Sánchez vs Feijóo: el poder desgasta... al que no lo tiene
En La Moncloa ven acabada la imagen de moderado del líder del PP, pero en este partido apelan al rechazo mayoritario a la reforma de la sedición
En 1951, Giulio Andreotti era uno de los hombres clave del equipo de Alcide de Gasperi, uno de los padres de Europa, fundador de la Democracia Cristiana, pero por entonces un anciano primer ministro de 70 años. Andreotti escuchaba a un adversario que pedía que De Gasperi se retirase ya porque el poder lo había desgastado. Y saltó su genio: “Il potere logora... chi non ce l’ha (el poder desgasta… al que no lo tiene)”, se burló el que luego sería siete veces primer ministro y quintaesencia de la política italiana, fallecido en 2013.
Andreotti, un genio de las frases cortas y punzantes, publicaría 40 años después un libro con 330 de ellas que tituló precisamente El poder desgasta… pero es mejor no perderlo, ajustando su mejor sentencia. Muchos años después, cuando Mariano Rajoy estaba en su momento más bajo por la crisis y el caso Gürtel, y parecía abocado a la derrota en 2015, Pedro Arriola, gurú de referencia del PP, siempre apelaba a una gran ventaja: “La cosa está complicada, pero nosotros tenemos el castillo, estamos en La Moncloa. El poder no lo gana la oposición. Lo pierden los gobiernos”, insistía. Rajoy aguantó y volvió a ganar, hasta que una moción de censura dirigida por Pedro Sánchez lo echó del poder en 2018.
La semana más complicada para Alberto Núñez Feijóo desde que llegó a la presidencia del PP, con críticas tanto del sector más conservador como del moderado dentro de la derecha, se ha vivido en La Moncloa con la satisfacción de recordar esa idea de Andreotti: claro que el Gobierno tiene desgaste, no hay más que ver el desastroso resultado en Andalucía, pero Feijóo puede tener aún más si sigue cometiendo errores como el de romper la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial en el último minuto.
En el Gobierno está instalada la idea de que la ofensiva iniciada por Sánchez en julio, justo después del fiasco socialista de las andaluzas, sumado a los errores de Feijóo, están anulando la imagen de moderado del líder gallego, la que más daño hacía al PSOE. En ese contexto se enmarca el evidente giro a la izquierda de Sánchez, que el viernes se lanzó directamente contra Luis De Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, para defender su impuesto a la banca. Los socialistas se han concentrado en frenar el trasvase de votos del PSOE al PP que se vio en Andalucía. Y están convencidos de haberlo logrado ya, pero van a insistir para tapar esa herida. La idea de que a Feijóo se le va a hacer muy largo el año y pico que queda para las generales arraiga no solo en los entornos del Gobierno, sino también en sectores de la oposición.
En el entorno del líder del PP, por el contrario, recuerdan que las encuestas dicen que la mayoría de los españoles, incluidos muchos votantes socialistas, están en contra de reformar el delito de sedición para beneficio de los independentistas aún fugados de la justicia, como la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Y eso, explican, dará la razón a Feijóo en cuanto Sánchez lleve al Congreso esa reforma.
En La Moncloa están cada vez más convencidos de estar dándole la vuelta a la tortilla. De momento, las encuestas solo detectan que el PSOE ha parado el golpe, pero no hablan de vuelco, salvo el CIS. Este invierno es clave porque se está preparando el ambiente político en el que arrancará la campaña de las municipales. El PSOE necesita recuperarse en todas partes, pero sobre todo en Andalucía, si quiere tener opciones de ganar las generales.
Y para lograrlo, Sánchez seguirá centrado en su giro a la izquierda, que, según varios dirigentes regionales consultados, está reactivando poco a poco a sus votantes. “Nunca se le reconocerá a Sánchez que con el giro a la izquierda que hizo después de las primarias contra Susana Díaz salvó al PSOE de acabar como los socialistas franceses o ahora los italianos. Y ahora lo vuelve a hacer porque al final la respuesta está en la izquierda. Zapatero ya entendió eso en 2004 y 2008″, resume un miembro del Gobierno. El Ejecutivo, el PSOE y Unidas Podemos intentan llevar el debate al eje izquierda-derecha, mientras Feijóo apuesta por el debate identitario con la sedición, recordando que Sánchez gobierna con independentistas. “Eso ya no nos desgasta como antes. La gente está viendo que los independentistas están divididos. El tema territorial ya no es uno de los grandes problemas”, resume un barón socialista.
Sánchez sigue, pues, a la ofensiva y no va a parar. La próxima semana tiene que resolver cuestiones internas, como los candidatos a las municipales, que pueden tocar al Gobierno si Carolina Darias va a Las Palmas y sobre todo si Reyes Maroto va a Madrid. Pero eso no detendrá la maquinaria.
Mientras, Feijóo se toma un respiro en un viaje latinoamericano que incluso en las preguntas que le hace la prensa local recuerda más a la época en la que era presidente de la Xunta y recorría estos países —Uruguay, Argentina, Chile— llenos de emigrantes gallegos. A la vuelta, el líder del PP se encontrará la misma ofensiva de Sánchez. Y tendrá que tomar decisiones sobre su estrategia.
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