Por qué aguanta el PSOE y en consecuencia la coalición
Una de las conclusiones que se extrae de la base de datos acumulada de la encuesta es el respaldo nítido a la acción de gobierno
El barómetro de diciembre de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER arroja el mejor resultado del año para el PSOE, que solo habría perdido medio punto desde las últimas elecciones generales. No deja de resultar llamativo que la caída sea tan pequeña, pues esta legislatura apenas ha dejado respiro al Gobierno, con una sucesión de acontecimientos dramáticos, como la pandemia, la guerra de Ucrania y la altísima inflación (ahora algo más baja). Tampoco los días en los que se hicieron las entrevistas de la encuesta fueron los más tranquilos para la coalición, pues se juntaron la reforma del delito de sedición, la polémica en torno a la ley del solo sí es sí y el choque de liderazgos en el espacio a la izquierda del PSOE. Por su lado, el PP cae casi dos puntos desde noviembre, situándose solo tres décimas por delante de los socialistas, en una situación de empate técnico. Según el estudio, y pese al mayor desgaste de Unidas Podemos en estos tres años (perdería 1,6 puntos), la reedición del gobierno no es un escenario seguro, pero sí probable.
¿Por qué resiste la coalición? ¿A qué se debe el aguante del PSOE? Son muchos los datos recabados a lo largo del año: se dispone ya de 24.000 entrevistas de acceso libre y gratuito. Una de las conclusiones que se extrae de esta base de datos acumulada es el respaldo nítido a la acción de gobierno: en esta legislatura, tan fuera de lo común, la coalición liderada por Pedro Sánchez resiste por lo que hace. Así, en su momento, la mayoría de ciudadanos respaldó la manera en que el Ejecutivo afrontó el virus de la covid-19; igualmente, hubo un amplio apoyo a las medidas destinadas a proteger a los colectivos más vulnerables, como la subida del salario mínimo, los ERTE o el ingreso mínimo vital; más adelante, otras acciones han sido muy bien vistas: es el caso de medidas como el ahorro energético o, sobre todo, el paquete destinado a paliar los efectos del encarecimiento del coste de la vida (el tope al precio del gas y la bajada de la luz o de los abonos de transporte público, entre otras).
Otras políticas, difíciles por su dimensión moral, como la eutanasia, también han contado con el visto bueno de la ciudadanía. La oposición intenta diluir esta gestión insistiendo en que la política de alianzas del PSOE constituye una amenaza para la unidad de España y los principios democráticos; para ello se aprovecha de las fricciones que se producen en el seno de la coalición y de las medidas que ha tomado el Gobierno sobre el asunto catalán, en ocasiones impopulares.
Lógicamente, lo que un Gobierno hace no es suficiente de no cumplirse dos condiciones: que los resultados sean palpables y que la sociedad, en general, se incline a pensar que ninguna otra fuerza política pueda hacerlo mejor. En este caso, se cumplen las dos circunstancias. Por un lado, no solo algunos resultados están siendo positivos (por ejemplo, tenemos el paro más bajo desde 2008 y la menor temporalidad laboral hasta la fecha), sino que además muchas de las medidas adoptadas tienen un impacto directo y visible (la rebaja en el precio de la gasolina, por citar una de ellas). Por otro lado, los ciudadanos atribuyen más capacidad de gestión al PSOE y a la coalición que a sus contrincantes. Además, en el ámbito de la economía, en la que siempre se ha tendido a ver más capaz al PP, hay un reconocimiento a la gestión: el PSOE y la coalición se imponen por poco en la mejora de la economía y creación de empleo y de forma más holgada en la digitalización y el uso de los fondos europeos.
Es posible que el reconocimiento a lo que el Gobierno hace explique también por qué Pedro Sánchez y Yolanda Díaz ganan el pulso a los líderes de la derecha en la práctica totalidad de atributos, aunque aquí, de nuevo, la comparación importa: en seis meses, Feijóo ha visto muy deteriorada su imagen mientras que Abascal solo gusta a los suyos.
Belén Barreiro es directora de 40dB.
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