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Edmundo Bal: “El futuro de Cs pasa por que Arrimadas dé un paso al lado y no se presente a las primarias”

El portavoz de Ciudadanos en el Congreso anuncia su candidatura a liderar el partido

Virginia Martínez
El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, en el Congreso, este viernes.
El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, en el Congreso, este viernes.Álvaro García

A Edmundo Bal (Huelva, 55 años) el teléfono le echa humo. Agitado y entusiasmado, iba de un lado a otro este viernes por los pasillos del Congreso tras anunciar que concurrirá como candidato a las primarias internas de Ciudadanos en enero. “Me escribe gente que ni conozco”, comenta. Ha sido el primero en mover ficha para postularse como líder de un partido con las encuestas por los suelos e inmerso en un proceso de refundación desde julio. Abogado del Estado, portavoz de Cs en la Cámara baja y cabeza de lista en las últimas elecciones a la Asamblea de Madrid —en las que la formación se desplomó de los 26 a cero escaños en apenas dos años—, Bal, pese al viento de cara, aspira a reflotar un barco al que todos dan por hundido.

Pregunta. ¿En qué momento empieza a tensarse su relación con Inés Arrimadas?

Respuesta. Hace tres o cuatro semanas, cuando manifiesto en público, en el órgano del partido correspondiente, que no estoy de acuerdo con el modelo de partido que se está planteando.

P. El lunes 14 de noviembre se anuncia en rueda de prensa que el partido pretende instaurar una bicefalia política y orgánica. Y en una conversación informal con los medios se afirma que la líder política seguiría siendo Inés Arrimadas. Solo se votaría en enero la cabeza orgánica. ¿Se enteró usted por la prensa?

R. Me entero por la rueda de prensa de la decisión. Si bien es cierto que este modelo se había puesto encima de la mesa como posible. Y yo había manifestado mi discrepancia.

P. ¿Qué pensó al enterarse por los medios?

R. Esa tarde atendí el teléfono, no sé cuántas veces entre el WhatsApp y el teléfono, porque fue un shock para mucha gente del partido. Pasé una tarde muy mala, porque no sabía qué decir, qué responder. La gente me preguntaba que qué era esto, que quién se había inventado esto.

P. ¿Pensó que Arrimadas se estaba atrincherando?

R. Nunca he pensado nada negativo respecto a todo este proceso. Entiendo que es normal que cualquiera lo piense o lo sospeche. Ella a mí no me ha dicho nunca si se iba a presentar.

P. ¿En qué se basaba su discrepancia con el modelo de Arrimadas?

R. El quid de la cuestión era que hubiese un líder político del partido, que al final era el que iba a mandar, y no se sometiese a votación de los militantes hasta las primarias a candidato a presidente del Gobierno. Yo pensaba ‘¡Con la que nos está cayendo! ¡Como nos están dando las encuestas! ¡Cómo vamos a estar sin hacer esa elección por parte de la militancia! El líder que encabece este proyecto tenía que salir de la refundación. Y, en segundo lugar, ese líder no puede ser Inés. La gente no va a entender cómo se va a refundar algo con los mismos líderes; el proceso de refundación no va a terminar de una forma creíble. Esta ha sido toda mi preocupación, que un trabajo magnífico no lo tirásemos por la ventana ni por el desagüe.

P. Usted tampoco es una cara nueva, de hecho perdió las elecciones a la Asamblea de Madrid, con cero escaños.

R. Yo me pongo también en el paquete. Y me digo: “Si hay un líder nuevo, completamente nuevo, que pueda capitanear esto...”. Y si no, desde el primer momento me ofrezco. También cito a Begoña Villacís y a Guillermo Díaz como personas conocidas, porque es verdad que para las elecciones de mayo tenemos poco tiempo y la percepción mediática de un político es un valor esencial en cualquier campaña. No podemos crear un líder de la noche a la mañana.

