.
Por el contrario, el perito expone que la versión de Samuel Koufie no resulta verosímil con la sucesión de los hechos, ya que si en realidad se hubiese producido un embarre del aparejo (o enganche de la red en el fondo) que frenase la navegación del buque provocando una escora y su hundimiento, este nunca podría moverse a ninguna velocidad como sí lo hizo durante aproximadamente una hora.
En la declaración que firmaron los tres supervivientes del naufragio, Juan Padín, su sobrino Enrique Rial, y Samuel Koufie, cuando llegaron a San Juan de Terranova, es que el motor se había parado en la maniobra de virada en medio del fuerte oleaje. Entonces comenzó a entrar agua por la popa y se hundió.
Pero de regreso a Marín, el marinero cambió su versión al declarar ante la Guardia Civil en el atestado que realizó la Policía Judicial sobre el accidente. Samuel Koufie afirmó que el barco se hundió al engancharse el aparejo, pero el capitán, en lugar de soltarlo, forzó la máquina provocando la parada del motor y que el buque se escorara y se hundiera.
Además, Koufie argumentó que había recibido presiones de la empresa armadora para que mantuvieran la misma versión del naufragio. Esta acusación contra los otros dos supervivientes y el Grupo Nores fue reproducida por algunos tripulantes del barco gallego que los rescató del agua los trasladó hasta Terranova cuando declararon en el juzgado número dos de la Audiencia Nacional que investiga a Juan Padín por 21 presuntos delitos de homicidio imprudente.
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