P. ¿Es cuando empiezan esas tensiones cuando decide presentarse?

R. No, en ese momento lo que decido es seguir peleando por mi idea. Respecto al modelo teórico puedo dar mi opinión, pero me preocupaban más dos temas. Por una parte, la elección del líder por la militancia y, en segundo lugar, que había que cambiar de líder, que Inés tenía que dar un paso al lado. Hablé con muchos compañeros que tienen un poco la misma sintonía que yo. Y lo que sí que tenía claro es que si el partido era ese, yo no iba a estar en esta lista. Yo me debo al afiliado, que es el dueño del partido.

P. Según los resultados de los cuestionarios publicados en este periódico este viernes, y que se mostraron en la reunión de la ejecutiva el viernes 25, el modelo de Arrimadas no era el que quería el afiliado.

R. Ese es es otro de los motivos por los cuales yo levanto la mano [en la reunión] y discrepo de la corriente oficial, de la corriente de Inés. Solamente un 5% está de acuerdo con este modelo al que hemos puesto la etiqueta de modelo PNV.

P. ¿Por qué sale finalmente una bicefalia?

R. Porque las dos partes ceden. Lo mollar no era eso, sino votar al líder político ahora.

P. ¿Cómo ha sido su relación con Arrimadas estos días?

R. Hemos discutido, no se lo voy a negar. Hemos intercambiado opiniones, pareceres... pero siempre dentro de la corrección, que es lo mismo que pasó el viernes pasado cuando de los dos modelos de partido salió uno solo.

P. Se publicó en EL MUNDO que el motivo de su pelea era que usted optó por votar a favor de la ley del solo sí es sí y Arrimadas estaba en contra.

R. Hay personas que interesadamente lo cuentan a los medios de comunicación. Es ridículo culpabilizarme a mí, es una decisión colectiva. El máximo responsable político es la presidenta del partido. No voy a ser yo, que no soy el jefe del partido. Pero la discrepancia [entre nosotros] surgió por el modelo de partido.

P. ¿Se han partido en dos?

R. No lo creo.

P. ¿Por qué anuncia su candidatura justo ahora?

R. Porque llevaba ya dos semanas en el Congreso muy fatigoso, con el pleno de Presupuestos, de sedición... y ya había discrepancias y debate sobre este tema, lo hablábamos un poco entre todos. No he dado un paso al frente para ser el primero, pero es verdad que durante estas semanas todo el mundo se preguntaba si Arrimadas se iba a presentar. Yo quería tener la certidumbre de ver lo que iba a hacer ella y uno se cansa de esperar.

P. ¿Cómo se lo ha tomado Arrimadas cuando la ha llamado por teléfono?

R. La he notado sorprendida. Me ha dicho que no fuera a veros a los periodistas y me tomara con ella un café. Llevamos hablando ya dos semanas y las cosas no avanzaban. Tanto a ella como a personas de su entorno, les he dicho que ella es un activo político muy importante en nuestro partido, pero que tiene que dar un paso al lado. El futuro de Ciudadanos pasa por que Inés de un paso al lado y otra persona asuma este liderazgo.

P. ¿Cómo es posible que dé el paso a liderar un partido al que todos consideran muerto?

R. El proceso sobre todo ha tenido ese elemento de escucha de la militancia que ha sido para mí lo más importante y las conclusiones han sido muy reveladoras porque coincidían mucho con lo que yo venía pulsando de los afiliados. Hay que dejar de ser subalternos del Partido Popular. Tenemos que ejecutar lo que los militantes dicen y haber también un cambio de caras. A los votantes hay que darles esa ilusión de ver algo nuevo de verdad, que cambien los valores del partido, de poder pactar a un lado y al otro, con las únicas líneas rojas de Bildu y Esquerra. Un partido con dos almas, que en lo económico tenga una política liberal y en una defensa absoluta de lo social. Cuando yo negociaba los estados de alarma con la baja de Inés, estábamos en un 9% de intención de voto. Ahora estamos en un 2%. Hay que demostrar que somos útiles.

P. ¿Es usted el candidato de centroizquierda?

R. Soy de centro, centro.

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Sobre la firma

Virginia Martínez
Es redactora en la sección de España y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en la sección audiovisual hasta verano de 2021. Antes cubrió información local en el diario Granada Hoy. Es licenciada en Derecho por la Universidad de Granada y en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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